viernes, 16 de agosto de 2019

EL HOMBRE MORROCOLLO
DE NUEVA GRANADA MAGDALENA.
PACTOS CON EL DIABLO Y BRUJERÍA: Desde su fundación en el año 1885, ha existido en Nueva Granada Magdalena, los pactos con el diablo y la brujería. En los pactos con el diablo la persona ofrecía su alma a cambio de favores diabólicos poderosos; favores que solían ser la eterna juventud, el conocimiento, las riquezas, el amor o el poder. Las brujas aparecían en forma de ave nocturna dando aletazos en los techos de las casas y con estruendosas carcajadas. Se transformaban en gallinas, gallinazos, cerdos, culebras, burras, mariposas y otros animales. De modo que existía un conocimiento popular para alejar las brujas, colocando una escoba detrás de la puerta, o las chancletas boca abajo, debajo de la cama. Con el transcurrir del tiempo se fueron acumulando en el municipio historias de brujería como las trompadas enigmáticas de Manuel Domingo Guerra, el hombre que se volvía tigre, el enfrentamiento de Pacho Rada con el diablo y el hombre que se volvía morrocoyo, entre otras.
El enfrentamiento entre Manuel Domingo Guerra y Chajo Theran: Uno de los hombres que acompañó a Fernando Liñán Aroca, en la fundación de Nueva Granada Magdalena, en el año 1885, lo fue Manuel Domingo Guerra, personaje guapo a las trompadas y de pactos diabólicos. Manuel Domingo Guerra, granadino de pura cepa, a quien cariñosamente llamaban “El Negro”, años posteriores a la fundación del pueblo, se enfrentó a las trompadas con otro personaje de igual condición, llamado Chajo Theran. Se citaron en la antigua finca “El Triángulo”, a darse puños ebrios de ron. Fue tan dura y extensa la contienda entre los dos trompeadores, que se dieron puños durante toda la noche quedando el sitio de la finca como si hubiese sido pisoteado por el enfrentamiento de dos toros bravos.
El hombre que se volvió tigre: Se llamó Próspero Faraón Acuña Villalobos, nació en Nueva Granada Magdalena, en los primeros años del siglo XX y fallecido en la misma población en la década de 1990. Desde muy joven se entusiasmó por las ciencias ocultas, aprovechando la clarividencia que tuvo desde temprana edad, aprovechando la variedad abundante de plantas medicinales en la región y aprovechando la cultura hechicera indígena Chimila en la región centro del Magdalena. Acentuó Próspero Acuña, sus conocimientos de botánico, curandero, yerbatero, rezandero, culebrero y de brujería. Aprendió la magia de transformarse en animales, de desmontar un potreo de cien hectáreas en una hora, de transportarse de un pueblo a otro volando como los pájaros, además de conseguir mujeres con el secreto del pájaro macuá. La vida de Prospero Acuña Villalobos, transcurría normal, con muchos éxitos médicos, con mucha fama en la región, hasta que ocurrió un incidente en el caserío de Las Mulas, jurisdicción de Plato Magdalena, hoy perteneciente al municipio de San Ángel, incidente que transformó su vida por completo. Otro brujo llamado “El Amiguito”, por envidia, se aprovechó de una parranda para darle de beber un brebaje de huevo de tigre, que con el tiempo lo transformó en el hombre tigre.
Enfrentamiento de Pacho Rada con el diablo: Pacho Rada frecuentaba la finca “Vijagual”, de propiedad de la familia Tovar, con el toque de su acordeón, de manera que cansado de tanto tocar y beber licor, esa noche de mitad de siglo XX, decidió regresar a su casa. Fue así como ensilló su caballo, e inició el regreso a su hogar en la finca “El Colegio”, que estaba también en las montañas de Nueva Granada Magdalena, a dos horas de camino. A eso de las once de la noche en plena montaña oscura, Pacho Rada, escuchó la música de un acordeón que interpretaba muy bien un son. En principio creyó que eran sus alumnos granadinos Buenaventura Díaz Ospino y Juan Tapias Baena, que andaban por las montañas tocando parrandas. Entonces se bajó de la bestia, sacó su acordeón, se tomó un trago de ron y les respondió con una melodía de su inspiración, para que supieran sus alumnos musicales, que él, se encontraba por allí. Terminada la interpretación de Pacho Rada, le contestaron con otro son que se oía más cerca. Nuevamente Francisco Rada, le cantó otras de sus canciones, pero lo curioso del caso era que no veía a nadie, solo escuchaba la melodía de un acordeón. Ante esta situación el maestro entró en pánico, se le erizó el pelo, montó su caballo y se fue temblando de miedo para su rancho donde lo esperaba su compañera sentimental María del Rosario Ospino Ospino, en su rancho construido en la finca “El Colegio”, jurisdicción de Nueva Granada Magdalena. De modo que fue el diablo quien retó las notas del verdadero Francisco El Hombre, Francisco Rada Batista.
