CRÓNICAS DEL
PERIODISTA
EFRAÍN MATTOS PADILLA.
Efraín
Mattos Padilla.
EFRAÍN MATOS PADILLA, PERIODISTA
SAMARIO: Efraín Matos Padilla,
desde el año de 1974, ejerce el periodismo en Santa Marta y el Departamento del
Magdalena, arte que aprendió de José Leandro Padilla Núñez, Gilberto Agudelo
Gómez, Radael Armando Huykey, Carlos Peralta Rodríguez, Álvaro Bustamante y a
Walter Martínez Polo, a quienes considera unos verdaderos maestros del
periodismo samario. Casado con Sonia Guerra Morales y es padre de cuatro hijos.
Estudió bachillerato en los colegios Liceo Caribe, Gimnasio Santa Marta y Liceo Celedón de Santa Marta. A pesar que no terminó el bachillerato, lo aprendió bien y, se puede decir que fue como si hubiera estado en la Universidad. Caracterizado Efraín Mattos desde joven por ser un lector voraz, sobretodo de la literatura universal y de la literatura colombiana; lo que contribuyó a aumentar sus conocimientos y su desarrollo periodístico.
Se inició precisamente en una empresa llamada Noticaribe, luego prestó sus servicios en La Voz de Santa Marta, Emisora Punta Betín, Radio Galeón, Radio Rodadero, La Voz del Turismo, Ondas del Caribe. En periodismo impreso, destaca sus escritos en Hoy Lunes (antes de ser Hoy Diario del Magdalena) y en el Informador. Durante 25 años cubrió la crónica Judicial y en el siglo XXI a la crónica social, actuando como intermediario entre las comunidades del Departamento y las autoridades administrativas.
Testimonio de Efraín Mattos sobre “El Tintico de Doña Ester”: Este es el testimonio del reportero periodista Efraín Mattos Padilla, uno de los primeros en vincularse a Radio Galeón, emisora fundada en Santa Marta en el año 1975, por el periodista samario Rodrigo Ahumada Bado: “El Tintico de Doña Ester, es un reconocimiento de Rodrigo Ahumada a su señora madre Ester Bado, quien vivió al lado de dónde quedó la emisora Radio Galeón, en la misma calle 17, con carera sexta, es decir frente a donde está ubicada ahora. Doña Ester muy temprano llevaba el tinto a las personas que laborábamos en dicha emisora entre ellas su hijo, que era el Director y propietario del noticiero "Mi Radioperiódico", yo me incluyo porque hacia parte del personal del noticiero en referencia, junto con “El Flaco” Pinto y otros reconocidos periodistas de esta ciudad. Rodrigo hacia su comentario o nota editorial diaria y al buscarle un nombre le colocó “El Tintico de Doña Ester”.
Efarín Mattos visto por el mismo: "Recordar es vivir y estoy agradecido con esta profesión, que no me dejó plata, pero si estabilidad emocional y en todos los sentidos, conformando una gran familia, que es mi mayor riqueza y no me canso de agradecer a las personas que me inculcaron este trabajo y fueron mis formadores, como José Leandro Padilla Núñez, mi tío materno, Gilberto Agudelo Gómez, Rafael Armando Heyke Linero, Walter Martínez Polo y Lucho Manjarrez y, varios más que de momento no recuerdo, quienes me inculcaron el amor por esta profesión a la que de antes ya quería.
En mis inicios en el año 1975 en la empresa Noticaribe, donde me inicié como mensajero, compartí con muchos de los grandes del periodismo samario y magdalenense de todos los tiempos, como los ya mencionados, como Eduardo Guevara, Clemente Pérez, Álvaro Bustamante, Rodrigo Ahumada, Augusto Pío, Pedro de Andreís, Álvaro Polo, habiendo aprendido de cada uno de ellos un poquito, a los que siempre recuerdo y agradezco”.
- “En momentos difíciles, me invade la nostalgia y vienen todos los recuerdos de esta hermosa vida que dios me dio, al que le doy gracias. Vienen mis recuerdos de infancia en Mamatoco, de la niñez en la Zona Bananera y Santa Marta; de la juventud, en Mamatoco y Santa Marta y, ya adulto en estas dos últimas localidades.
