EL HOMBRE MORROCOLLO
DE NUEVA GRANADA MAGDALENA.
PACTOS CON EL DIABLO
Y BRUJERÍA: Desde su fundación en
el año 1885, ha existido en Nueva Granada Magdalena, los pactos con el diablo y
la brujería. En los pactos con el diablo la persona ofrecía su alma a cambio de
favores diabólicos poderosos; favores que solían ser la eterna juventud, el
conocimiento, las riquezas, el amor o el poder. Las brujas aparecían en forma de ave nocturna dando aletazos en
los techos de las casas y con estruendosas carcajadas. Se transformaban en
gallinas, gallinazos, cerdos, culebras, burras, mariposas y otros animales. De
modo que existía un conocimiento popular para alejar las brujas, colocando una
escoba detrás de la puerta, o las chancletas boca abajo, debajo de la cama. Con el transcurrir del tiempo se fueron acumulando en el
municipio historias de brujería como las trompadas enigmáticas de Manuel
Domingo Guerra, el hombre que se volvía tigre, el enfrentamiento de Pacho Rada
con el diablo y el hombre que se volvía morrocoyo, entre otras.
El enfrentamiento
entre Manuel Domingo Guerra y Chajo Theran: Uno de los hombres que acompañó a Fernando Liñán Aroca, en la
fundación de Nueva Granada Magdalena, en el año 1885, lo fue Manuel Domingo
Guerra, personaje guapo a las trompadas y de pactos diabólicos. Manuel Domingo Guerra, granadino de pura cepa, a quien
cariñosamente llamaban “El Negro”, años posteriores a la fundación del pueblo,
se enfrentó a las trompadas con otro personaje de igual condición, llamado
Chajo Theran. Se citaron en la antigua finca “El Triángulo”, a darse puños
ebrios de ron. Fue tan dura y extensa la contienda entre los dos trompeadores,
que se dieron puños durante toda la noche quedando el sitio de la finca como si
hubiese sido pisoteado por el enfrentamiento de dos toros bravos.
El hombre que se
volvió tigre: Se llamó Próspero
Faraón Acuña Villalobos, nació en Nueva Granada Magdalena, en los primeros años
del siglo XX y fallecido en la misma población en la década de 1990. Desde muy
joven se entusiasmó por las ciencias ocultas, aprovechando la clarividencia que
tuvo desde temprana edad, aprovechando la variedad abundante de plantas
medicinales en la región y aprovechando la cultura hechicera indígena Chimila
en la región centro del Magdalena. Acentuó Próspero Acuña, sus conocimientos de botánico,
curandero, yerbatero, rezandero, culebrero y de brujería. Aprendió la magia de
transformarse en animales, de desmontar un potreo de cien hectáreas en una
hora, de transportarse de un pueblo a otro volando como los pájaros, además de
conseguir mujeres con el secreto del pájaro macuá. La vida de Prospero Acuña Villalobos, transcurría normal, con
muchos éxitos médicos, con mucha fama en la región, hasta que ocurrió un
incidente en el caserío de Las Mulas, jurisdicción de Plato Magdalena, hoy
perteneciente al municipio de San Ángel, incidente que transformó su vida por
completo. Otro brujo llamado “El Amiguito”, por envidia, se aprovechó de una
parranda para darle de beber un brebaje de huevo de tigre, que con el tiempo lo
transformó en el hombre tigre.
Enfrentamiento de
Pacho Rada con el diablo:
Pacho Rada frecuentaba la finca “Vijagual”, de propiedad de la familia Tovar, con
el toque de su acordeón, de manera que cansado de tanto tocar y beber licor,
esa noche de mitad de siglo XX, decidió regresar a su casa. Fue así como
ensilló su caballo, e inició el regreso a su hogar en la finca “El Colegio”,
que estaba también en las montañas de Nueva Granada Magdalena, a dos horas de
camino. A eso de las once de la noche en plena montaña oscura, Pacho
Rada, escuchó la música de un acordeón que interpretaba muy bien un son. En
principio creyó que eran sus alumnos granadinos Buenaventura Díaz Ospino y Juan
Tapias Baena, que andaban por las montañas tocando parrandas. Entonces se bajó
de la bestia, sacó su acordeón, se tomó un trago de ron y les respondió con una
melodía de su inspiración, para que supieran sus alumnos musicales, que él, se
encontraba por allí. Terminada la interpretación de Pacho Rada, le contestaron con
otro son que se oía más cerca. Nuevamente Francisco Rada, le cantó otras de sus
canciones, pero lo curioso del caso era que no veía a nadie, solo escuchaba la
melodía de un acordeón. Ante esta situación el maestro entró en pánico, se le
erizó el pelo, montó su caballo y se fue temblando de miedo para su rancho
donde lo esperaba su compañera sentimental María del Rosario Ospino Ospino, en
su rancho construido en la finca “El Colegio”, jurisdicción de Nueva Granada
Magdalena. De modo que fue el diablo quien retó las notas del verdadero
Francisco El Hombre, Francisco Rada Batista.