CARACTERISTICAS DEL MORROCOLLO: El morrocollo es un reptil que viene de la familia de las tortugas, también le dicen morrocoy. Su nombre nació de "Morro" por la forma del cuerpo y de "Coy'' por el sonido que emite, quedando para siempre morrocoy. Tienen la característica de estar enterrados en el fango y pueden pasar mucho tiempo enterrados, además de caminar sobre la superficie terrestre. En la cultura pueblerina el morrocollo es un símbolo de larga vida, prosperidad, felicidad, sabiduría, animal que trae buena suerte y que aleja lo malo. Es la razón por la cual en estas regiones los campesinos suelen criarlos y cuidarlos como animales domésticos. De ahí que desde tiempos antiguos se creía que para tener buena suerte cada hogar debía tener un morrocoy robado, uno comprado y uno regalado. En sus patas y caparazón, se descubren números que aciertan con los juegos de azar. De modo que soñar con morrocollo trae prosperidad, éxitos y buena salud en la mayoría de las ocasiones. De otro lado el colmillo del morrocollo es un buen amuleto para contrarrestar el mal de ojo y, a sus huevos se les atribuyen propiedades afrodisíacas.
EL HOMBRE QUE SE VOLVIÓ MORROCOLLO: Se llamaba Felipe Herrera, lo apodaban “El Amiguito” y vivía cerca de la desaparecida ceiba, antigua Placita Vieja, cabecera municipal de Nueva Granada Magdalena. Fueron estos los lugares de la fundación del viejo caserío, que empezó en el año 1885, con 5 hectáreas y luego le escrituraron un lote de terreno de 80 hectáreas. Quedaba el  rancho de Felipe Herrera diagonal a la antigua Placita Vieja, en una casa de tabla que con el tiempo sirvió de cárcel del pueblo, antigua cárcel en donde hoy funciona el hospital municipal.
Curador de picaduras de culebras: “El Amiguito”, Felipe Herrera, aprendió de los chamanes Chimila, en la región centro del Magdalena, el arte de curar mordeduras de culebras. Para las curaciones de culebra, utilizaba oraciones, secretos y brebajes de plantas medicinales. Esos rezos y esos brebajes eran capaces de curar cualquier picadura de culebra, tan es así que tenía la capacidad de curar desde la distancia a cualquier persona. Se convirtió el curandero de culebra más famoso y buscado de la región y toda la Costa.
Primera Transformación en morrocoyo: Desarrolló “El Amiguito”, la brujería, el conjuro y acechanzas de pactos diabólicos para transformarse en gallina, gallinazo, cerdo, culebra, burro, mariposa y; en especial lo que más le fascinaba: la metamorfosis corporal del morrocollo. Esa primera transformación de “El Amiguito”, ocurrió un día cuando asustó a varios granadinos que vieron caer del cielo un gigante morrocollo, nunca visto en la región, confundiendo la realidad con la fantasía. El ritual o transmutación de su magia negra consistía en desaparecer como persona y encarnar al morrocollo, incorporando su conciencia al cuerpo del animal.
Celos entre brujos: Era “El Amiguito”, Felipe Herrera, contemporáneo con el famoso botánico y brujo granadino, Próspero Faraón Acuña Villalobos. Entre los dos hubo celos profesionales, de tal manera que Felipe Herrera, para sacarlo de la contienda se tomó el trabajo de convertirlo en un hombre tigre. Fue en la población de Las Mulas, antigua región plateña, que “El Amiguito”, invitó a tomar licor a Próspero Acuña, en casa de su comadre de sacramento, mujer que se prestó para que lo embrujara con un brebaje que contenía huevo de tigre. De modo que en casa de la comadre de Próspero Acuña, entre trago y trago le dieron a beber chicha en una totuma de orinar que usaban las mujeres de antes, en la cual iba ocultó el brebaje malicioso de huevo de tigre. Ahí fue que Prospero Acuña, perdió el juicio, perdió el rumbo de la vida, ahí fue que se volvió tigre.
Maquillón: Los familiares de Próspero Acuña, buscaron al indio “Maquillón” de la tribu Chimila, para transmutarlo a su estado normal, pero no fueron suficientes los poderes sobrenaturales de "Maquillón", quien tuvo que recurrir a los propios libros de Prospero Acuña, para contrarrestar el engendro diabólico que poseía su cuerpo. "Maquillón" durante los meses que estuvo combatiendo con el espíritu maligno, se puso flaco como una calilla de tabaco, hasta que una noche oscura y sin luceros, logró arrancarlo de su alma. Esa noche Prospero Acuña, vomitó negro el brebaje de huevo de tigre que le había dado su comadre de sacramento en una totuma de orinar; esa noche Prospero Acuña, descansó de su mal y volvió a vivir en paz.
El desquite de Prospero Acuña: Prospero Acuña, tenía entre ceja y ceja al hombre que lo volvió tigre, al hombre que le transformó su vida, esperando el momento oportuno para el desquite. Ese momento ocurrió tiempo después, en un encuentro que tuvieron en la población de San Ángel Magdalena, allí como en la otra ocasión, departieron tragos de licor, brindaron como amigos, luego de la parranda cada uno se fue para su lado. En esta ocasión a Prospero Acuña, no le pasó nada, pero si a “El Amiguito”, Felipe Herrera, quien estando en su casa le sobrevino un fuerte dolor que le reventó la barriga por el lado izquierdo, circunstancia que le produjo la muerte. De modo que Prospero Acuña Villalobos, acabó con la vida del hombre que se volvía morrocollo en Nueva Granada Magdalena, en la década de 1970.

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