Habiendo estado en diferentes partes del país de Norte a Sur y, varias partes de la Costa; no me quejo para nada de la vida y, estoy agradecido por lo que soy y he alcanzado: una muy buena familia, un oficio lindo que creo que he cumplido a cabalidad, como lo es el periodismo.
Cuando muera no quiero lagrimas ni tristezas, porque nunca lo fui, tampoco quiero homenajes, porque ya para que y, así se lo he hecho saber a mis familiares y allegados. Gracias Dios mío y, a mi gran familia, por tanta cosa bellas que me han brindado”.
Estudió bachillerato en los colegios Liceo Caribe, Gimnasio Santa Marta y Liceo Celedón de Santa Marta. A pesar que no terminó el bachillerato, lo aprendió bien y, se puede decir que fue como si hubiera estado en la Universidad. Caracterizado Efraín Mattos desde joven por ser un lector voraz, sobretodo de la literatura universal y de la literatura colombiana; lo que contribuyó a aumentar sus conocimientos y su desarrollo periodístico.
Se inició precisamente en una empresa llamada Noticaribe, luego prestó sus servicios en La Voz de Santa Marta, Emisora Punta Betín, Radio Galeón, Radio Rodadero, La Voz del Turismo, Ondas del Caribe. En periodismo impreso, destaca sus escritos en Hoy Lunes (antes de ser Hoy Diario del Magdalena) y en el Informador. Durante 25 años cubrió la crónica Judicial y en el siglo XXI a la crónica social, actuando como intermediario entre las comunidades del Departamento y las autoridades administrativas.
Testimonio de Efraín Mattos sobre “El Tintico de Doña Ester”: Este es el testimonio del reportero periodista Efraín Mattos Padilla, uno de los primeros en vincularse a Radio Galeón, emisora fundada en Santa Marta en el año 1975, por el periodista samario Rodrigo Ahumada Bado: “El Tintico de Doña Ester, es un reconocimiento de Rodrigo Ahumada a su señora madre Ester Bado, quien vivió al lado de dónde quedó la emisora Radio Galeón, en la misma calle 17, con carera sexta, es decir frente a donde está ubicada ahora. Doña Ester muy temprano llevaba el tinto a las personas que laborábamos en dicha emisora entre ellas su hijo, que era el Director y propietario del noticiero "Mi Radioperiódico", yo me incluyo porque hacia parte del personal del noticiero en referencia, junto con “El Flaco” Pinto y otros reconocidos periodistas de esta ciudad. Rodrigo hacia su comentario o nota editorial diaria y al buscarle un nombre le colocó “El Tintico de Doña Ester”.
Efarín Mattos visto por el mismo: "Recordar es vivir y estoy agradecido con esta profesión, que no me dejó plata, pero si estabilidad emocional y en todos los sentidos, conformando una gran familia, que es mi mayor riqueza y no me canso de agradecer a las personas que me inculcaron este trabajo y fueron mis formadores, como José Leandro Padilla Núñez, mi tío materno, Gilberto Agudelo Gómez, Rafael Armando Heyke Linero, Walter Martínez Polo y Lucho Manjarrez y, varios más que de momento no recuerdo, quienes me inculcaron el amor por esta profesión a la que de antes ya quería.
En mis inicios en el año 1975 en la empresa Noticaribe, donde me inicié como mensajero, compartí con muchos de los grandes del periodismo samario y magdalenense de todos los tiempos, como los ya mencionados, como Eduardo Guevara, Clemente Pérez, Álvaro Bustamante, Rodrigo Ahumada, Augusto Pío, Pedro de Andreís, Álvaro Polo, habiendo aprendido de cada uno de ellos un poquito, a los que siempre recuerdo y agradezco”.
- “En momentos difíciles, me invade la nostalgia y vienen todos los recuerdos de esta hermosa vida que dios me dio, al que le doy gracias. Vienen mis recuerdos de infancia en Mamatoco, de la niñez en la Zona Bananera y Santa Marta; de la juventud, en Mamatoco y Santa Marta y, ya adulto en estas dos últimas localidades.
