MANUEL TORREGROZA
CIENTÍFICO DE LA AGRICULTURA
NATUTAL DE CONCORDIA MAGDALENA.
PIONERO EN LA INVESTIGACIÓN AGRÍCOLA DE COLOMBIA: Manuel Antonio Torregroza
Castro (1926-2004), nació en Concordia Magdalena y murió en Bogotá. Culminó su
bachillerato en el Colegio Americano de Varones de Barranquilla en 1945 y se
graduó en 1951 en la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de
Colombia de Medellín. Master de University of Nebraska; Ph.D. University of
Missouri.
Fue profesor de las cátedras de
cereales, genética y Fitomejoramiento en las universidades Nacional de Colombia
y Pedagógica y Tecnológica de Colombia. Director de la división de Agronomía
del ICA, sobresaliente Investigador, generador de importantes variedades de
maíz y autor de varios artículos científicos.
Pionero de la investigación agrícola
en Colombia, con algo más de 50 años trabajando en la investigación y la
extensión agrícola, la enseñanza de la agronomía, la preservación de las razas
de maíz y el fomento de ellas entre productores y agroempresas del sector.
Como uno de los frutos de su trabajo
en la Estación Experimental Tulio Ospina, en Bello, Antioquia; en 1967,
contribuyó al lanzamiento de la primera variedad colombiana de maíz mejorado
(el “Maíz Eto”), considerado el hallazgo genético y de Fitomejoramiento más
importante que ha ofrecido el país al mundo; pues este recurso se difundió en
unos 40 países, en donde contribuyó a muchos programas de mejoramiento y al
desarrollo de variedades que calmaron el hambre de la población y
diversificaron la producción agropecuaria.
En sus últimos años, no fue ajeno a
las nuevas tecnologías de manipulación genética y se interesó en la introducción
a Colombia, de los denominados materiales genéticamente modificados, GM.
Fueron muchos y merecidos los
reconocimientos que se le otorgaron en vida: Profesor Emérito de la Universidad
Nacional de Colombia; Premio de Ciencias Agropecuarias “Alejandro Ángel
Escobar” de Colciencias; Medalla al Mérito Cerealista de Fenalce; Medalla al
Mérito Agronómico de la Sac; Medalla Agrícola Interamericana del Iica;
distinción de la Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria de la Argentina y
Mención Honorífica del Ica.
Manuel Torregroza y el “Maíz Amargo”: Desde Sacramento,
California, en julio de 2004, el ingeniero Hernán Pérez Zapata, Presidente de
la Asociación Colombiana de Ingenieros Agrónomos, ACIA, filial de la Asociación
Nacional por la Salvación Agropecuaria, envía esta nota en homenaje a Manuel
Torregrosa. “Fue en la localidad campesina de Malabrigo, en el Cerro de San
Antonio, Magdalena, donde vio la luz hace 80 años, Manuel Torregroza Castro, el
más grande investigador colombiano en maíz y sorgo. En Bogotá se produjo su
lamentable fallecimiento a fines de junio del año en curso. Hizo un enorme
aporte a la agronomía, la experimentación, la educación, la extensión y el
fomento de esos cereales básicos para la nutrición del pueblo colombiano. Fue un
hombre de muy valiosas cualidades humanas. Siempre amable, como buen campesino
costeño, puso sus más avanzados conocimientos al servicio de los profesionales
y agricultores de todos los niveles. Sin ninguna reserva y con el más grande
patriotismo, no sólo en el país sino, también, en el exterior. Se hizo
bachiller en el Colegio Americano de Barranquilla; se recibió como ingeniero
agrónomo en la Universidad Nacional de Medellín; culminó el Magister of Science
y el Philosophical Doctor en la Universidad de Missouri, Estados Unidos. Desde
1950 hasta su retiro, 40 años después, trabajó en el Programa de Maíz y Sorgo,
primero con el Departamento de Investigación Agropecuaria, DIA, y
posteriormente con el ICA. Se desempeñó como investigador en la Estación Tulio Ospina,
en Bello, Antioquia. Con el maestro Eduardo Chavarriaga Misas contribuyó a
sintetizar el primer aporte investigativo nacional de trascendencia mundial que
publicamos en la Revista ICA en 1965 sobre el Maíz ETO, una variedad
colombiana. Contribuyó a la creación y desarrollo del Banco Mundial de
Germoplasma de Maíz en la Estación Tulio Ospina. Se acumularon más de 6.400
materiales genéticos nativos de todo el país y el exterior. Este patrimonio ha
sido saqueado por misiones y compañías norteamericanas para hacer bancos
similares en Maryland, Estados Unidos, y en los laboratorios de Monsanto y
otras empresas multinacionales de agroquímicos que lo utilizan para producir
semilla transgénica que patentan en su beneficio imperial. Una de las más
valiosas contribuciones de Torregroza y su grupo de trabajo fue la publicación
de la obra Razas de Maíz en Colombia, además de un centenar de artículos sobre
esta obra y otras tareas investigativas que realizó. El equipo de Torregrosa
creó más de 50 variedades de híbridos específicos para todos los pisos
térmicos. A su lado estuvieron Climaco Cassalet, Fernando Arboleda, Julio César
Toro, Daniel Sarria, entre otros especialistas de alto nivel. Su ingenio
patriótico le llevó, junto a su grupo, a impulsar las plantas de semillas en la
Caja Agraria. Con sus aportes se hizo una exitosa producción con campañas como
la ‘Operación Maíz’, cuando Virgilio Barco fue ministro de Agricultura en
1965-66. No obstante, desde esa ‘Operación Maíz’, las mismas instituciones
estadounidenses y del gobierno colombiano llevaron al traste estos valiosos
esfuerzos. Con la ‘Operación Maíz’ se hicieron las primeras importaciones desde
1966, cuando salía una cosecha de más de un millón de toneladas del cereal.
