LA PRIMERA
FARMACIA DE SANTA
MARTA.
Alejandro Reverend.
y su farmacia.
LLEGADA DEL MÉDICO FRANCÉS A SANTA MARTA: Alejandro Próspero Revérend, llegó a Santa
Marta el 24 de julio del año 1824, estableciendo una botica en la casa Nº 11,
de la Calle de la Cárcel (hoy calle 14 con carrera 4 esquina), diagonal al antiguo
Mercado Público (hoy San Andresito). Desde
esa botica el médico francés prescribía medicamentos a los pobladores,
preparaba pócimas y brebajes, utilizando libros de recetas. Posteriormente en
el año 1825, el General venezolano Mariano Montilla, Comandante Militar de la
Provincia de Santa Marta, lo nombra médico de la guarnición militar de esta
ciudad, miembro de la Junta de Sanidad y Director del Hospital San Juan de
Dios, en su reapertura.
Casa Esquina
Actual calle 14, con K 4.
Allì fue la botica de Prospero Reverend.
Ese sector lo llamaban tambièn "El Callejòn de la Catedral".
LA BOTICA DE PRÓSPERO REVEREND Y SIMÓN BOLÍVAR: Alejandro Próspero Reverend, fue el encargado de atender la enfermedad del Libertador Simón Bolívar desde su llegada a Santa Marta, en diciembre primero del año 1830. Esos medicamentos que el médico francés suministraba al Libertador, eran preparados por su ayudante el boticario Augusto Thomassin, graduado en farmacia.
Augusto Thomassin: El boticario Augusto Thomassin, facilitaba
fármacos y goma arábica (extraída de la acacia), para los males de Simón
Bolívar. En un recipiente de cobre elaboraba los jarabes instantáneos,
importados directamente de Francia y contramarcado con el distintivo de
fábrica, llevando el nombre de Thomassin.
Botica Guido.
Calle 13 esquina, diagonal Iglesia San Francisco.
PRIMERA FARMACIA DE SANTA MARTA: Emilio J. Bermúdez, en su libro titulado Escritos de un Peregrino del Periodismo y de la Historia, publicado en el año 1986, sobre la farmacia de Alejandro Reverend, manifiesta lo siguiente:
- “El Doctor Reverend puso al servicio del Padre de la Patria su farmacia, única que existía en Santa Marta por aquellos tiempos de 1830”.
Botica Infante, en la "Calle de la Càrcel".
Calle 14 con K 6 esquina.
Pedro Antonio Infante Ustáriz, la vendió años después
a Ernesto S. Zagarra Urigay. A la muerte de Ernesto Zagarra Urigay, quedó en poder de Elvira Campo Cabas de
Zagarra, quien la administraba con su hijo Andrés Zagarra Campo. Para terminar la "Botica Infante", en poder de los herederos Zagarra Campo.
Julián Infante: Pariente de Don José María Infante, estuvo
presente en el momento de la muerte de Simón Bolívar en la Quinta San Pedro
Alejandrino.
MÉDICO PEDRO ANTONIO INFANTE USTÁRIZ: Pedro A. Infante Ustáriz, había nacido en
Estados Unidos el 6 de diciembre del año 1859, casado en Santa Marta en 1884 con la dama Antonia Bermúdez con la que tuvo varios hijos ente ellos Rafael E. Infante Bermúdez. Gozó Pedro A. Infante Ustáriz, del
afecto de la sociedad samaria, ya que en su residencia sirvió de anfitrión para
la creación y elección de Junta Directiva, del Centro Social (hoy Club Santa Marta),
en el año 1913, donde fue elegido vocal del mencionado club. En el año 1913, se presentó una epidemia en Santa Marta, que de
acuerdo a diagnóstico de los médicos norteamericanos de la United Fruit
Company, no significaba nada. Pero para el médico samario Pedro A. Infante Ustáriz,
si estaba pasando algo y grave, se trataba de una neumonía infecciosa, al
parecer la peste bubónica.
Rafael E. Infante Bermúdez: Hijo del médico samario Pedro A. Infante Ustáriz con la dama Antonia Bermúdez.
Al desaparecer el mercado público de la Plaza San Francisco, se escogió el
terreno de Rafael E. Infante, para la construcción de una plaza de mercado, con
el nombre de Mercado Público La Coquera, el cual fue inaugurado en el año 1956.
Eloísa Infante Magri y
la Botica Infante: Se casó Otilia Magri
Simmonds, en el año 1915, con Rafael E. Infante, hijo del médico Pedro Antonio
Infante Ustáriz, de cuyo hogar nació Eloísa Infante Magri. La noble Eloísa
Infante Magri, nietas de Pedro Antonio Infante Ustáriz, tomaba medicinas de la
Botica Infante y las regalaba a los enfermos de Santa Marta.
MATRIMONIO DE ERNESTO ZAGARRA URIGAY, CON ELVIRA CAMPO
CABAS: El farmaceuta Ernesto
S. Zagarra Urigay, estaba casado con Elvira Campo Cabas, de cuya unión nació
Elvira Cecilia Zagarra Campo y Andrés Zagarra Campo.
Ernesto Zagarra Urigay: Era Ernesto S. Zagarra Urigay, un farmaceuta
práctico de la Botica Infante, donde trabajaba con Pedro Antonio Infante Ustáriz. Fue este médico samario quien le enseñó el
arte de la farmacopea.
