domingo, 3 de mayo de 2020

EL
VALLENATO EN BOGOTÁ.
DISCRIMINACIÓN DE LA MÚSICA COSTEÑA EN BOGOTÁ: En el año 1944 el Ministerio de Educación Nacional, realiza en Bogotá una “Encuesta Nacional de Música Folclórica”, en la cual la música costeña brilla por su ausencia. En un artículo publicado en el año 1947, por la influyente Revista Semana, se califica al porro del Caribe colombiano como reflejo de la brutalidad y salvajismo de los costeños. Ante estos ataques discriminatorios, lo plasma en su libro Darío Blanco Arboleda, se levanta la voz del escritor magdalenense, guamalero-santanero, de Antonio Brugés Carmona, como miembro de la Comisión Nacional del Folclor, año 1946, quien escribe en la prensa capitalina:
- “Parece que según el criterio del jurado, solo se admitirá como música nacional el bambuco, la guabina y otros aires del interior de la república y se excluirán en cambio todos aquellos del litoral Atlántico que suponen de influencia antillana y negroide”.
Guillermo Buitrago.

EL VALLENATO DE ANTONIO BRUGÉS CARMONA EN BOGOTÁ: Escritor, periodista, abogado (1911-1956), nacido de Guamal y criado en Santana Magdalena. Alcalde de Santana Magdalena, Inspector Nacional del Trabajo, Diputado del Magdalena, Juez Civil en Bogotá, Catedrático y; nombrado en la primera Comisión Nacional del Folclor, por parte del Ministerio de Educación Nacional, en el año 1946. Considerado en la capital de la república “El Hombre del Magdalena”, ya que fue uno de los primeros escritores y periodistas costeños, en llamar la atención sobre la música campesina costeña en la década de 1940. Precisamente en esta época con sus publicaciones en periódicos y revistas como El Tiempo, Semana, Liberal y Sábado, se convierte en propagandista de la música de acordeón, que todavía no tenía el nombre de vallenata. De modo que Antonio Brugés Carmona, fue un gran activista cultural en la Costa y Bogotá, promoviendo sus visiones desconocidas en ese momento de la música, el folclor y la tradición oral. Aquí alguno de sus escritos:
- “El Merengue”; escrito publicado en El Tiempo, el 21 de enero del año 1940.
- “Noticia de los Últimos Juglares”, publicado en El Tiempo, el 19 de marzo del año 1950.
Julio
Bovea Fandiño.

