martes, 3 de mayo de 2022

UN COME MUERTO
EN  SANTA  MARTA.
Años setenta, Anfiteatro o Morgue.
Cementerio San Miguel de Santa Marta.

FAMILIA DE NARCIZO CASTRO: Narciso Castro, fue el esposo en Santa Marta de Olga Cantillo, de cuyo matrimonio nacieron los siguientes hijos:
- Fidel Castro Cantillo.
- Víctor Castro Cantillo.
- Amanda Castro Cantillo.
Residencia de Narcizo Castro: Con residencia por la parte de atrás del Liceo Celedón, en una antigua casa de tabla. Sus hijos actualmente residen en el barrio Los Almendros. Narcizo, con el tiempo sufrió de una enfermedad que al final de su existencia todo su cuerpo se le llenó de verrugas o chibolos. El samario Walbert del Rio sobre la residencia de Narcizo Castro, en el portal virtual Así Era Santa Marta, cuenta lo siguiente:
- “Ahí va, hacíamos referencia al señor Narcizo quien bajaba la carrera 7 desde el célebre colegio Hugo J. Bermúdez hasta la calle 22. Nunca supimos de donde venía en realidad, solo lo veíamos venir.
Años setenta, antiguo anfiteatro.
Cementerio San Miguel.

“COME MUERTO”: Narcizo era reconocido en toda la ciudad como “Come Muerto” y “Gallinacito”. Era un hombre color trigueño, baja estatura, cara llena de verrugas, de andar lento y como un poco manco. Usaba camisas de cuadros, sombrero y chancletas, porque nunca se puso zapatos; además manejaba una carroza a la que también le decían “Come Muerto”. Sobre este particular cuenta Walbert del Rio:
- “Observamos a un señor trigueño, aindiado, de baja estatura, con sombrero, un radio y un machete al cinto con su respetiva funda, una mochila de esas que siempre han usado nuestros ancestros zoneros, de fique, que si metes un kilométrico se te sale. De andar lento, un poco manco tal vez.
Cementerio.
San Miguel de Santa Marta.

LAS NECROPSIAS DE NARCISO CASTRO: Fue Narciso Castro, uno de los primero tanatólogos empíricos que tuvo Santa Marta, se desempeñaba como Secretario de Medicina Legal, pero suplía al Médico Legista, realizando la mayoría de autopsias en el anfiteatro del Cementerio San Miguel, en compañía de un personaje llamado Chafara. Narciso Castro, quien tenía sus propios instrumentos, tiraba el muerto sobre la mesa de concreto o piedra y le abría el cráneo con una cegueta o serrucho especial, cuyo ruido (rucu, rucu, rucu, rucu) se escuchaba más allá del pequeño cuarto que hacía las veces de anfiteatro. Era un verdadero artista para diseccionar los cadáveres, que con tantos años sobre el oficio, hacia las necropsias sin guante, sin tapabocas y sin nada, hasta el punto de comer y beber encima de los muertos podridos y descuartizados. Así relata Walbert del Rio en una crónica titulada “Crónica de los 70 en Santa Marta”:
- “Narcizo era el encargado en ese entonces de realizar las autopsias a los cadáveres que se encontraban en el “Anfiteatro” el cual estaba ubicado en la calle 22 con carrera 7, en una esquina de la parte trasera del Cementerio San Miguel, claro que de anfiteatro no tenía nada, más bien era el tremendo nombre, para la cosa tan pequeña que era, pues sus instalaciones solo eran una habitación de cuatro paredes, con una mesa de concreto en el centro, con baldosín blanco pequeño, y en el cual era puesto el cuerpo desconocido o NN, o el alma en pena buscando quien lo reconociera para tener un entierro digno, para llegar al cielo, pues de no ser reconocido, entraba en acción Narciso, y lo enterraba unos 6 metros del anfiteatro en una fosa común, es de aclarar que en ocasiones habían muchos cadáveres, llegando tal vez a 4 o 5 y los cuales como solo había una mesa, eran esparcidos en el suelo. Regada la “bola” que había muertos en el anfiteatro, la gente acudía a ver si conocían al occiso.
En las noches en vista que el sitio carecía de energía eléctrica, alguna alma caritativa compraba una vela y la colocaba al lado de la cabeza del difunto en el mesón, y la gente la cogía le alumbraba la cara al muerto con el fin de saber si lo conocía, la escena era un poco tenebrosa pero ya la gente estaba acostumbrada a hacerlo. Se decía que Narciso, a veces lo cogía la hora del almuerzo y delante del muerto y con las manos sucias de sangre se comía el almuerzo o tomaba agua.

FUENTES DE CONSULTA.

Walbert del Rio: Crónica de los 70 en Santa Marta; publicada en el grupo Facebook Así Era Santa Marta, en julio del año 2021.
Otros testimonios: Norma Laborde Pardo, Mimio Díaz, grupo  Facebook Así Era Santa Marta.

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