Elvira Campo Cabas de
Zagarra: A la benévola Doña
Elvira Campo Cabas, esposa de Ernesto Zagarra Urigay, Dios la envío al mundo un
25 de enero del año 1890.
Elvira Zagarra Campo: Elvira Cecilia Zagarra Campo, se casó con
Alfredo Eliseo Díazgranados de la Hoz, tuvieron su primer hijo en el año 1956.
Cierre de la Botica
Infante: Desde la década de
1960, se cerraron las puertas de la Botica Infante al público samario, farmacia
regentada por la familia Zagarra Campo.
Recuperación de la
Botica Infante: Jaime Villareal Torres,
historiador samario, en el año 1980, hace una crónica en el periódico El
Informador, sobre la recuperación de la Botica Infante e, informa de un
inventario que se encuentra en la Quinta San Pedro Alejandrino. Un momento crítico para la Quinta San Pedro Alejandrino, se
presentó en el año 1989, cuando fue sacada la Farmacia Reverend por sus legítimos
propietarios, la familia Zagarra Campo,
al no lograrse un acuerdo con el Instituto Colombiano de Cultura (Colcultura). Por fortuna se llegó a un acuerdo y hoy se encuentra en el histórico
lugar la pequeña farmacia que utilizó el diligente y abnegado farmaceuta
francés, conservando los frascos que contenían las medicinas utilizadas en ese
entonces y otros implementos de la farmacopea.
Sobre la farmacia de la familia Zagarra Campo, comenta el
escritor Jesús Vélez Cuello, en su libro publicado en el año 1999 y titulado,
Locos y Personajes de Santa Marta:
- En la década de los
50, la gente del barrio Pescaito y Manzanares nombraba mucho a la Farmacia de
Doña Elvira, ubicada en la Calle de la Cárcel. Dios siempre magnánimo, la envío
al mundo un 25 de enero de 1890”.
“Decían que “Doña Elvira” era muy buena, que cuando llegaban las
madres pobres, con sus críos enfermos, eran atendidos y recetados con fórmula
que ella misma preparaba. Si acaso no había dinero para pagar, ella les
respondía que no importaba; “cuando tengas, vienes y me pagas”, luego las
anotaba en un viejo cuaderno arrugado por el uso del fío”.
“Doña Elvira Campo se casó con el farmaceuta Ernesto S. Zagarra
Urigay, que trabajaba con el señor Infante, él le enseñó el arte de la
farmacopea. Tuvo sus hijos, entre ellos, Elvira Zagarra Campo, que hoy la
recuerdan con amor y orgullo porque cumplió en sus 84 años de existencia una
gran labor social humanitaria, sin bombos, ni platillos, todo de corazón”.
“Conocí por dentro la farmacia de Doña Elvira de Zagarra, por
primera vez, un diciembre de 1963. Ya tenía el local un aspecto de antigüedad,
sus armarios de madera tallada, color blanco, repleto de botellones de
porcelana blanca, con los nombres de los remedios, el mostrador de madera
también con sobretapa de vidrio, más al fondo el laboratorio lleno de cubetas,
botellones blancos y los morteros”.
“Esa farmacia la trajo a Santa Marta el médico francés Alejandro
Reverend y Don Ernesto Zagarra. Ese día de diciembre de 1963, también conocí a
Doña Elvira de Zagarra por primera vez. Estaba atendiendo a tres mujeres de
Pescaito que le llevaron sus hijos enfermos de colerín. No tanto me
impresionaron los objetos antiguos, ni el caso de las mujeres. Sentí un impacto
al contemplarla de piel blanca, delgada, ya entrada en años”.
“En sus ojos, de un brillo acentuado, había una expresión de
ternura inmensa, cuando estaba mirando los niños enfermos. Antes no había
observado una mirada así, de caridad, de amor, de ternura, una apacible paz,
como sólo pueden estar los que cumplen una misión trascendental, como la
cumplió ella, por eso aún, los samarios la recuerdan con inmenso cariño”.
Jaime Villareal Torres y Jorge Díazgranados Villareal,
comentan es su libro Sucesos del Magdalena en el Siglo XX, publicado en el año
1989:
- “Cuando el Libertador
llega a Santa Marta, enfermo y casi agónico, recibe las atenciones de un
facultativo, Alejandro Reverend, quien suministra tratamiento médico adecuado
al enfermo, mediante medicamentos preparados por el boticario Augusto Thomassin
en la botica de "Calle de la Cárcel" No. 11. Ese botica trasciende al siglo XX
con el nombre de Farmacia Infante, atendida por los boticarios Pedro A. Infante
y Ernesto Zagarra Urigay”.
FUENTES DE CONSULTA.
Amparo Ramírez Tamayo: Historia de la Medicina en Santa Marta;
publicado en el año 2004.
Jaime Villareal Torres
y Jorge Díazgranados Villareal: Sucesos del Magdalena en el Siglo XX, publicado en el año 1989.
Jesús Vélez Cuello: Locos y personajes de Santa Marta, publicado
en el año 1999.
Emilio J. Bermúdez: Escritos de un Peregrino del Periodismo y de
la Historia, publicado en el año 1986.
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