sábado, 25 de mayo de 2019

EL ALTAR
DE JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ.
José Gregorio
Hernández.

NACIMIENTO Y VIDA: Nació José Gregorio Hernández, en la localidad venezolana de Isnotu en el año 1864 y murió en Caracas en junio del año 1919, luego de golpearse la cabeza con un andén tras ser atropellado. Fue un médico, científico, profesor y filántropo de profunda vocación religiosa, cristiano católico y franciscano seglar, reconocido por su solidaridad con los más necesitados y recordado por su caridad, generosidad, rectitud y servicio a los pobres. Su vida fue un testimonio evidente de santidad, tanto, que muchos latinoamericanos lo consideran santo, a pesar de que aún no ha sido canonizado por la Iglesia católica. Está en proceso de beatificación y de posterior canonización.
Devoción por José Gregorio Hernández: El médico José Gregorio Hernández, tras su muerte, comenzó a hacer milagros a través de los médium. En Colombia hay cerca de 2.000 templos en donde se le rinde culto. El fanatismo por él parece inmortal, así lo llaman sus devotos:
- "El Médico de los Pobres", título otorgado por el pueblo.
-El Siervo de Dios, título otorgado por el Vaticano en 1972. 
- Venerable, título otorgado por Juan Pablo II, en el año 1986.
Beatificación de José Gregorio Hernández: El Doctor José Gregorio Hernández, fue beatificado  el viernes 30 de abril del año 2021, tal como fue anunciado por la Conferencia Episcopal Venezolana, el 13 de junio del año 2020, por autorización del Papa Francisco. La Iglesia Católica Venezolana había iniciado las gestiones para la beatificación en el año 1949, finalmente la ceremonia del médico y devoto (1864-1919), se realizó en el Estadio Universitario de la Universidad Central de Venezuela, centro de estudios donde se graduó y fue profesor el también llamado “Médico de los Pobres”.
MÉDIUM O PADRE CELESTIAL: Vehículo por medio del cual José Gregorio Hernández realiza cirugías, curaciones y diagnósticos a quienes buscan sanar sus enfermedades. Los médium son el medio por el que se comunican José Gregorio y el paciente, pero es realmente el espíritu del doctor el que los atiende y los receta. Nunca habla en primera persona, es como si él no estuviera en la sala. 
Testimonio de un médium: Un médium manifiesta que un día sintió la voz de José Gregorio diciéndole: 
- Yo te curé
Así lo conoció. Después, comenzó a hablarle, a decirle en sueños que iba a curar a personas a través de él. Pensó que era algo que venía de Dios, pensó que era algo bueno. No le vio nada de malo y montó un consultorio, se convirtió en médium. Mandaba recetas, la gente las compraba y se curaba con eso. No cobraba nada, pero lo tomó como un trabajo.
EL ALTAR DE JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ: Tenía el altar, una imagen grandísima de él, adornada con claveles blancos. Su estatua rodeada de velas y vasos llenos de agua, el que llenaban hasta la mitad, marcados con el nombre de cada uno de los feligreses. También dejaban botellas de alcohol. Al altar no se podía entrar con prendas de oro o metales. A los pantalones y trajes había que quitarles las correderas y botones. Cuando José Gregorio Hernández, se manifestaba en la sala de cirugía o en el altar, se sentía un olor a alcohol.
El agua y el alcohol en el altar: Como se dijo anteriormente no faltaban los vasos y botellas llenas de agua en el altar de José Gregorio Hernández, vasos de agua que reposaban durante toda la noche y la madrugada, recibiendo la influencia divina del Siervo de Dios. Con el trascurrir de los días el líquido empezaba a tomar un color blancuzco, parecido al agua de coco. El alcohol se transformaba en una especie de aceite milagroso que curaba todo tipo de malestares. Para sus curaciones esas personas tomaban un vaso de agua todas las mañanas al levantarse. Cuando las dolencias del cuerpo eran fuertes, reemplazan el vaso de agua por uno de alcohol.
Operaciones y cirugías: Contaba la sala de cirugía con camilleros, cama de tijera, de lienzo o de lona. Para las mencionadas cirugías se le pedía a las personas un vaso de alcohol, una mota de algodón y gasas. José Gregorio Hernández hacía el tratamiento directamente, la cirugía la presenciaba la gente a través de movimientos de manos que simulan la extracción del tumor maligno o el órgano enfermo. Siempre hacía sus operaciones en el momento en que la persona devota estaba durmiendo. Cuando la persona se levantaba por la mañana encontraba en su cuarto o sala de operaciones, algodones y gasas.
- Cuenta una devota que en la madrugada se quedó dormida. En su sueño vio al Doctor José Gregorio, con su saco gris, recorrer su cuerpo con las manos, abrirle la piel, y sacarle los quistes. Jadeante y sudorosa, envuelta en el calor sanador, supo que había sido curada.
- En un testimonio una mujer manifiesta que José Gregorio Hernández la sometió a un tratamiento, la operó y dice que le ponía sueros y hasta le hizo transfusiones de sangre hasta dejarla totalmente curada.
- Otra persona refiere que a través del médium fue operada, no vio sangre ni nada, pero en ese consultorio sentía que le curucuteaban la cabeza, como en una operación.

LOS PUEBLOS DEL MAGDAELNA
Y JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ.
Crónica de El Informador.
Sobre San Gregorio.

LA MÉDIUM QUE LLEGÓ A SANTA MARTA: En el año 1973, llegó a Santa Marta, la más sobresaliente médium de José Gregorio Hernández, la señora Neyla Tarazona de Alarcón, la que recibió mayores potestades por parte de “El Médico de los Pobres”.
Un “Padre Celestial” en “Caimán”: Se trata de María Cabrera, que para comienzo de la década de 1970, era la principal médium de José Gregorio Hernández en Candelaria Magdalena, “Caimán” y, toda la región ribereña. La llamaban el “Padre Celestial”. Otras médium del corregimiento de Candelaria, municipio Cerro San Antonio, fueron Pablita y Elsa.
Capilla José Gregorio Hernández, en Cerro San Antonio: Declarada Patrimonios Cultural del municipio.
José Gregorio Hernández en Cantagallar: En el año 1973 a través de un médium de José Gregorio Hernández, se instala un altar en el barrio El Bochinche, donde los creyentes debían llegar sin prenda alguna, se privaban y eran curados. Para la época del Médium de José Gregorio Hernández en Cantagallar, “La Mona”, hija de “Malito” Calvo, poseída por el espíritu caminó las calles del pueblo de espalda; lo cierto del caso fue que llegando a la casa de Modesta Rangel Barros, cayó sobre un zanjón que en la calle había. Allí despertó de su estado embrujado.

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