PARACOS Y ANGOLITOS.
SINÓNIMOS DE PARACO Y ANGOLITO: Antes que naciera el término “paraco”,
relativo a los grupos violentos del paramilitarismo en Colombia, ya se hablaba
en las montañas campesinas de los paracos naturales (angolitos), que son
panales, nidos o enjambres de avispas que al escuchar ruidos salen de sus nidos
alborotadas utilizando las picaduras en defensa de su entorno. De modo que la
palabra paraco, desde antaño era pronunciada por los campesinos, cobró
actualidad en la década de 1980, cuando se formaron grupos paramilitares en la
región, a quienes por sus actuaciones violentas tildaron de “Paracos”. Palabras
sinónimas de estos enjambres o nidos de avispas son las siguientes:
- Paraco.
- Angolito.
- Canato
- Mapaitero.
- Congo.
- Africanas.
- Avispero.
- Paraco.
- Angolito.
- Canato
- Mapaitero.
- Congo.
- Africanas.
- Avispero.
LOS PARACOS: En los avisperos el termino paraco es el
panal, el enjambre o el nido, que se forman en troncos o ramas de los árboles.
Las palabras gemelas paramilitar y "paraco", de tiempo más reciente y
que significan grupos criminales de extrema derecha al margen de la ley, son
vocablos que se desprenden de la peligrosidad de los antiguos angolitos o
paracos. También se acostumbra en llamar paraco, al pelo afro, desaliñado,
despeinado, al “pelo malo”, al pelo kuskú.
MAPAITEROS, CONGOS Y AFRICANAS: Los mapaiteros, congos y africanas, son más
grandes que los angolitos y paracos, además avispas temibles que incluso pueden
matar a un animal o una persona. Pero estos enjambres de avispas tienen su lado
positivo, por un lado son carnívoras con ciertas plagas de vegetales y por otro
lado excelentes productoras de miel.
BRAVURA DE LAS AVISPAS: Antaño las avispas que más se veían eran las
criollas, también llamadas "enredapelos"; agresivas cuando se les
molesta o se les invade su territorio. Estas chiquitas y bravas avispas, se
caracterizan por enredarse en el cabello e introducirse debajo de la ropa de
las personas para atacar a sus invasores. Cuando una avispa pica libera una
feromona que incita a otros miembros de la colonia a picar por lo que es
aconsejable, en caso de picadura, alejarse lo más pronto posible del área del
accidente para evitar un ataque masivo. Hay otras avispas más agresivas que las
negritas "enredapelos”, son las africanas, que su nombre proviene del
continente africano y de reciente llegada a la región de la Costa.
"OJO COLOMBIANO": Tantos las africanas como las criollas son
peligrosas, cuyas picaduras hinchan el cuerpo y ponen el "Ojo Colombiano”,
a sus invasores humanos. Para contrarrestar los dolores y picaduras de avispas
se utiliza brebajes como la “contra” y el orín de las personas que evita
propagarse la hinchadura. Ese “Ojo Colombiano”, por lo general se lo gana la
muchachada que le gusta molestar a las avispas tumbándoles o desbaratándole sus
nidos, paracos o angolitos, con honda.
PUEBLO DE “PARACO”: Referente al pueblo de “Paraco” o Carmen del Magdalena, en la
jurisdicción del municipio de Pivijay, hay testimonios sobre su fundación que
afirman que fue en el año de 1840. Todo ocurrió a orillas de un caño de aguas
profundas y cristalinas, cubierto de playones con abundante pasto, son los
playones de La Ahuyama, Peldaña, El Diluvio, Caño Veralito y El Hoyo del Burro.
Entonces Ambrosio Gutiérrez, a orillas de ese caño construye una casa y los
corrales para encerrar el ganado. El mencionado caño, estaba rodeado de árboles
de campano, pivijay, ceiba, bongo, trupillo, etc. En dichos árboles se formaban
avisperos, o angolitos, popularmente llamados paracos, esta situación origina
el nombre de la población. Sucede que el lugar escogido por Ambrosio Gutiérrez,
se convirtió en paso obligado y sitio de descanso para los viajeros de
Remolino, Guáimaro, Pivijay, Medialuna, El Reten y demás pueblos de la Zona
Bananera, del Magdalena. Así fue como los viajeros de esos pueblos empezaron a
decir:
- “Vamos a descansar donde están los paracos”.
- “Vamos a descansar donde están los paracos”.
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