ASÍ FUERON
OCTAVIO Y MANUEL
ÁLVAREZ.
PADRES DE MANUEL Y OCTAVIO ÁLVAREZ CABALLERO: Hijos del matrimonio
entre Manuelito Álvarez Hernández (natural de “Moya” Magdalena y fallecido en 1985) con Luz María Caballero Ternera, hija del pivijayero Pedro Alcántara Caballero Campo, hermano de Vicente Caballero Campo. Los hermanos Manuel y Octavio Álvarez Caballero, reconocidos en la
región como “Los Pulguitas”, sobresalieron como dirigentes políticos en la
ribera del Magdalena, actividad que compartían como empresarios del campo. Tuvieron
una muerte trágica el 20 de mayo del año 2000, pérdida irreparable para la
Región del Río.
OCTAVIO ÁLVAREZ CABALLERO: Octavio Álvarez Caballero, nació en el
corregimiento de Bellavista, “Moya”, Magdalena, en el año 1945 y fue elegido
alcalde popular de Cerro San Antonio, para el periodo (1990-1992). Al momento de su muerte trágica en mayo del año 2000, se
desempeñaba como Jefe de la Oficina Jurídica de la Gobernación del Magdalena,
antes había ocupado el cargo de Secretario de Educación Departamental, pero la
primera vez fue en 1978. También se desempeñó como Auditor del Incomex, Gerente
de la Electrificadora del Magdalena, Contralor del Magdalena y concejal de
Cerro San Antonio Magdalena.
MANUEL ÁLVAREZ CABALLERO: Manuel Antonio Álvarez Caballero, nació en el
año 1950 en el corregimiento de Bellavista, “Moya”, Magdalena y fue asesinado
desempeñando las funciones de alcalde municipal, junto con su hermano Octavio,
por grupos paramilitares en mayo del año 2000. Fue elegido primer alcalde por voto popular en el municipio
Cerro San Antonio, periodo (1988-1990), a nombre del Partido Liberal, con una
votación de 2.636 votos. Salió electo por segunda vez alcalde de ese municipio, en el periodo (1998-2000), siendo reconocida en el año 1999, esta segunda administración municipal, como la mejor del Magdalena, por la Cámara Junior. Durante tres oportunidades resultó elegido a la Asamblea del
Magdalena, fue concejal de Cerro San Antonio (1976), Presidente de la
Asociación de Municipios de la Ciénaga Grande de Santa Marta y Director
Seccional de la Contraloría General de la República. El sepelio de los hermanos
Álvarez se cumplió en el Cementerio Jardines de la Eternidad de Barranquilla.
GUSTAVO ÁLVAREZ CABALLERO: Las elecciones atípicas en el municipio de
Concordia Magdalena, realizadas en septiembre del año 2010, con ocasión de la
muerte del alcalde titular Miguel Aragón, fueron ganadas por el médico Gustavo
Álvarez Caballero, del Partido de la 'U', con 2.596 votos, hermano de Octavio y
Manuel Álvarez Caballero.
CREADORES DEL MUNICIPIO DE CONCORDIA MAGDALENA: Los hermanos
Manuel y Octavio Álvarez Caballero, de raíces liberales, fueron los
artífices para convertir a Concordia en nuevo
municipio del Magdalena, fue así como en diciembre del año 1998, junto
con el Gobernador del Magdalena, Juan Carlos Vives Menotti, hicieron recorrido
por la región socializando el proyecto. De modo que mediante la Ordenanza No.
007 del 24 de junio del año 1999, la Honorable Asamblea del Magdalena, crea
para siempre al nuevo municipio de Concordia, segregándolo de los municipios de
Cerro San Antonio y Pedraza; gesta que desde un principio tuvo el respaldo del
Gobernador del Magdalena, Juan Carlos Vives Menotti. El 12 de septiembre del
año 1999, se hizo un referendo para que sus habitantes aprobaran por voto
popular la creación del nuevo municipio, el cual quedó integrado por los
corregimientos de Rosario de Chengue, Bellavista y Bálsamo. Fue nombrado
alcalde encargado el concordiano Antonio Escorcia Escalante, funcionario de la
Gobernación del Magdalena, quien empieza a desempeñar sus funciones en el local
donde funcionaba la inspección. El 19 de diciembre de 1999, se fijó la fecha
para elegir el primer alcalde popular, siendo elegido Pablo Salas Orozco.