Habiendo estado en diferentes partes del país de Norte a Sur y, varias partes de la Costa; no me quejo para nada de la vida y, estoy agradecido por lo que soy y he alcanzado: una muy buena familia, un oficio lindo que creo que he cumplido a cabalidad, como lo es el periodismo.
Cuando muera no quiero lagrimas ni tristezas, porque nunca lo fui, tampoco quiero homenajes, porque ya para que y, así se lo he hecho saber a mis familiares y allegados. Gracias Dios mío y, a mi gran familia, por tanta cosa bellas que me han brindado”.
MAÑANITAS
DE MI PUEBLO MAMATOCO.
LOS MAMATOQUEROS: “Hace unos 60 o 50 años, Mamatoco, era un
corregimiento muy cerrado a sus tradiciones y a pesar de la cercanía, muy
distante de Santa Marta y los samarios solo iban de paseo los fines de semana o
para las fiestas de San Agatón o, sus carnavales o, para realizar algún tipo de
negocio. Era un pueblo acogedor y apacible, aun hoy lo es, con sus casas de
barro, bareheque, con techos de paja o palma; donde todos se conocían o eran
familia entre sí.
Predominaban los apellidos Núñez, Peña, Duica, Angulo, Fontalvo, Rodríguez, Pimienta, Polo, Martínez, Cabrera. Algunos perduran, otros se extinguieron y, otros salieron, no regresando. Por lo anterior casi todos eran familia por la mezcla entre miembros de las mismas familias descendientes de indígenas la mayoría.
El Mamatoquero era gente noble, dedicado al campo y por eso Mamatoco era la principal despensa de Santa Marta; porque allí salía todo lo que consumían los samarios como hortalizas, paja para las pesebreras, productos elaborados a base de la caña de azúcar, granos, arroz, maíz, cabuya, etc.
Era el mamatoquero madrugador y desde temprano se dedicaba a sus quehaceres, correspondiéndole a los hombres el trabajo en el campo, como corte de leña, siembras varias, corte de la paja, que era vendida en el mercado de la ciudad, además de la elaboración de carbón vegetal. A las mujeres y, a los niños, les correspondía las tareas del hogar y menores.
Destacamos en Mamatoco la compra de la leche, que se vendía donde Pepe Lugo, Bienvenido Peña, Eulogio Peña, Felipa Martínez, los Avendaño tanto del centro como de la Calle del Río, Bartola, Aníbal Zúñiga. Personajes que cada cual tenía su clientela.
Predominaban los apellidos Núñez, Peña, Duica, Angulo, Fontalvo, Rodríguez, Pimienta, Polo, Martínez, Cabrera. Algunos perduran, otros se extinguieron y, otros salieron, no regresando. Por lo anterior casi todos eran familia por la mezcla entre miembros de las mismas familias descendientes de indígenas la mayoría.
El Mamatoquero era gente noble, dedicado al campo y por eso Mamatoco era la principal despensa de Santa Marta; porque allí salía todo lo que consumían los samarios como hortalizas, paja para las pesebreras, productos elaborados a base de la caña de azúcar, granos, arroz, maíz, cabuya, etc.
Era el mamatoquero madrugador y desde temprano se dedicaba a sus quehaceres, correspondiéndole a los hombres el trabajo en el campo, como corte de leña, siembras varias, corte de la paja, que era vendida en el mercado de la ciudad, además de la elaboración de carbón vegetal. A las mujeres y, a los niños, les correspondía las tareas del hogar y menores.
Destacamos en Mamatoco la compra de la leche, que se vendía donde Pepe Lugo, Bienvenido Peña, Eulogio Peña, Felipa Martínez, los Avendaño tanto del centro como de la Calle del Río, Bartola, Aníbal Zúñiga. Personajes que cada cual tenía su clientela.
Es de anotar que por cualquier circunstancia
una persona se quedaba sin leche de donde era cliente, iba a otra parte; entonces
tenía que esperar que se le vendiera al último cliente de ese puesto, si
sobraba se te vendía, de lo contrario no”.
