TENERIFE, MAGDALENA

Y PRIMER PALENQUE LIBRE.

Baile de Negros.

DE LOS MOMTES DE MARÍA A TENERIFE Y VICEVERSA: hacía el año 1633 existían tres palenques en la región Montes de María: El Limón, Polín y Sanaguare. Los españoles atacaron y derrotaron a los cimarrones de El Limón, pero la mayoría de sus miembros huyeron a la orilla Oriental del Río Magdalena, donde tuvieron asentamiento hasta el año 1655, cuando tras asedio español y conflictos territoriales con integrantes de la Nación Chimila, migraron nuevamente a la banda Occidental del mismo río, encontrándose con los antiguos palenques de los Montes de María.

Negra

lavando en el Río Magdalena.

PALENQUE EN TENERIFE.

De esos cimarrones que tuvieron asentamiento en la parte Oriental del Río Magdalena hasta el año 1655, los radicados en el territorio de Tenerife, Magdalena, los denominaron Palenque San Miguel, que años después crearon el reconocido San Basilio de Palenque en el Departamento de Bolívar. Así describe el historiador tenerifano Luis Roncallo Fandiño la presencia de ese palenque:

- "En Tenerife, Magdalena, funcionó el Palenque de San Miguel, considerado históricamente el primer palenque libre de nuestro territorio, cuando los africanos se revolucionaron y produjeron una mortandad en la población y en las poblaciones vecinas, y se fueron río arriba buscando el monte donde guarecerse y quedar libres de sus opresores".

SACERDOTE PACIFISTA.

Corroborando esta información, se conoce para esa época un conflicto de intereses entre las gobernaciones de las provincias de Cartagena y Santa Marta por la jurisdicción de esos palenques. Quiere decir, que ahí nació el enfrentamiento eterno entre las dos ciudades caracterizadas la una, como fiel al Rey de España, y la otra adicta a la independencia de Colombia (bolivariana).

En el año 1690, los cimarrones liderados por Domingo Criollo, hicieron petición al sacerdote de Tenerife, Magdalena, Miguel del Toro, en el sentido de obtener el perdón y acceder a tierras para su poblamiento, a cambio de su sometimiento. Este cura ese mismo año, le comunicó a la Real Audiencia de Santa Fe, que daría los terrenos del sitio de Córdoba, en el pueblo de la Ciénaga, para el poblamiento de dichos negros.

Bahía Honda, Magdalena.

OTROS PALENQUES RIBEREÑOS.

Otros palenques que se formaron para esa época en los inicios de siglo XVII, en la ribera Oriental del Río Magdalena, fueron:

- Palenques de Gambanga.

- Palenque La Magdalena,

- Palenque de Tapia.

- Palenque de Guaimaral.

- Palenque de Bahía Honda.

Palenque La Magdalena, estaba ubicado a seis leguas de la desembocadura del Río Magdalena, dentro de la jurisdicción de la Provincia de Santa Marta. Otros lo describen en cercanías de Barranca (Departamento Bolívar), a cinco leguas del Caño San Antonio.

Historiadores confirman que los cimarrones del palenque La Magdalena, contribuyeron al igual que los de Tenerife, con el surgimiento del asentamiento San Miguel Arcángel liderado por Domingo Criollo en los Montes de María, el cual sirvió de base para el surgimiento de San Basilio de Palenque, legalizado en el año 1714.

PALENQUE DE BAHÍA HONDA.

Bahía Honda, corregimiento de Pedraza, fue fundada en el año 1850, pero antes hubo un palenque negroide, amantes de los bailes cantaos: Son de Negro, Pajarito y Bullerengue. Actualmente tiene una población aproximada de 3.000 habitantes y su mayor actividad económica la encuentran en la Ciénaga Catoré, que le brinda a la comunidad su mayor sustento que es la pesca. De acuerdo al historiador de Pedraza, Magdalena, Álvaro Rojano Osorio, uno de los propietarios de la Isla Catoré fue "El Mono" Almanza. En ese entonces (mitad de siglo XX), era el único blanco y el único rico de la población, que dicho sea de paso no sabía leer, ni escribir y cuando le tocaba vender un lote de ganado, los vendía uno por uno para que se lo pagaran por unidad.

FUENTES DE CONSULTA.

- Dolcey Romero Jaramillo: Esclavitud en la Provincia de Santa Marta 1791-1851, publicado año 1997.

- Dolcey Romero Jaramillo: Cimarronaje y Palenques en la Sierra Nevada de Santa Marta, publicado año 2011.

- Testimonios de: Luis Roncallo Fandiño y Álvaro Rojano Osorio.