CASERÓN COLONIALL: en el antiguo sector llamado “Martinete”, por un viejo camino que de Santa Marta, conducía a Gaira, concretamente en la actual calle 30 entre carrera 8 y 9, cerca del sector conocido como puente "La Platina"; estaba construido desde el siglo XVII, un caserón colonial, con bodegas de añejamiento y un profundo pozo subterráneo para captar agua. Allí desde tiempos de la Colonia funcionó la Real Administración de Aguardiente de los españoles, que para 1780, era una de las mejores fabricas que durante muchos años dio enormes ganancias al gobierno.
POZO NORIA.
En vista de la sequía de la ciudad en épocas de verano, con el tiempo en ese viejo caserón se construyó un pozo tipo noria, que consiste en captación de aguas subterráneas mediante una máquina de dos grandes ruedas engranadas:
- Una horizontal, movida por un animal o un motor.
- Otra que gira verticalmente y que está provista de unos recipientes (cangilones) que recogen y suben el agua.
A ese caserón colonial los samarios empezaron a llamarlo “El Pozo de la Noria”, en vez de Real Administración de Aguardiente o Fábrica de Aguardiente.
DATOS CURIOSOS.
El fantasma del hombre ahorcado: siempre se habló del fantasma de un español ahorcado o el hombre sin cabeza que salía en el Pozo de la Noria.
Ubicación: donde hoy día existe un lavadero de carros, en la calle 30, entre carreras 8 y 9. En frente a la tienda El Socorro de José Ángel. Después que el pozo fue rellenado con escombros y basuras, a sus alrededores se levantaban dos frondosos árboles de trupillo.
El túnel: otra leyenda de este pozo, la construcción de un supuesto túnel que comunicaba al Fuerte San Fernando con la Quinta de San Pedro Alejandrino. Otras personas aseguran que el túnel servía de paso secreto durante los años de la Independencia de Colombia.
Eran las historias que contaban los primeros moradores de ese sector, en terrenos de Ana Tirado de Bermúdez, Sebastián Manjarrez, taller de Plinio y casa de Hilda Sánchez. Se decía que en frente a la tienda El Socorro , específicamente en la calle 30 con carrera 10, la vivienda allí construida, tenía un hueco profundo el cual tenía vínculos con el camino del Pozo de la Noria.
TESTIMONIOS.
Comenta Diana Manjarrés: "En esa maravillosa construcción hecha por los españoles, provengo yo. Nieta legítima de la dueña, Lucila Donoso. Ahí viví por muchos años historias maravillosas de época colonial, y todas son reales, nada de ciencia ficción: fantasmas, tesoros, agua, aguardiente. Ahí abajo existía un túnel, tunel que conducía a la Quinta San Pedro Alejandrino, y otro hacía la playa de la bahía. Logicamente deben existir, solo que sobre ellos, hay una edificacion de dos plantas y un lavadero de automoviles".
Comenta Gilberto Álvarez: "Ese túnel salía a la calle 31 pasando por el Colegio del Profesor Domingo (Mingo) Ceballos. Cruzaba la calle pasando por un costado de la casa de Marta Borrachera de Figueroa y de la familia Rosales Escobar".
Comenta Esmeralda Sandrid: "Mis hermanas Ruby y Miralba. Mis padres, Hilda y Víctor. La abuelita, Lucila Donoso. Las primas Rosa, Oscarina, Marla, Maribel, Liliana, Diana, Lucy. El primo Juancho, con todos ellos compartimos momentos inolvidables. Esos tiempos en que vivíamos en la calle 30 con carrera 8, para ser precisa en el Pozo de la Noria, lugar lleno de historia. Recuerdo que la abuela nos contó que el pozo un tiempo tenía agua, decidieron llenarlo de residuos como ramas hojas, para evitar otro accidente como la caída sin consecuencias graves de mi tío Enrique. Hablando un poco de historia, el Pozo de la Noria tenía una forma ovalada, rodeado de una fuerte muralla, el túnel que pasaba por la Quinta de San Pedro, hasta el Batallón Córdoba".
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