VÍAS
PUENTES DE MADERA EN LA VÍA DE
PIVIJAY: - "Bueno en mis recorridos por el Magdalena por
más de 45 años, hay cosas que me han llamado poderosamente la atención, como la
gran cantidad de puentes de madera que existen en nuestras vías.
La vía Fundación-Pivijay-Salamina, antaño fue la más premiada con más de 48 puentes de madera, siendo el más largo el ubicado en la salida Pivijay-Salamina, sobre el Caño Schiller o, de "Los Babillos", con más de 30 metros de largo, donde se construyó el puente de concreto, conocido como el "Puente de Pinedo", del que se dice, solo se construyó la mitad y por eso quedó con un solo carril”.
Un puente sin vía en Pedraza y Tenerife: “Otra cosa que llamó poderosamente la atención fue el gran puente de concreto construido entre Pedraza y Tenerife, sobre la entrada del Caño Los Patos o Caño Las Garzas, por el que se entra a la ciénaga de Zapayán Magdalena. Lo raro de esa construcción es que allí no hay, ni había carretera, lo que indica que se construyó el puente antes que la vía, o sea se compró primero el cántaro que las vacas. Tampoco se en que año fue, ni en qué administración se construyó, lo que sí sé es que con el paso del tiempo y de las crecientes del río y del caño, el puente colapsó y ahora solo quedan como mudos testigos los cabezotes que han aguantado el embate del tiempo”.
Magdalena turístico: “Algo que también llama mi atención es porque no se ha aprovechado la gran riqueza turística que tiene el departamento para explotarla como es. Sitios de exuberante belleza, como ríos, caños y ciénagas, con pueblos palafitos, con gran riqueza hídrica e ictiológica, así como de flora y fauna silvestre.
La vía Fundación-Pivijay-Salamina, antaño fue la más premiada con más de 48 puentes de madera, siendo el más largo el ubicado en la salida Pivijay-Salamina, sobre el Caño Schiller o, de "Los Babillos", con más de 30 metros de largo, donde se construyó el puente de concreto, conocido como el "Puente de Pinedo", del que se dice, solo se construyó la mitad y por eso quedó con un solo carril”.
Un puente sin vía en Pedraza y Tenerife: “Otra cosa que llamó poderosamente la atención fue el gran puente de concreto construido entre Pedraza y Tenerife, sobre la entrada del Caño Los Patos o Caño Las Garzas, por el que se entra a la ciénaga de Zapayán Magdalena. Lo raro de esa construcción es que allí no hay, ni había carretera, lo que indica que se construyó el puente antes que la vía, o sea se compró primero el cántaro que las vacas. Tampoco se en que año fue, ni en qué administración se construyó, lo que sí sé es que con el paso del tiempo y de las crecientes del río y del caño, el puente colapsó y ahora solo quedan como mudos testigos los cabezotes que han aguantado el embate del tiempo”.
Magdalena turístico: “Algo que también llama mi atención es porque no se ha aprovechado la gran riqueza turística que tiene el departamento para explotarla como es. Sitios de exuberante belleza, como ríos, caños y ciénagas, con pueblos palafitos, con gran riqueza hídrica e ictiológica, así como de flora y fauna silvestre.
El Caño Los Patos o Las Garzas, en mi primer
viaje quedé gratamente impresionado por su belleza exuberante con gran riqueza
de flora y gran cantidad de aves locales y migratorias que allí llegaban que le
daban un toque majestuoso, maravilloso e impresionante, digno de ser admirado.
La belleza de los palafitos en la Ciénaga Grande es otra cosa sin igual en el país y todos estos sitios han permanecido en el olvido y el atraso y solo ahora es que hay asomos de aprovechamiento turístico, tanto en esa zona como en el sur del departamento donde se cuenta con importantes riquezas de este tipo".
La belleza de los palafitos en la Ciénaga Grande es otra cosa sin igual en el país y todos estos sitios han permanecido en el olvido y el atraso y solo ahora es que hay asomos de aprovechamiento turístico, tanto en esa zona como en el sur del departamento donde se cuenta con importantes riquezas de este tipo".
INCURSIÓN
POR LOS PUEBLOS
RIBEREÑOS.