OPINIÓN DE LA GENTE
SOBRE MANUEL Y OCTAVIO ÁLVAREZ.
SOBRE MANUEL Y OCTAVIO ÁLVAREZ.
CARLOS JAVIER PRASCA MUÑOZ: “Voy a relatar varios episodios donde coincidí
con los hermanos Álvarez Caballero. Fue una relación cercana, de mucho respeto
y de reconocimiento mutuo:
1. En 1964 coincidimos en el Instituto Bolívar
de Víctor Manuel Fuentes (Don Víctor) en el Cerro de San Antonio, ellos en el
internado del colegio junto a Pedro y Oswaldo, todos estaban en grados más
adelantado que mi persona que cursaba el tercero de primaria.
2. En mayo de 1967 fui expulsado del Colegio San
José de Barranquilla y regresé en julio del mismo año al Instituto Bolívar a
continuar el primero de bachillerato (hoy sexto grado) y Don Víctor me colocó
dos (2) instructores para nivelar y culminar el grado, ambos hacían cuarto de
bachillerato (noveno grado), Manuel Álvarez Caballero y Pedro Antonio Ospino
Barrios; en ese año Octavio cursaba el segundo de bachillerato.
3. En marzo de 1976, tengo 21 años y un mes
antes ha muerto mi padre, José Prasca Castro, somos elegidos Concejales del
municipio de Cerro de San Antonio, Manuel por el partido Liberal y mi persona
por el partido Conservador
4. En abril 11 de 1978 me posesioné como Rector
del Colegio Departamental del Cerro San Antonio, plantel que ocupaba el mismo edificio
del desaparecido Instituto Bolívar, y Octavio en agosto se posesiona como
Secretario de Educación del Departamento del Magdalena y primer Moyero en
ocupar ese cargo y se da en ese momento un hecho histórico y poco repetible,
con él tres (3) profesional del hoy municipio de Concordia son Secretario
Departamentales de la administración de Humberto Sinning Herazo: Octavio,
Educación, Moyero; Martín Almanza Polo (mi jefe político en ese momento) Salud,
de Concordia y; Carlos Flórez de Aguas, Gobierno, de Chengue. Yo aprovecho la
presencia de Octavio en la Secretaría de Educación, comienzo el proceso de
aprobación de Colegio y me autoriza el paso del plantel del antiguo edificio
del Instituto Bolívar a una Escuela de primaria más amplia y en mejores
condiciones.
5. En marzo de 1979, con tanto paisanos en la
administración, con un gobernador del partido y del grupo, decido aspirar a la
Maestría en Administración Educacional en la Universidad del Valle y soy
seleccionado. Inició los trámites y Octavio me pide que renuncie de Rector y
pase a profesor de tiempo completo y catedrático y en esa condición me concede
Comisión de Estudios remunerada y además, me regala dos tiquetes de ida y
regreso a Cali y; Martín Almanza, además de regalarme dineros para mi estadía,
me sirve de fiador ante ICETEX para mi crédito para matricula y sostenimiento
mensual (mi salario lo dejaba en mi casa). Un gesto de estos dos paisanos,
inolvidable.
6. En 1998, Manuel es elegido Alcalde del Cerro
y en 1999 me contrata para transformar el colegio de la cabecera e implementar
dos modalidades: Ciencias e Informática, aún existen. Octavio en esa época era
nuevamente Secretario de Educación del departamento y le correspondió aprobar
los estudios y autorizar su funcionamiento en el colegio del Cerro”.
Rosmary Correa Lewis: “Particularmente tengo mucho que agradecer a Octavio Álvarez,
pero igual mi estimación para Manuel, porque fueron seres humanos que ayudaron
a todo el que de una forma u otra necesitaba. Yo fui nombrada por Octavio y hoy
tengo una estabilidad económica gracias a él. Doy fe de que cuando ayudó lo
hizo sin esperar nada a cambio”.
