PICÓS
EN EL PIÑÓN MAGDALENA.
"El Timbalero".
El Piñón.
PRIMEROS BAILES EN EL PUEBLO: Los primeros bailes de Cantagallar Magdalena,
se hacían en la sala de las casas, en donde las parejas se encuartelaban, de
allí las sacaban a bailar los parejos invitados. No podía entrar al evento
nadie que no tuviera previa invitación. Se bailó también en la población el
"Baile de la Pluma", que consistía bailar con una pluma de gallina en
el recto, quien la dejara caer pagaba el ron. Fueron de igual manera famosos
"los salones", eran enramadas de paja, que se hacía en las calles
para gozar el carnaval. Después llegaron las casetas, que acabaron con todas
las tradiciones anteriores.
Primer picós que llegó
a la población: Fue el picós del
piñonero Toño Abel Riqueth de la Vega, quien fue contratado para amenizar un
baile de matrimonio en el corregimiento de Cantagallar. Después Rosalía Muñoz,
llevó al pueblo un picós, el más querido en la historia cantagallera.
EL PICÓS DE ROSALÍA MUÑÓZ MACHACÓN EN CANTAGALLAR, MAGDALENA: Ese picós de
Cantagallar, corregimiento de El Piñón Magdalena, fue diferente, especie de un
tocadiscos con una bocina alzada en una vara para que todo el pueblo escuchara
la música de los parranderos. De manera que llegaba la romería de cantagalleros
en Venezuela, quienes con sus fajos de billetes venezolanos (cuando El Bolívar
tenía valor), se agrupan a tomar Ron Caña en la casa de Rosalía Muñoz Machacón,
propietario del picós de bocina, allá por los años sesenta y setenta del siglo
XX. Parranderos, gorreros, y demás, aprovechaban la bonanza de los recién
llegados visitantes, en donde no faltaba el licor, el sancocho, la música, el
chiste, el cuento, las amanecidas, durante varios días.
TESTIMONIOS DE PARRANDEROS CANTAGALLEROS: El picós de Rosalía Muñoz Machacón era el tormento de los pobladores de Cantagallar, razones para que “El Palle”
Crespo, un chusco campesino, al ver semejantes parrándones en ese lugar,
manifestara en voz alta y jocosa:
- "Mañana hay leche quedá".
Se refería a que los ordeñadores y "piopíos" ese día
no ordeñarían las vacas.
De igual manera Catalino Rodríguez Ayo, ya "en
temple", vociferaba en el micrófono del picós:
- "Esta ranchera se la dedico a una bella mujer, cuyo
nombre me reservo".
Candelaria Calvo, esposa de Rosalía Muñoz, aprovechaba la bocina
del picós para promocionar su baile:
- "Se invita a la comunidad cantagallera para que
participen del baile del día sábado, donde estarán presentes las bailarinas
estelares Ramona Ariza, Manuela Ariza, Hortensia Calvo y Hemilda Rivera".
Picós.
El Piñón Mag.
LAS HORAS DE PICÓS: En esa época para parrandear había que pagar una hora de música en el Picós de Rosalía Muñoz Machacón. Como en ese entonces los reloj eran escasos y pocos los que lo usaban, los cantineros se la ingeniaban con un cartoncito de cajetas de empacar, anotando una rayita que correspondía a una canción y, las 20 correspondían a una hora de música.
"El
Baratico": Antaño los bailes
eran en las salas de las casas. Época de los imprudentes “baraticos”, que como
había pocas mujeres para bailar, el baile se convertía en una “pedidera de
barato”, es decir prestar la pareja.
Hortensia Zambrano de
Pérez: Nació en agosto del
año 1918, en Cantagallar Magdalena. Protagonista de famosos bailes de salas, en
su casa; amenizados por el Picós de Rosalía Muñoz, en los años sesenta y
setenta.
Famosos bailes piñoneros: Fueron famosos bailes en la cabecera
municipal, donde “La Negra” Méndez, Julio Carranza y Agustin Villegas
"Pura Vida". También en el Teatro Barcelona, al igual que las casetas
en la plaza central, durante las fiestas patronales de San Pedro Mártir de
Verona. En el siglo XXI, la caseta del profesor Mitiliano Vizcaíno, deleita al
público piñonero, en especial al sector del barrio La Chinita.
César Gámez.
Picotero El Piñón.
PICOTEROS EN EL PIÑÓN MAGDALENA: En la cabecera municipal de El Piñón Magdalena, al decir de nuestro amigo Pablo Romo Romo, sobresalieron los siguientes picoteros: Félix Hernández, Juan “Frente”, “El Mora”, José María Vizcaíno, “Rabo Blanco” Cervantes, Ramiro Carbonell de la Hoz, Santos Galindo, Antonio Riqueth De La Vega.
Picotero Antonio
Riqueth: Se considera al señor
Toño Abel Riqueth de la Vega, el primero en llevar un picós a la cabecera
municipal de El Piñón Magdalena, años cincuenta del siglo XX.
Picós "El
Timbalero del Piñón":
En pleno siglo XXI, la población de El Piñón Magdalena, aún conserva la
tradición de los picós, con "El Timbalero del Piñón"; uno de los
mejores de la población, bajo la orientación disquera de Manuel Carranza.
Tradición picotera de
los Gámez: La dinastía
genealógica del finado Claudio Gámez, residenciado desde muy joven en el Barrio
Arriba y, uno de los mejores maestros de obras que ha tenido la población de El
Piñón Magdalena, son afines a la pasión por los picós. Es el caso de sus hijos
Ever y César Gámez de la Hoz, quienes desde temprana edad amenizan espectáculos
públicos con potentes picós en toda la región, especialmente en el famoso Hotel
Nelcy, mejor conocido como “La Ahuyama”, sitio hospitalario, cultural y
carnavalero.
Tradición picotera de
los Hernández: Primero fueron Félix Hernández
y su esposa Candita Calvo, realizando eventos bailables con picós en su
residencia del Barrio Arriba, sin nunca faltar el festejo callejero del 11 de
noviembre, en honor a San Martín de Loba. Esa tarea picotera y de fomentar
espectáculos públicos, lo han seguido sus hijos, en la cabecera municipal de El
Piñón Magdalena.
Picoteros de
Cantagallar Magdalena:
Fueron Propietarios de picós en Cantagallar los siguientes personajes: Rosalía
Muñoz, Juancito Calvo, César Rangel Potes, Miguel Pacheco, Joaquín Polo, Rafael
Rangel Díaz, Eusebio Rangel de la Hoz, Juanito Lafaurie.
- Rosalía Muñoz: Llamado “18 de Enero”.
- Juancito Calvo: Llamado “San Pedro”.
- César Rangel Potes: Tronaba en la popular cantina “La Silla
Coja”.
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