Efaín Mattos, con su hija.
Recibiendo un galardón
de Asociación de periodistas.
LO SOCIAL: “Algo que siempre me interesó, fue la parte social, al darme
cuenta de la manera cómo vivían nuestros conciudadanos del departamento, donde
se habían quedado relegados en materia de desarrollo. Una de mis incursiones
fue en los pueblos ribereños del Magdalena desde Sitionuevo hasta Pedraza,
Remolino, El Piñón, Salamina, Cerro de San Antonio. No habiendo nacido aun como
entes territoriales, Zapayán y Concordia, que eran simples caseríos.
Estos pueblos a pesar de haber sido el epicentro de la Campaña Libertadora, vivían en el completo abandono, sin servicios de ninguna clase, ni vías de comunicaron y penetración, que no fuera la del Río Magdalena, a pesar de lo cercano que quedaban, pues lo que había eran trochas o caminos de herradura.
Para el recorrido por esos municipios, tenía que cruzar a los vecinos del frente, el Departamento del Atlántico, seguía en chalupas por el Río Magdalena y luego regresar y así sucesivamente, era una verdadera odisea. El viaje entre Cerro San Antonio y El Piñón, lo hice a lomo de mula, porque no había otra, no contaban con servicio permanente de fluido eléctrico, ni telefónico.
A pesar de la gran riqueza agrícola y ganadera vivían en el atraso total. esto me movió a servir de puente para dar a conocer la triste realidad de nuestros pueblos, que por fin han comenzado a cambiar con mejores vías, comunicación, saneamiento básico, salud, educación, etc; para bien de sus moradores, aunque todavía falta un empujoncito, señores gobernantes".
Atravesando el Río Magdalena: “Siguiendo con las entregas sobre mis viajes por el Departamento del Magdalena, debo decirles que sin ser navegante, he viajado por el Río Magdalena a lo largo de este, desde Sitionuevo hasta El Banco, pasando por territorios de los departamentos de Atlántico, Bolívar y Cesar, en las llamadas chalupas, lanchas y jhonsos, por casi 40 años, aunque muchos no lo crean, pero es la pura verdad.
Estos pueblos a pesar de haber sido el epicentro de la Campaña Libertadora, vivían en el completo abandono, sin servicios de ninguna clase, ni vías de comunicaron y penetración, que no fuera la del Río Magdalena, a pesar de lo cercano que quedaban, pues lo que había eran trochas o caminos de herradura.
Para el recorrido por esos municipios, tenía que cruzar a los vecinos del frente, el Departamento del Atlántico, seguía en chalupas por el Río Magdalena y luego regresar y así sucesivamente, era una verdadera odisea. El viaje entre Cerro San Antonio y El Piñón, lo hice a lomo de mula, porque no había otra, no contaban con servicio permanente de fluido eléctrico, ni telefónico.
A pesar de la gran riqueza agrícola y ganadera vivían en el atraso total. esto me movió a servir de puente para dar a conocer la triste realidad de nuestros pueblos, que por fin han comenzado a cambiar con mejores vías, comunicación, saneamiento básico, salud, educación, etc; para bien de sus moradores, aunque todavía falta un empujoncito, señores gobernantes".
Atravesando el Río Magdalena: “Siguiendo con las entregas sobre mis viajes por el Departamento del Magdalena, debo decirles que sin ser navegante, he viajado por el Río Magdalena a lo largo de este, desde Sitionuevo hasta El Banco, pasando por territorios de los departamentos de Atlántico, Bolívar y Cesar, en las llamadas chalupas, lanchas y jhonsos, por casi 40 años, aunque muchos no lo crean, pero es la pura verdad.
No voy a decir que no he sentido temor al
navegar por el gran río de la patria, muchas veces sin ninguna protección, sino
solo la de Dios, que siempre ha cuidado de mi persona y mi salud, por lo que le
estoy eternamente agradecido.
Es sin lugar a dudas una gran experiencia
poder contar todas estas peripecias de lo que han sido mis viajes por
territorio de nuestro departamento, por vía terrestre en pésimas carreteras y
caminos; así como a través de ríos, caños y ciénagas, siempre con la misión de
cubrir algún tipo de información, como periodista, siempre encargado de mi misión”.