Muñoz Potes Roque
Jacinto: “Mi abuela Vilma, me contó que un día estaba
lavando en el patio de su casa y no tenía para la comida, solo estaba la olla
con agua hirviendo puesta en el fogón de leña y Manuel iba pasando y entró y le
dijo: "Aja niña que andas haciendo?.
Ella le contestó: "Aquí lavando doctor".
Él llega y le dice: ¿Esa olla puesta, que estas cocinando?
Ella le contesta: “Nada Doctor Manuel, todavía nada”.
Él metió su mano en el bolsillo y le dio un billetico. Así eran
ellos de humanitarios”.
Sheryel Arias: “Llegaban a la casa de mi abuela Rosa Emilia de la Hoz, a pedir un pedazo de panela”.
Irlandi Bolaño: “Buena gente estos señores a cualquiera le daban para la comida y
pagaban la medicina de quien estuviera enfermo”.
Franklin Ramón Lozano
Almanza: “Dos grandes valores de la política, dos
grandes seres humanos. Octavio en el mes de febrero del año 2000, me sentó en
el Café del Parque de Santa Marta, donde acuden políticos, gente de la
academia, turistas, y mucha personas en general, siendo aproximadamente las 10
AM. Me manifestó, textualmente: "Franklin aspira a la alcaldía de Pedraza,
que yo hablo con Juan Carlos y Efraín Lozano, para que te apoyen". Le
accedí a sus inquietudes, pero meses después las balas asesinas, frustraron su
pensamiento”.
Ubaldo Rafael Rambal
Salazar: “Una día estamos sentados, él almorzando y en
esas llega Henry González, y se mete al cuarto y ve la colonia de Octavio: “joda
regálame un poquito de colonia”. “joda busca un frasco para regalarte” dijo
Octavio. Salió Henry González, a buscar su frasco, se ha presentado con su
frasco muy contento. Espérame aquí ha dicho Octavio y cuando veo que se
presenta con el frasco lleno y se lo entregó a Henry, quien se fue muy feliz. De
pronto sale Octavio, pilas salgamos corriendo y, yo ajá que pasó? marica corre
que se lo llené de orín”.
Luz Marina Álvarez: “Cuando Octavio era Gerente de la Electrificadora yo trabajaba en
la Licorera del Magdalena y viajamos juntos. Cuando yo me subo al carro, este tenía
mal olor. Cuando llegamos a la 17 de Barranquilla, me dice espérate que voy a
comprar un ambientador para el carro. Saben que compró, un melón. Entonces me dice
ahora a que huele?”.
Marbel De León De la Hoz: “Octavio cuando mandaba a matar una gallina
contaba las presas y si faltaba una preguntaba. Entonces la que cocinaba le
contestaba: Ajá y yo no como? Él soltaba la risa”.
Orlando Muñoz Fonseca: “Como Manuel y Octavio Álvarez Caballero grandes profesionales de
mi querido pueblo Bellavista (Moya), no nacen otros como ellos y si nacen no se
crían, como decía Diomedes Díaz y se crían se vuelven locos. Me refiero a su
generosidad, humildad y aprecio no solamente con la gente de su pueblo natal
sino también con la gente de toda la región del Departamento del Magdalena y
sus alrededores. Tuve con ellos varias anécdotas:
Recuerdo que una ocasión había un señor que no menciono el
nombre para no herir susceptibilidades estaba hablando mal de ellos, en ese
momento llegó un jovencito y le dijo Dr. Octavio en el puerto está un señor
hablando mal de ustedes. El muchacho dijo el nombre del señor y Octavio se
metió la mano al bolsillo sacó un billete de cinco mil pesos se lo entregó al
muchacho, le dijo esos son suyos hágame el favor vaya dónde ese señor y le
dices que lo necesito aquí inmediatamente. El muchacho lo trajo por delante y
Octavio le dijo siéntate.
En esa ocasión Manuel era el Alcalde y Octavio era asesor Jurídico
de la Gobernación del Magdalena. Dice Octavio: Manuel, mañana me nombras a éste
señor en la Alcaldía no recuerdo de qué lo nombraron. El señor propiamente
dicho sabía que llegaba a oídos de ellos lo malo que había hablado lo empleaban
de alguna cosa. Así eran ellos de generosos”.
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