CARACTERISTICAS DEL
MORROCOLLO: El morrocollo es un
reptil que viene de la familia de las tortugas, también le dicen morrocoy. Su
nombre nació de "Morro" por la forma del cuerpo y de "Coy'' por
el sonido que emite, quedando para siempre morrocoy. Tienen la característica
de estar enterrados en el fango y pueden pasar mucho tiempo enterrados, además
de caminar sobre la superficie terrestre. En la cultura pueblerina el morrocollo es un símbolo de larga
vida, prosperidad, felicidad, sabiduría, animal que trae buena suerte y que
aleja lo malo. Es la razón por la cual en estas regiones los campesinos suelen
criarlos y cuidarlos como animales domésticos. De ahí que desde tiempos
antiguos se creía que para tener buena suerte cada hogar debía tener un
morrocoy robado, uno comprado y uno regalado. En sus patas y caparazón, se descubren números que aciertan con
los juegos de azar. De modo que soñar con morrocollo trae prosperidad, éxitos y
buena salud en la mayoría de las ocasiones. De otro lado el colmillo del
morrocollo es un buen amuleto para contrarrestar el mal de ojo y, a sus huevos
se les atribuyen propiedades afrodisíacas.
EL HOMBRE QUE SE
VOLVIÓ MORROCOLLO: Se llamaba Felipe
Herrera, lo apodaban “El Amiguito” y vivía cerca de la desaparecida ceiba,
antigua Placita Vieja, cabecera municipal de Nueva Granada Magdalena. Fueron
estos los lugares de la fundación del viejo caserío, que empezó en el año 1885,
con 5 hectáreas y luego le escrituraron un lote de terreno de 80 hectáreas.
Quedaba el rancho de Felipe Herrera diagonal a la antigua Placita Vieja, en una casa de tabla que
con el tiempo sirvió de cárcel del pueblo, antigua cárcel en donde hoy funciona
el hospital municipal.
Curador de picaduras de culebras: “El Amiguito”, Felipe Herrera, aprendió de los chamanes Chimila,
en la región centro del Magdalena, el arte de curar mordeduras de culebras.
Para las curaciones de culebra, utilizaba oraciones, secretos y brebajes de
plantas medicinales. Esos rezos y esos brebajes eran capaces de curar cualquier
picadura de culebra, tan es así que tenía la capacidad de curar desde la
distancia a cualquier persona. Se convirtió el curandero de culebra más famoso
y buscado de la región y toda la Costa.
Primera Transformación en morrocoyo: Desarrolló “El Amiguito”, la brujería, el conjuro y acechanzas
de pactos diabólicos para transformarse en gallina, gallinazo, cerdo, culebra,
burro, mariposa y; en especial lo que más le fascinaba: la metamorfosis
corporal del morrocollo. Esa primera transformación de “El Amiguito”, ocurrió
un día cuando asustó a varios granadinos que vieron caer del cielo un gigante
morrocollo, nunca visto en la región, confundiendo la realidad con la fantasía.
El ritual o transmutación de su magia negra consistía en desaparecer como
persona y encarnar al morrocollo, incorporando su conciencia al cuerpo del
animal.
Celos entre brujos: Era “El Amiguito”, Felipe Herrera, contemporáneo con el famoso
botánico y brujo granadino, Próspero Faraón Acuña Villalobos. Entre los dos
hubo celos profesionales, de tal manera que Felipe Herrera, para sacarlo de la
contienda se tomó el trabajo de convertirlo en un hombre tigre. Fue en la población de Las Mulas, antigua región plateña, que
“El Amiguito”, invitó a tomar licor a Próspero Acuña, en casa de su comadre de
sacramento, mujer que se prestó para que lo embrujara con un brebaje que
contenía huevo de tigre. De modo que en casa de la comadre de Próspero Acuña,
entre trago y trago le dieron a beber chicha en una totuma de orinar que usaban
las mujeres de antes, en la cual iba ocultó el brebaje malicioso de huevo de
tigre. Ahí fue que Prospero Acuña, perdió el juicio, perdió el rumbo de la
vida, ahí fue que se volvió tigre.
Maquillón: Los familiares de Próspero Acuña, buscaron al indio “Maquillón”
de la tribu Chimila, para transmutarlo a su estado normal, pero no fueron
suficientes los poderes sobrenaturales de "Maquillón", quien tuvo que
recurrir a los propios libros de Prospero Acuña, para contrarrestar el engendro
diabólico que poseía su cuerpo. "Maquillón" durante los meses que
estuvo combatiendo con el espíritu maligno, se puso flaco como una calilla de
tabaco, hasta que una noche oscura y sin luceros, logró arrancarlo de su alma.
Esa noche Prospero Acuña, vomitó negro el brebaje de huevo de tigre que le
había dado su comadre de sacramento en una totuma de orinar; esa noche Prospero
Acuña, descansó de su mal y volvió a vivir en paz.
El desquite de Prospero Acuña: Prospero Acuña, tenía entre ceja y ceja al hombre que lo volvió
tigre, al hombre que le transformó su vida, esperando el momento oportuno para
el desquite. Ese momento ocurrió tiempo después, en un encuentro que tuvieron
en la población de San Ángel Magdalena, allí como en la otra ocasión,
departieron tragos de licor, brindaron como amigos, luego de la parranda cada
uno se fue para su lado. En esta ocasión a Prospero Acuña, no le pasó nada,
pero si a “El Amiguito”, Felipe Herrera, quien estando en su casa le sobrevino
un fuerte dolor que le reventó la barriga por el lado izquierdo, circunstancia
que le produjo la muerte. De modo que Prospero Acuña Villalobos, acabó con la
vida del hombre que se volvía morrocollo en Nueva Granada Magdalena, en la década
de 1970.
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