Anécdotas por el Río Magdalena: “Algo que nunca he contado, es que una noche, luego de cubrir un evento en Plato, al abordar la nave que nos sacaría hacia el Departamento de Bolívar, perdí el equilibrio y fui a dar a las agua del Caño Camargo, de donde afortunadamente y gracias a Dios, fui rescatado sano y salvo por un grupo de pescadores que se encontraban en sus labores de pesca. Después dirían que fue gajes del oficio.
Anécdotas por el Río Magdalena: “Algo que nunca he contado, es que una noche, luego de cubrir un evento en Plato, al abordar la nave que nos sacaría hacia el Departamento de Bolívar, perdí el equilibrio y fui a dar a las agua del Caño Camargo, de donde afortunadamente y gracias a Dios, fui rescatado sano y salvo por un grupo de pescadores que se encontraban en sus labores de pesca. Después dirían que fue gajes del oficio.
Otro día en pleno recorrido por el Río Magdalena,
luego de regresar de un cubrimiento del Día del Campesino, con las autoridades,
incluyendo el Ministro del ramo de ese entonces, en una discusión por cualquier
cosa y, bajo los efectos de los tragos, salí de discusión con el alto
funcionario del gobierno nacional, a quien incluso le recordé a su señora
progenitora y la cosa no paso a mayores en plena embarcación por la intervención
de los compañeros de viajes. son anécdotas de esos viajes por el Magdalena”.
Pueblos ribereños en la época de la Independencia: “Los pueblos ribereños, del Magdalena, no siempre fueron los pueblitos feos y olvidados, tuvieron momentos de grandeza y de gloria en la historia colombiana, primero en la época de la Colonia, porque por allí se dio la gran invasión de los conquistadores españoles que llegaron y se expandieron por el continente.
Pueblos ribereños en la época de la Independencia: “Los pueblos ribereños, del Magdalena, no siempre fueron los pueblitos feos y olvidados, tuvieron momentos de grandeza y de gloria en la historia colombiana, primero en la época de la Colonia, porque por allí se dio la gran invasión de los conquistadores españoles que llegaron y se expandieron por el continente.
Los pueblos de Sitionuevo, Remolino, Salamina,
El Piñón, Cerro de San Antonio, Pedraza, Tenerife y Plato, se convirtieron en
puertos que albergaron las naves españolas que se atrevieron a desafiar al gran
e impetuoso Río Magdalena, llegando a ellos los primeros adelantos de la moda y
de todos los inventos de entonces.
Posteriormente en la época de la Independencia,
esos pueblos, jugaron un papel importante en la guerra entre patriotas y españoles,
tan es así que en cada uno de estos pueblos, hay recuerdos del paso del
ejercito del Libertador y, fue de suma importancia la denominada Campaña del
Río Magdalena.
Después de toda esta epopeya vino la decadencia
de dichos pueblos, siendo olvidados por los que alcanzaron la gloria en la
batallas que libraron contra los españoles, quedando relegados al olvido y al
abandono por estos y los gobiernos que le precedieron hasta hace muy poco”.
Interés por los pueblos ribereños: “Se preguntaran porque hablo tanto de los pueblos ribereños, será porque vi, como el tiempo se había detenido allí y el progreso de otras partes allí no se reflejaba y los grandes pueblos de otra época se habían convertido en pobres villorrios. Da pena decirlo pero es la verdad, nadie se preocupaba por ellos y de allí nació la frase de que los pueblos del Magdalena eran pueblos sin capital y que Santa Marta era una ciudad sin capital, demostrando el descontento existente.
Interés por los pueblos ribereños: “Se preguntaran porque hablo tanto de los pueblos ribereños, será porque vi, como el tiempo se había detenido allí y el progreso de otras partes allí no se reflejaba y los grandes pueblos de otra época se habían convertido en pobres villorrios. Da pena decirlo pero es la verdad, nadie se preocupaba por ellos y de allí nació la frase de que los pueblos del Magdalena eran pueblos sin capital y que Santa Marta era una ciudad sin capital, demostrando el descontento existente.