Como ocurrió con las nefastas importaciones del trigo subsidiado en las décadas
de los 60, 70 y 80, apareció la apertura neoliberal de los años 90. Pasamos de
importar 20.000 toneladas de maíz en 1991 a importar cerca de 2 millones de
toneladas en la actualidad, dos tercios del consumo interno. Ahora, el gobierno
de Álvaro Uribe Vélez y su ministro de Agricultura, Carlos Gustavo Cano, buscan
reducir y desproteger la investigación, la extensión y el fomento del maíz y
demás cereales y productos alimenticios. Su política adversa al agro los ubica
en el antinacional y regresivo papel de auspiciadores de las ‘pruebas
regionales’ de maíces transgénicos, patentados por la transnacional Monsanto,
para que esta corporación venda sus semillas a precios prohibitivos a los
productores nacionales. De paso, se propicia el encarcelamiento de los
campesinos que usen semillas de maíz que no sean compradas a las
transnacionales, como parte del TLC y el ALCA. El mejor homenaje que podemos
rendir a la memoria del científico y patriota Manuel Torregroza y su equipo de
trabajo es profundizar nuestra lucha por la defensa de la investigación, la
extensión y el fomento nacional estatal de los productos básicos de nuestra
canasta familiar y agroindustrial, para que no se sigan convirtiendo en el
trigo, el arroz, el ‘maíz amargo’ para los colombianos”.
Lo que dice la Revista Portafolio, sobre Manuel Torregroza, en abril
23 del año 2015:
“En los años 70 y 80, la inversión
pública en investigación y desarrollo tecnológico era central en la política
agropecuaria nacional. Manuel Torregrosa (q. e. p. d.) lideraba un grupo
multidisciplinario de investigadores, que –desde el ICA– trabajaba en maíz.
Desarrollar una variedad les tomaba de cinco a siete años. Crearon un
portafolio de variedades para el Caribe hasta los altiplanos, que fueron
adoptadas por gran parte de los agricultores”.
En una conferencia sobre Germoplasma de Maíz en el Cono Sur de
América, realizada en julio de 1986 en Bolivia, sobre el colombiano se dijo lo
siguiente:
“Complementando las tareas de
evaluación sobre germoplasma, en el año 1980 y 1981 se logró, por medio del
Programa Cooperativo de Investigaciones IICA-Cono Sur-BID, el concurso del
Doctor Manuel Torregroza Castro, a fin de realizar, junto a técnicos
argentinos, una clasificación preliminar de formas raciales de maíz y su
distribución geográfica en la República Argentina”.
Variedades de maíz.
"PANIZO", EL MAÍZ DE CRISTÓBAL COLÓN: El 16 de octubre de 1492, cuatro días después del descubrimiento del continente americano, el maíz fue inscrito en el diario de Cristóbal Colón. Lo registró con el nombre de "panizo". La historia dice que este producto era el principal cultivo de los aborígenes, lo que causó curiosidad entre los españoles.
Planta de maíz criollo.
MAÍCES CRIOLLOS: Las semillas
criollas han garantizado el alimento y hacen parte de la cultura del
Departamento del Magdalena. Los maíces criollos están adaptados al ambiente
caribe, soportan sequías, suelos pobres y enemigos naturales. El maíz criollo
se puede almacenar por largos periodos de tiempo, cosa que no es posible hacer
con las semillas mejoradas o híbridos, porque se gorgojean muy rápido. El
sembrado de maíz en asocio con otros cultivos como yuca, maíz, ñame, se le
denomina Rozas.