PENETRACIÓN DEL VALLENATO EN BOGOTÁ: En el año 1943 Discos Fuentes de Cartagena, le graba un hit musical a Guillermo Buitrago, titulado “Las Mujeres a mí no me Quieren”; el mismo Buitrago revoluciona en el año 1944, en compañía de Abel Antonio Villa, la entrada del acordeón a las grabaciones con el tema “Las Cosas de las Mujeres”. Luego a principios del año 1948, Discos Fuente le graba a Guillermo Buitrago la inmortal “Víspera de Año Nuevo”, acompañado de la agrupación Los Trovadores de Barú, de la cual hacia parte el maestro banqueño José Barros Palomino.
Programas musicales radiales: Estas primeras grabaciones empezaron a retumbar en los programas musicales de la radio costeña de la década de 1940; programas radiales, en donde participa en vivo y en directo el mismo Guillermo Buitrago, el primer músico que puso la música vallenata en el comercio, dando a conocer a muchos inéditos compositores, que después figuraron en el concierto nacional. Esos éxitos en las emisoras de la región le permitieron abrirse paso en emisoras del interior; así fue como se incorporó a espacios radiales en emisoras de Bogotá, Medellín y Cali. Desde entonces el programa radial bogotano la Hora Costeña, se convirtió en parranda matinal para los estudiantes caribeños que residían en la capital de la república.
Julio Bovea en Bogotá: Guillermo Buitrago había conocido en el año 1940, al guitarrista samario Julio Bovea en las emisoras de Santa Marta y desde ese año lo integró al grupo Guillermo Buitrago y sus Muchachos, con el que grabaron viejos y nuevos vallenatos con guitarras. Buitrago tuvo una muerte prematura, murió en el año 1949, de manera que le correspondió a Julio Bovea continuar con la tarea de precursor del vallenato con guitarras. El samario Julio Bovea Fandiño (1934-2009), con la voz de Alberto Fernández Mindiola, había conformado la agrupación Bovea y sus Vallenatos, en el año 1947, con la cual se hizo célebre y se atrevió llevar esa innovación musical vallenata en vivo y en directo a Bogotá, a finales de la década de 1940. Un hecho que inmortalizó a Bovea y sus Vallenatos, en el año 1962, fue el álbum “Cantos Vallenatos de Escalona”, de mucha acogida en Bogotá, ciudad donde murió. 
El acordeón del soledeño José Miguel Cuesta en Bogotá: Este pescador llamado José Miguel Cuesta, nació en Soledad, Atlántico, en el año 1909, aventajado acordeonero y compositor, que con su acordeón organizó en la década de 1930, la agrupación musical Alacrán, fusión de guitarras con acordeón. A finales de la década de 1930, en la Universidad Nacional de Bogotá, hubo un encuentro de colonias; en esa integración de regiones, la colonia de estudiantes de Soledad, hizo presencia con el conjunto de José Miguel Cuesta, que no solo tocaba los aires vallenatos con acordeón, sino otros ritmos del folclor colombiano, grabando su primer acetato en el año 1940, en el sello Odeón.
Para el año 1948, acompañado su conjunto de las guitarras del  barranquillero José María Peñaranda y de su paisano Teódulo Cervantes, viajó en barco por el Rio Magdalena llegando hasta La Dorada Caldas; luego tomó el tren hacia Bogotá, donde permaneció varios días, de aquí pasó por Ibagué, hasta llegar a Pereira y más tarde a la ciudad de Pasto. Quiere decir que el acordeón de José Miguel Cuesta, fue uno de los primeros en tocar en Bogotá.
Conjuntos vallenatos: Como cosa curiosa por esta misma época van surgiendo agrupaciones haciendo alusión con sus nombres a la música vallenata y al Departamento del Magdalena, ellos fueron:
- “Bovea y sus Vallenatos”, del samario Julio Bovea Fandiño.
- “Alegres Vallenatos”, del bogotano Julio Torres Mayorga.
- “Los Vallenatos del Magdalena”, conformado por la voz del cartagenero Robertico Román y el acordeón del barranquillero Aníbal Velásquez.
- “Los Campesinos del Magdalena”, de Esteban Montaño Polo, nacido en Tasajera Magdalena como vocalista y, el acordeón del barranquillero Alberto Pacheco, que años después fue Rey Vallenato.