Conocí a su líderes, a la clase dirigente y política,
preocupados por el atraso en que estaban sus pueblos, mostrando su interés por
tener una verdadera vía terrestre que los uniera, como pasaba con los vecinos
del otro lado; o sea los pueblos del Atlántico, pero aún no se ha logrado,
aunque hubo gran expectativa, primero con la denominada Marginal del Río, que
fue una vía que se comenzó por la mitad, uniendo a parte de los municipios de Cerro,
con El Piñón y Salamina, pero nunca se terminó y posteriormente con la Vía de
La Prosperidad, tenida como la redención de dichos pueblos, pero que ha tenido
muchos tropiezos y solo ha alcanzado avanzar desde Palermo a Sitionuevo, frustrándose
nuevamente el clamor ciudadano”.
VIAJES A ZAPAYÁN.
REGIÓN PESQUERA, AGRÍCOLA Y GANADERA: “A esa zona fui varias veces antes de ser municipio,
cuando los pueblos ubicados a orillas de la ciénaga que le da el nombre, pertenecían
a los municipios de Tenerife y Pedraza, respectivamente.
Por allá por los años 90, siendo alcalde del
municipio de Pedraza, el medico puntapedrano, Gregorio Rico Guette, viaje en compañía
de otro periodista, para hacerle un trabajo al alcalde, sobre unos trabajos que
la administración iba a realizar en Punta de Piedras, siendo corregimiento de
dicho municipio. Pues bien alrededor de la ciénaga estaban ubicados los corregimiento
de Piedras Pintadas y Piedras de Moler, que pertenecían al municipio de Tenerife,
así como Capucho, Punta de Piedras y Bomba, que pertenecían al municipio de Pedraza.
Eran pueblos muy pequeños, siendo el de
Piedras Pintadas un asentamiento de negros que se dedicaban más que todo a la
actividad pesquera en su gran mayoría; sacando la producción en embarcaciones
grandes hacia Calamar, en el Departamento de Bolívar, donde lo negociaban hacia
otros sectores del país. La riqueza pesquera en esa época era abundante, cogiéndose
un pescado de alta calidad, sobre todo bocachicos, lizas y arencas.
Las otras poblaciones también practicaban la
pesca en menor escala, actividad que compaginaban con la agricultura y la ganadería,
pero les faltaba mucho en materia de servicios, vías, colegios, puestos de
salud, energía, agua potable, etc, etc.
A pesar de la gran riqueza que poseían dichos
corregimientos, podemos decir que Vivian en la miseria, porque no contaban con vías
de penetración, por donde poder sacar lo que producían en materia agrícola,
pesquera y ganadera. En esa época, la administración iba a hacer unos
mejoramientos viales, para tratar de mejorar la movilidad entre los
corregimientos pues era casi que imposible comunicarse por este sistema.
Las comunidades estaban conformadas por
algunos nativos y familias que en su mayor parte provenían de las sabanas de Bolívar,
Córdoba y Sucre. Asi eran los pueblos que más tarde se convertirían en el
municipio de Zapayán”.
Devotos de San Luis Beltrán: “Se iniciaron los festejos de San Luis Beltrán en varios pueblos ribereños, entre ellos Zapayán. San Luis Beltrán fue un Frayle de la Orden Dominica, que como muchos sacerdotes penetró en territorio americano como misionero, cuando la colonización y nunca estuvo de acuerdo con el trato que los españoles le daban a los nativos. Su misión la cumplió en pueblos del Bajo Magdalena y son muchos los milagros que le atribuyen a este padre taumaturgo”.
Devotos de San Luis Beltrán: “Se iniciaron los festejos de San Luis Beltrán en varios pueblos ribereños, entre ellos Zapayán. San Luis Beltrán fue un Frayle de la Orden Dominica, que como muchos sacerdotes penetró en territorio americano como misionero, cuando la colonización y nunca estuvo de acuerdo con el trato que los españoles le daban a los nativos. Su misión la cumplió en pueblos del Bajo Magdalena y son muchos los milagros que le atribuyen a este padre taumaturgo”.