Planta de maíz mejorada.
VARIEDADES DE MAÍZ: Se consideran alrededor 27 variedades de maíz
criollo, donde las más importantes para el mercado son las de color amarillo y
blanco y la variedad Cariaco, que aún se siembra y se comercializa ampliamente
en la Costa Atlántica para la elaboración de chocolate. Otras variedades criollas, sin
aceptación comercial, tienen los siguientes colores: negrito, azulito, panó
(rosado), piedrita (violeta), cariaco (amarillo, rojo y rayado), tacaloa
(naranja), sangre toro (rojo), cucaracho (rayado), berrendo (mezcla de
colores), huevito (blanco rayas negras).
La pérdida de muchas variedades de
maíces criollos se debe en gran parte a que el agricultor ya no produce para su
propia seguridad alimentaria. En la modernidad se produce para el mercado, lo
cual obliga a los agricultores a producir lo que el mercado pide.
El cultivo del
maíz fue uno de los primeros en sufrir el rigor de la transformación
tecnológica. Se empezaron a comercializar variedades de maíces blancos y
amarillos, que eran los exigidos por los comerciantes y la industria,
desplazando así gran cantidad de variedades criollas de colores.
Nuevas razas de maíz: La modernidad cambió la siembra de semilla criolla por semilla mejorada, razón por la cual el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), como investigadores de la Universidad Nacional, Sede Palmira, han avanzado, entre el año 2007 y el año 2014, en la actualización de la información sobre nuevas razas colombianas de maíz, entre las que se encuentran las siguientes variedades:
- ICA-V109.
- ICA-V156.
Nuevas razas de maíz: La modernidad cambió la siembra de semilla criolla por semilla mejorada, razón por la cual el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), como investigadores de la Universidad Nacional, Sede Palmira, han avanzado, entre el año 2007 y el año 2014, en la actualización de la información sobre nuevas razas colombianas de maíz, entre las que se encuentran las siguientes variedades:
- ICA-V109.
- ICA-V156.
- Timbrado.
- Negro de Tabanok.
- Rojo Sureño
Bolas de chocolate, de maíz Cariaco: De las 27 variedades de maíz criollo,
sobresale en importancia el maíz Cariaco, del cual se elaboran las famosas
BOLAS DE CHOCOLATE, muy comunes en los pueblos de la Costa Atlántica. Las BOLAS DE CHOCOLATE, se elaboran
redondas, al transformar con las manos de las mujeres campesinas el grano de
maíz Cariaco en polvo.
El maíz Cariaco, contiene alto grado
alimenticio, se cultiva desde la época preincaica y se le atribuyen propiedades
antioxidantes y medicinales comprobadas a nivel mundial. Reduce el colesterol,
regula la presión arterial y combate diabetes y obesidad.
.Maíz Cariaco.
COMO SE HACE UN "BOLLO LIMPIO"? Alimento de origen
indígena a base de masa de maíz blanco y seco, envueltos y cocidos en hojas de
mazorca (llamadas también tusas), típicos y profundamente arraigados en el
Caribe colombiano, donde se usa como un sustituto del pan. Es común ver su
venta en las calles costeñas, sobre todo por mujeres que van pregonando con
alegría el delicioso producto. Así nació el "bollo limpio":
1. Se deja secar la mazorca del maíz.
2. Una vez secado se destusa (quitar
la hoja que cubre el grano).
3. Luego se desgrana la mazorca.
4. Los granos de maíz son asoleados.
5. Se pila en un pilón, con
"manos de pilón".
6. Se le saca el afrecho, es decir
queda el grano limpio. Ese afrecho sirve para engordar animales domésticos.
7. Se cocina el maíz ( el grano no
debe quedar muy cocido). En este proceso se destila la sabrosa y vitamínica
"agua de maíz".
8. Se muele el maíz en un molino,
produciendo la masa.
9. Se le echa sal a
la masa.
10. Se elaboran los bollos, los
cuales son forrados con tusas y amarrados con pitas o ataderos.
11. En una olla se cocinan los
"bollos limpios".
12. Al sacarlos de la olla, se dejan
al aire libre para que escurran el agua.
13. listo el "bollo
limpio".
Santa Marta, octubre del año 2015.
Gracias por plasmar la historia de este gran ser humano.
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ResponderEliminarGran científico. gracias por lo que aporto en su conocimiento. honorable ingeniero.