- “Los Vallenatos Modernos”, de Esteban Montaño Polo y Luis Enrique Martínez de la Guajira.
El conjunto vallenato de Manuel Zapata Olivella en Bogotá: Comenta el historiador de Gaira, Joaquín Viloria de la Hoz, en su libro Acordeones, Cumbiambas y Vallenato en el Magdalena grande: una historia cultural, económica y política (1870-1960):
- “Fueron famosas las giras organizadas por el médico Manuel Zapata Olivella a Bogotá, para difundir la música folclórica del Magdalena entre 1951 y 1953. En esas excursiones folclóricas participaron los acordeoneros Fermín Pitre, Juan López, Juan Manuel Muegues y Dagoberto López. Así mismo los cantantes Antonio Morales "Pichocho", poeta analfabeta, y Antonio Sierra, quien además tocaba la dulzaina y la guacharaca. Faltó un cajero vallenato, que debió ser suplido por Batata, percusionista que impuso en esas presentaciones un estilo palenquero al conjunto vallenato.
Manuel Zapata Olivella, joven médico cartagenero, de fecunda actividad literaria, tuvo correrías por la Paz Cesar, población donde residía un pariente y en donde ejerció por un tiempo su profesión de médico y en donde conformó un conjunto vallenato. El folclorista guajiro Félix Carrillo Hinojosa, en un artículo publicado en El Espectador, sobre la conformación de un conjunto vallenato por Manuel Zapata Olivilla en la Paz Cesar, manifiesta:
- “El primero fue Fermín Pitre, un músico completo de Fonseca, quien le dijo: Docto, yo me voy con usté, no importa la plata. A éste se sumaron “Pichocho” y Antonio Sierra, decimero de respeto y guacharaquero. El propósito del joven médico de llevar a un cantador de décimas tenía su fin y era el poder mostrarle a la gente del interior del país que en nuestra provincia había una tradición española muy arraigada.
También el ex-rector de la Universidad de los Andes, Rafael Rivas Posada, confirma que Manuel Zapata Olivella, llevó a Bogotá en el año 1953, al acordeonero fonsequero Fermín Pitre, hijo del legendario acordeonero guajiro Luis Pitre, fallecido este juglar en 1948. Comenta Rafael Rivas Posada, en entrevista aparecida en el libro 100 Años de Vallenato, de la autoría de Daniel Samper Pizano y Pilar Tafur, que apenas se dormía Manuel Zapata Olivella, se llevaban al acordeonero Fermín Pitre, para parrandear con los amigo por las noches.
Rafael Escalona en Bogotá: El Doctor Rafael Rivas Posada, fue uno de los privilegiados cachacos que conoció al compositor Rafael Escalona en su juventud y quien conoció al folclor vallenato cuando entró a Bogotá. Comenta el ex-rector de la Universidad de los Andes, que Rafael Escalona llegó a Bogotá por primera vez en el año 1954:
- “Le conseguimos una pensión en la calle 16 o 17. A partir de ahí, también vino muchas veces.
Rafael Rivas Posada, fue jurado en el año 1983, del Festival Vallenato, año en el cual fue coronado el acordeonero bolivarense Julio Rojas.
Conjunto vallenato Los Universitarios en Bogotá: A mediados de la década de 1960, un grupo de costeños que tenían en común su amor por la música vallenata, se fueron a estudiar a Bogotá, entre ellos Pedro García, Víctor Soto, Reynaldo López, Pablo López, Esteban Salas. De modo que estos estudiantes conformaron en la capital de la república un conjunto vallenato con el nombre de Los Universitarios.
- Pedro García, cantante.
- Víctor Soto, acordeón.
- Reynaldo López, guacharaca.
- Pablo López, caja.
- Esteban Salas, coros.
Los Universitarios, se rebuscaban con su música tocando los fines de semana, en los cuales se les anexaba Emilianito Zuleta Díaz, quien viajaba desde la ciudad de Tunja donde estudiaba. En el año 1967, ingresaron al Congreso de la República, para con sus cantos vallenatos apoyar la sesión parlamentaria donde se debatía la creación del Departamento del Cesar. Los domingos ingresaban con su conjunto al estadio El Campin, para animar al Unión Magdalena, campeón del fútbol colombiano, año 1968.