LOS MATTOS NÚÑEZ
DEL ANTIGUO PUEBLO DE
MAMATOCO.
Efaín Mattos.
con su mamá y sus hermanas.
TRONCO GENEALÓGICO: Del tronco genealógico
mamatoquero entre Joaquín Antonio Mattos Villalobos y Felipa Núñez Fontalvo,
nacieron los siguientes hijos:
Rafael Mattos Núñez.
Francisco Mattos Núñez.
Joaquín Victoriano Mattos Núñez.
Gregorio Mattos Núñez.
Joaquín Antonio Mattos Núñez.
Carlos Alberto Mattos Núñez.
Fidelina Mattos Núñez.
Teresa Mattos Núñez.
Olga Mattos Núñez.
De modo que los Mattos Núñez nacieron en
Mamatoco, pero solo quedó en el antiguo pueblo Joaquín Victoriano Mattos Núñez,
quien se casó allí con Oliva Padilla Núñez. Los demás Mattos Núñez se fueron
para Santa Marta, pero al morir el joven Joaquín Victoriano Mattos Núñez, todos
se marcharon para Barranquilla, ciudad donde se encuentran sus descendientes.
Fidelina Mattos Núñez, muy joven se casó con
Carlos Mazzili y se fueron a vivir a Santander del Norte, donde se quedaron
para siempre con 14 hijos.
MATRIMONIO DE JOAQUÍN
VICTORIANO MATTOS NÚÑEZ Y OLIVA ANTONIA PADILLA NÚÑEZ: Sobre su familia
manifiesta el periodista mamatoquero Efraín Mattos Padilla:
- “Siempre está en mi mente, toda mi familia,
abuelos, hermanos, primos con los que hubo mucha afinidad. Amigos en mi querido
Mamatoco, donde he pasado los momentos más felices de mi vida, conocí y
disfrute el amor y hoy en el ocaso de la vida le doy gracias a Dios por haberme
permitido disfrutar a plenitud mi vida, haber conformado una familia querida de
personas de buena voluntad y de verdad que me siento plenamente realizado”.
Mi padre y mi madre fueron dos personas
especiales para mí. Mi madre al desaparecer mi padre de la vida terrenal,
cuando aún estábamos muy pequeños, cumplió el rol de padre y madre. Fui el
mayor de sus hijos, acompañado de mis hermanos Emelina, Elizabeth, Ena, Edith,
Joaquín y Jesús”.
VISITAS A LA FAMILIA: “Luego de llegar a
Mamatoco en un viaje por tren desde la Zona Bananera y después de visitar a la
familia de mi madre Oliva, mi padre Victoriano Mattos, nos llevaba a visitar a
su familia, ya que su apellido era tan mamatoquero como yo. Comenzábamos las
visitas por donde Eliodora, Carlota, Abraham, Florentino, Tomas Duica y donde
Ester Miranda, madre de los Tejeda, hijos de un hermano de madre del abuelo
Joaquín Mattos.
Mi padre decía que teníamos que conocer toda
la familia. También se visitaba a Bienvenido Peña y a los Pereira, con quien
decía teníamos un parentesco; también donde Demetrio, “El Perico” Núñez,
visitas que se repetían año tras año hasta que murió muy joven, asesinado en
Guacamayal”.
MUERTE DE MI MADRE: “El primero de mayo
del año 2018, fue un día lleno de alegría por el nacimiento de un nieto
querido, Jesús Mauricio, hijo de mi hija María, pero la alegría desapareció 12
horas después, cuando a las 8 y 30 de la noche, dejó de existir mi querida
madre, Oliva Antonia Padilla Núñez, la gran mujer que fue todo nuestro ser.
A mí me sostuvo y me apoyó toda su vida. No
solo conmigo sino con todos mis hermanos, familiares y amigos en general. Oliva
Antonia fuiste una gran mujer, padre y madre, pues el primero desapareció muy
temprano dejándonos a todos muy pequeños.
Te rendimos homenaje madre: Efraín Antonio,
Emelina Eugenia, Elizabeth del Carmen, Ena Felipa, Edith Fátima, Joaquín José y
Jesús Victoriano”.
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