sábado, 14 de octubre de 2017

QUIEN FUE EL PRIMERO
EN BAILAR VALLENATO???

ABEL ANTONIO VILLA APRENDE A TOCAR ACORDEÓN: Aprendió a tocar el acordeón a los ocho años, Abel Antonio Villa. Su padre era el encargado de animar las fiestas de la Cruz de Mayo y San Isidro Labrador, en Piedras de Moler, antiguo corregimiento de Tenerife, hoy de Zapayán Magdalena. Recuerda Abel Antonio Villa, que el acordeonero de las fiestas era Gilberto Bermúdez y su papá quien le cantaba. Abel Antonio no se despegaba de los actos que se animaban segundo a segundo con el acompañamiento del licor. Sobre este particular dejó el siguiente testimonio:
- “Yo esperaba que se emborracharan y se durmieran, para coger el acordeón de un teclado y así fui aprendiendo. En el año 1935, ya salía a tocar por los pueblos cercanos en compañía de mi hermano Fabián, que era mayor que yo, y quien patrocinaba esas correrías.

 
Abel Antonio Villa.

QUIEN FUE EL PRIMERO EN BAILAR VALLENATO? En sus inicios ser acordeonero era un arte de pobres para pobres y su música era anónima. Los acordeonistas para tocar el instrumento se sentaban cómodamente en un taburete de madera, en los siguientes lugares:
- En la esquina del rancho.
- En el árbol frondoso de la finca.
- En el rincón de su vivienda.
Allí en esos lugares, fumando o tomando licor, tocaban y componían sus canciones. De modo que el vallenato empezó como parranda en el sector rural, por eso el canto de parranda, es el mismo vallenato; o mejor, de las parrandas nació el vallenato. Entonces los juglares buscaban las parrandas para la supervivencia, para recrearse de las jornadas de trabajo. Tocaban por ron y sancocho, duraban días y noches alegrando las fincas, en donde los parranderos cantaban al igual que los acordeoneros. Tanto parranderos como acordeoneros, tocaban, improvisaban, guapirriaban, se emborrachaban, pero no bailaban.
Cantinas y acordeoneros: No existía pueblo que no contara con cantinas, eran una necesidad porque allí se llegaba a beber y a iniciar las parrandas. Como en esa época no existía la radio, ni las vitrolas, ni las radiolas, era costumbre que en la mayoría de las cantinas hubiese siempre un acordeón. Las cantinas se peleaban a los músicos, porque antes de sentarse a tomar en alguna parte, los parranderos averiguaban en cual cantina había música en vivo para irse a beber allí.
Vestimenta de los acordeoneros: Todos esos viejos juglares mal vestidos y oliendo a sudor, tocaban por complacer a sus amigos, emborracharse y comer sancochos en las parrandas y cantinas;  menos uno, Abel Antonio Villa, quien nació en Piedras de Moler, hoy corregimiento del municipio de Zapayán, el primero de octubre del año 1924, en el hogar de Antonio Villas Salas y María del Transito Villa Barrios. Fue precisamente Abel Antonio Villa, quien hizo la primera grabación de un vallenato, por eso es reconocido como el “Padre del Acordeón”. Esa primera grabación la hizo en el año 1943 en acetato, y en el año 1944 en pasta sintética; disco con dos canciones, que vino rotulado como “Abelito Villa con el acompañamiento de Guillermo Buitrago y sus Muchachos”.
Abel Antonio Villa, desde joven se esmeró por presentar una imagen decorosa del músico popular, fue el mejor vestido de su generación. Le gustaba vestir de blanco, con sombrero de fieltro, leontina, gafas de marco dorado; con ademanes de lord inglés y una prosa, que quien no lo conocía, podía pensar que estaba frente a un hombre de una gran formación académica, solo llegó a estudiar primaria. Este hombre, de color moreno, mirada fija, talla imponente y de trato fino, siempre buscaba a lo más alto de la sociedad para mostrar su música y se propuso darle a la música de acordeón un estatus mayor, su apariencia no era la de un músico común y corriente.
Del Vallenato narrativo y costumbrista al vallenato romántico: Los viejos juglares del vallenato no bailaban, permanecían en el asiento alegrando las parrandas de las fincas y de las cantinas. Los partícipes de las parrandas tampoco bailaban solo escuchaban los sones del vallenato narrativo y costumbrista, en cuyo canto se narraban los acontecimientos sobresalientes de la región.
De modo que Abel Antonio Villa aguzero para tocar, se paraba del asiento o taburete de cuero, con el acordeón en el pecho y guapirriaba a los presentes con su célebre “jeeeee”. Con esas paradas de los taburetes para entusiasmar las parrandas, cumplía las características del verdadero juglar: componer, cantar, tocar y también bailar. No se quedaba sentado en el taburete, como los demás músicos de su generación, sino que invitaba al baile y se congraciaba saludando a los parranderos en la interpretación de su melodía, ya que el grito tradicional de complacencia o guapirreo, hace parte de la música vallenata.
Cuando el vallenato narrativo y costumbrista evolucionó hacía el vallenato romántico, buscando como referente al bolero en sus letras y melodías, el baile en la música vallenata se popularizó más, hasta llegar al vallenato de la nueva ola, que en sus canciones de corte  alegre y picante invita aún más el baile en el vallenato.

PRIMERA CANCIÓN COMERCIAL, GRABADA EN EL VALLENATO: Fue “Las Cosas de las Mujeres”, paseo-son, de la autoría de Abel Antonio Villa; canción grabada primeramente en los estudios Foto Velasco de Barranquilla, luego prensada por el sello Odeón-Chile en el año 1944. El que canta es Abel Antonio Villa, pero también se le escucha la voz a Guillermo Buitrago. Pero el principal aporte que hace Buitrago, en esta grabación es el toque de su guitarra, que junto al acordeón, marca e impone el ritmo de la canción. 
¿QUIENES FUERON LOS ACOMPAÑANTES DE LA GRABACIÓN? Finalmente Abel Antonio Villa pasa a la historia como el músico de acordeón en grabar el primer proyecto fonográfico comercial. La primera grabación la hizo en el año 1943 en acetato y, en el año 1944, en pasta sintética, con el sello Odeón. Disco con dos canciones incluidas, que vino rotulado como “Abelito Villa con el acompañamiento de Guillermo Buitrago y sus Muchachos”, por eso quedó registrado en el folclor vallenato como EL PADRE DEL ACORDEÓN.
Acordeón: Abel Antonio Villa, nacido en Piedras de Moler Magdalena, reconocido como "El Padre del Acordeón".
Guitarra: Guillermo Buitrago, el cantor cienaguero
Guacharaca: Ezequiel Rodríguez, cienaguero.
Caja: Fabián Villa, hermano de Abel Antonio Villa.

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