PRIMER
CONJUNTO VALLENATO BOGOTANO.
Julio
Torres Mayorga.

INFLUENCIA DE GUILLERMO BUITRAGO EN BOGOTÁ: Julio Torres Mayorga, cuya familia bogotana eran admiradores de la música de Guillermo Buitrago, en especial del éxito la “Víspera de Año Nuevo”, se le metió en la cabeza de ser el sucesor en Bogotá del cantor cienaguero. De manera que para homenajear a su ídolo proyectó un formato instrumental afín al sexteto cubano: acordeón, dos guitarras, güiro y bongó de dos membranas. La presencia del acordeón y la guitarra en ese conjunto bogotano, recordaba la primera grabación comercial del vallenato, en donde Guillermo Buitrago participó con su guitarra y Abel Antonio Villa entonó su acordeón, además de acentuar en este formato musical que fue Guillermo Buitrago el precursor del folclor vallenato.  Julio Torres Mayorga, inició su carrera componiendo pasillos, boleros y bambucos, pero pudo más el gusto por la música caribe de Guillermo Buitrago, de modo que decidió conformar el primer grupo que hizo música de acordeón en Bogotá, al cual llamó Los Alegres Vallenatos.
Los Alegres Vallenatos.
de Julio Torres.

PRIMER CONJUNTO VALLENATO DE BOGOTÁ: Así fue que Julio Torres Mayorga, nacido el 27 de marzo del año 1929, en la familia conformada por el pianista Julio Torres Parra y la dama Rosa María Mayorga, con varios de sus amigos del barrio Ricaurte, conformó en el año 1948, el primer conjunto vallenato de Bogotá, "Los Alegres Vallenatos", el cual estaba integrado así:
- Julio Torres Mayorga, de Bogotá con la guitarra.
- Jorge Rojas, de Bogotá, con el acordeón.
- Hermanos Hommo y Custodio Morales, de Barranquilla, guacharaca y maraca.
- Alberto "Tito" Ávila Leal (1927-1988), de Magangue Bolívar; participó con los timbales.
- José Mejía y Eliseo Márquez, de Bogotá, con guitarra y bongó. 
Grabaciones de Julio Torres: El primer tema que compuso Julio Torres fue “El Aguacero”, luego compuso “Los Camarones”, los dos temas se grabaron en la emisora Nuevo Mundo en diciembre del año 1949, luego prensados en el sello Vergara, empresa de reciente creación en Bogotá, por el señor Gregorio Vergara. Desde entonces el “Benjamín de los compositores colombianos”, como definían a Julio Torres, en la capital de Colombia, se había convertido en el artista revelación de la capital e inclusive en México y Venezuela. Luego vinieron otras grabaciones en el mismo sello Vergara, como “Pomponio”, “La Colegiala”, “Mi Aguinaldo”, “Mi Canoa”, “La Puya Guamalera”, “La Lora de Don Facundo”, “Lindos Ojazos”, “La Totuma”, “El Sancocho”, “La Tamborera, ““Me Voy a Plato”, “Tu Carta”.
Muerte prematura de Julio Torres: Julio Torres quien soñó ser un ídolo como Guillermo Buitrago, tuvo un trágico destino igual que el músico cienaguero, ya que murieron prematuramente y cuando empezaban a cosechar sus éxitos musicales. Cuando el grupo Los Alegres Vallenatos, había alcanzado enorme popularidad fueron por primera vez a Cartagena. Marchó Julio Torres con su grupo y su novia a conocer el mar y cantar en la ciudad que le encantaba. Al tercer día luego de haber llegado, el 9 de enero del año 1951, una ola arrastró a Julio Torres, mar adentro, ahogándolo en la primera incursión que hizo en el mar, en las playas de Marbella. Así terminó la historia del compositor, cantante, guitarrista y fundador del primer conjunto vallenato de Bogotá, Los Alegres Vallenatos.

FUENTES DE CONSULTAS.

Darío Blanco Arboleda: La cumbia como matriz sonora de Latinoamérica, identidad y cultura continental; publicada primera edición en diciembre del año 2018. 
Daniel Samper Pizano y Pilar Tafur: 100 Años de Vallenato; publicado primera edición en el año 1997.
Félix Carrillo Hinojosa: Rumores de la Provincia; publicado en El Espectador, el 25 de abril del año 2009.
Joaquín Viloria de la Hoz: Acordeones, Cumbiambas y Vallenato en el Magdalena grande: una historia cultural, económica y política (1870-1960); publicado en el año 2018.
Julio Oñate Martínez: El ABC del Vallenato; publicado en el año 2003.

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