MÁQUINA DE COSER Y BÓVEDA
DE ANITA LENOIT EN TENERIFE.
Máquina de coser de Anita Lenoit
Tenerife, Magdalena.
COMENTA RICARDO NAVARRO: Ricardo Navarro, nativo de Tenerife, Magdalena, sobre este valioso objeto histórico, manifiesta lo siguiente:
- "Esta máquina fue pasando en custodia de generación en generación, fue mi abuela Praxedes Orozco Nuñez (prima de Don Nieves Nuñez), quien falleció a los 102 años de edad, la última en conservarla y su hija mayor, Gregoria Navarro Orozco la entregó en donación al Museo de La Casa de la Cultura de Tenerife, hace ya más de 15 años".
DE SALAMINA A TENERIFE: En diciembre de 1812, la conoció Simón Bolívar, en Salamina, Magdalena. Anne Lenoit regresa a Tenerife, jamás se casa, y fallece en esta población el 5 de abril del año 1868, donde se ganaba la vida como modista.
La vivienda de Anita Lenoit en Salamina, ubicada de esquina cerca de la iglesia, y rodeada de un pequeño jardín, servía de tienda atendida por el padre de la hermosa francesita. En esa vivienda se hospedó Simón Bolívar y vivió un romance con la única de sus mujeres, que lo vió morir en Santa Marta el 20 de diciembre de 1830. Anne Lenoit, era muy culta, con una cultura poco común en esa época. Murió ejerciendo la labor de costurera, explicable porque su padre vendía telas en la tienda de Salamina, Magdalena.
PLACA EN HONOR A ANITA LENOIT: En el año 2019, Jhon Barrientos Ramírez, propietario del Restaurante Medellín, de Plato, Magdalena, amablemente donó una placa en mármol, en honor a Anne Lenoit, gestión llevada a cabo por Jorge Curcio Director de la "Casa de la Cultura Antonio Curcio Altamar", la cual fue instalada en el Cementerio Municipal de Tenerife, lugar donde reposan los restos de la bella princesita.
HOMENAJE PÒSTUMO A ANITA LENOIT: El 20 julio del año 2022, se le realizó un homenaje póstumo al verdadero amor de Simón Bolívar (Anita Lenoit), en el cementerio de la población de Tenerife, Magdalena. El Doctor Eduardo Pertuz, acompañado de un grupo de amigos vestidos de lino blanco, entre ellos una pareja de franceses, una ciudadana canadiense, unos mexicanos, y una comisión de notables de la Casa de la Historia de Magangué, presidida por el escritor y poeta Antonio Botero.
Ese día, ante la bóveda de Anne Lenoit, el ciudadano francés Pierre Marie Gallois, inició con unas emotivas palabras, y al final de su discurso sonó el himno de Francia. Acto seguido se dejó sobre su tumba la bandera de Francia y unos ramos de flores de Siempre Viva, flor común en esta región. El poeta y escritor magangueleño Antonio Botero, deleitó con un pensamiento a la homenajeada.
Todo fue apoteósico, los discursos, el himno, la emoción compartida, y la indumentaria dieron el éxito al homenaje póstumo. Todo fue posible gracias a la colaboración invaluable de Jorge Curcio Director de la Casa Museo de la Cultura de Tenerife, del profesor Cristian Moreno, del historiador local José Ponce, de la familia Barreto Molina, del escritor Luis Roncallo Fandiño, del Ejército Nacional, de la Policía.
LLEGADA DEL LIBERTADOR A SALAMINA: el Libertador, con el fin de conocer los puertos ubicados sobre la margen oriental del río, y obtener información sobre el enemigo; de Barranca Vieja, Bolívar, baja sobre las aguas del Río Magdalena en balsas o bongos, arrimando en el embarcadero del pequeño pueblo Punta Gorda (hoy Salamina Magdalena), donde las tropas a su mando debían aprovisionarse y descansar de los ardientes rayos del sol de un medio día del mes de diciembre del año 1812. Sobre la llegada de Bolívar por primera vez al pueblo de Salamina, el historiador Indalecio Liévano Aguirre comenta:
- “Al atracar, mientras las gentes se agolpaban llenas de curiosidad a contemplar a los soldados y estos buscaban la sombra, Bolívar con algunos de sus oficiales se dirigió a la taberna del pueblo para obtener informes sobre el enemigo. Alegre y obsequioso como siempre, no tardó en formarse alrededor suyo un numeroso grupo de gente que escuchaba con curiosidad su conversación y le encarecían las dificultades próximas de su arriesgada empresa. Con la bebida, la conversación se fue alejando de las serias preocupaciones de la campaña y cayó en las anécdotas y crónicas del lugar, que muchos, animados por el licor, se complacían en relatar con lujo de detalles”.
Cuando enfermo Simón Bolívar regresaba por el Río Magdalena, a morir en Santa Marta aquel diciembre del año 1830, al pasar por Salamina, Magdalena, el Libertador le respondió el verso que Anita Lenoit, le había dedicado en el año 1812:
- "¡Oh río, mira!
El año ha terminado apenas
y cerca de tus ondas que ella tanto quería
vengo a sentarme solo en tus arenas
donde la viste un día".
Recordó Simón Bolívar, que le había dicho en aquella época a la hermosa francesita de 17 años, que quería irse con él a la guerra:
- "No, tú no puedes ir a la campaña del Magdalena".
LIBROS EN HONOR A ANITA LENOIT: de la pluma de historiadores tenerifanos han brotados varios libros en honor al verdadero amor del Libertador Simón Bolívar. Ellos son:
- “Anne Lenoit, la flor de la viudita”, de la autoría de Aníbal Enrique Escobar Mejía. Es un libro sobre el amor sufrido, perseverante, abnegado, sacrificado y hasta necio, de una mujer cuyos restos descansan en la tierra donde dejó su vida, por perseguir una promesa que idealizó.
"La Siempre Viva del Libertador", autoría de Luis Roncallo Fandiño, reconocido por sus obras literarias basadas en la vida de personajes históricos ligados al Caribe Colombiano. También ha tenido una destacada trayectoria como periodista, trabajando para importantes medios escritos en Colombia.