NOMBRE DEL PERSONAJE: Su nombre Ramón Alberto Peña de la Cruz, según algunos nacido en
Isabel López, Atlántico; para otros, era oriundo de Pivijay, Magdalena. Lo
cierto es que la mayor parte de su vida la vivió en el Departamento del
Magdalena, pasó su vejez en el corregimiento piñonero de Sabanas, Magdalena y
murió el 5 de julio del 2016, cercano a los 90 años de edad en la población de
Punta de Piedras, Magdalena.
Familiares de “Chicho”: En Pivijay, tenía un hermano, Arturo Peña de la Cruz; además era tío de los famosos acordeoneros Cristian Camilo y Ramiro Peña, también nativos de Pivijay.
Apodos de Ramón Alberto Peña de la Cruz: Le decían “Chicho el Loco”, “Chicho Piedra”, “Chicho Come Piedras”, “Chicho Azul”, “Huevo Azul”, “Chicho Jopo Mono”, “Chicho Guacamaya”, “Chicho Come Uñas”.
CARACTERÍSTICAS DE “CHICHO”: Hombre alto, mono, corpulento, cabellera rubia, cerraba un ojo, reservado, sigiloso, andariego, solitario, gozaba del aprecio de la gente, personaje que divertía con sus cuentos y chismes. No gustaba de los locos, pero le decían “Chicho el Loco”, que de loco no tenía nada. Le gustaba cantar e improvisar y cuando lo hacían coger rabia correteaba a la gente con una vara y lloraba como un niño.
Le tenía miedo a los animales: “Chicho” le temía a los perros, a los perros, a los gatos y a los morrocoyos,
“CHICHO”, EL MENSAJERO: Ramón Alberto Peña de la Cruz, parecía saberlo todo y era bien mandado cuando se le pedía un favor. Considerado el mejor mensajero y el viajero incansable, ya que deambulaban de pueblo en pueblo y a donde le tocaba llevar la noticia la llevaba. Este caminante de la vida, recorrió toda Colombia sin pagar un solo pasaje, excelente para dar noticias de fallecimientos de familiares o amigos, en pueblos desconocidos, que solamente él tenía la brújula para encontrarlos. Al llegar manifestaba seguro:
- “Aquí duermo hoy, de aquí no me voy”.
La totuma de “Chicho”: En sus andanzas no le falta su totuma para beber el agua y tomar el café. Al llegar a la casa de un amigo le brindaban de comer, entonces cuando estaba desayunando preguntaba:
- Y van hacer almuerzo?
Cuando estaba almorzando, ya estaba pensando en la cena, entonces manifestaba:
- Que van hacer en la tarde? Me guardan un poquito.
Familiares de “Chicho”: En Pivijay, tenía un hermano, Arturo Peña de la Cruz; además era tío de los famosos acordeoneros Cristian Camilo y Ramiro Peña, también nativos de Pivijay.
Apodos de Ramón Alberto Peña de la Cruz: Le decían “Chicho el Loco”, “Chicho Piedra”, “Chicho Come Piedras”, “Chicho Azul”, “Huevo Azul”, “Chicho Jopo Mono”, “Chicho Guacamaya”, “Chicho Come Uñas”.
CARACTERÍSTICAS DE “CHICHO”: Hombre alto, mono, corpulento, cabellera rubia, cerraba un ojo, reservado, sigiloso, andariego, solitario, gozaba del aprecio de la gente, personaje que divertía con sus cuentos y chismes. No gustaba de los locos, pero le decían “Chicho el Loco”, que de loco no tenía nada. Le gustaba cantar e improvisar y cuando lo hacían coger rabia correteaba a la gente con una vara y lloraba como un niño.
Le tenía miedo a los animales: “Chicho” le temía a los perros, a los perros, a los gatos y a los morrocoyos,
“CHICHO”, EL MENSAJERO: Ramón Alberto Peña de la Cruz, parecía saberlo todo y era bien mandado cuando se le pedía un favor. Considerado el mejor mensajero y el viajero incansable, ya que deambulaban de pueblo en pueblo y a donde le tocaba llevar la noticia la llevaba. Este caminante de la vida, recorrió toda Colombia sin pagar un solo pasaje, excelente para dar noticias de fallecimientos de familiares o amigos, en pueblos desconocidos, que solamente él tenía la brújula para encontrarlos. Al llegar manifestaba seguro:
- “Aquí duermo hoy, de aquí no me voy”.
La totuma de “Chicho”: En sus andanzas no le falta su totuma para beber el agua y tomar el café. Al llegar a la casa de un amigo le brindaban de comer, entonces cuando estaba desayunando preguntaba:
- Y van hacer almuerzo?
Cuando estaba almorzando, ya estaba pensando en la cena, entonces manifestaba:
- Que van hacer en la tarde? Me guardan un poquito.
A TODO EL MUNDO CONOCÍA: Tenía “Chicho” la facultad de acordarse de las
personas que conocía en sus correrías, así fuera por mucho tiempo que pasara
sin volverlas a ver. Cuando veía a una persona y no se acordaba de su nombre,
entonces lo llamaba por el gentilicio del pueblo de donde era nativo, así:
- “Oye cantagallero”.
- “Mira Pivijayero”.
- “Oye cantagallero”.
- “Mira Pivijayero”.
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