TESTIMONIOS SOBRE EL VALOR DE LA MÚSICA EN LA VIDA DE BOLÍVAR: El Libertador Simón Bolívar, de niño le
gustaba escuchar el canto de los negros, pero el gusto al baile y a la música,
le nació de su madre Doña María de la Concepción Palacios, quien era flautista
y amante de las artes. Simón Bolívar fue un apasionado de la música formal, sus
ritmos favoritos fueron la danza y la contradanza española. El francés
Voltaire, era el autor preferido de Simón Bolívar, El Libertador cargaba en su
memoria muchos pasajes de su obra, tanto en prosa como en verso.
Sobre música y baile, Simón Bolívar manifestó lo siguiente:
- “Siempre he preferido el vals y hasta locuras
he hecho, bailando de seguido horas enteras, cuando me ha tocado en suerte una buena
pareja”.
El musicólogo venezolano José Peñín, sobre el particular
manifiesta:
- “Bolívar, fue un experto en bailar el vals
vapor, música muy de moda para ese momento en Venezuela. Precisamente los
ejércitos bolivarianos fueron los grandes difusores de este género por la
Cordillera Andina bajo la denominación de pasillo, o pasito, por la morisqueta
o pasito corto que hacían los bailarines sobre el segundo tiempo del compás”.
En carta a su sobrino Fernando Bolívar, El Libertador le dice:
- “La fiesta de la Trinidad es tradicional en mi
familia y por tanto debe celebrarse, cueste lo que cueste….La fiesta de la
Trinidad que se haga todos los años, con la misma decencia que se ha
acostumbrado antes”.
En otra carta escrita al profesor de su sobrino Fernando
Bolívar, El Libertador le manifiesta:
- “El baile que es la poesía del movimiento y que
da la gracia y la soltura a la persona, a la vez que es un ejercicio higiénico
en climas templados, deberá practicarlos si es de su agrado”.
El 21 de julio del año 1825 Simón Bolívar, le escribió al poeta
ecuatoriano, José Joaquín Olmedo lo siguiente:
- “Querido amigo mío: hace muy pocos días recibí
en el camino dos cartas de Usted y un poema. Las cartas son de un político y un
poeta, pero el poema es de un Apolo…….Se toma la libertad de hacerme poeta sin
yo serlo, ni haber pedido mi consentimiento……Usted debió haber borrado muchos
versos que yo encuentro prosaicos y vulgares: o yo no tengo oído musical, o son
renglones oratorios”.
El 17 de noviembre del año 1826 el padre y fundador de la música
en Bogotá Juan Antonio de Velasco, colaboró a varios artistas de procedencia
venezolana, en un concierto ofrecido en honor de Bolívar, quien por entonces
acababa de llegar de Lima.
El poeta colombiano López de Meza, sobre Bolívar manifestó:
- “Era más que todo un poeta, en sus obras fluye
la imaginación con cierto estilo romántico”.
ENTRE LOS RITMOS DE LA INDEPENDENCIA ENCONTRAMOS: El vals, la contradanza española, los minués, el bambuco, paso-doble, aires de dirección inglesa, la polka, las canciones populares, la danza y las marchas. La mayoría de la música era de corte marcial, con honores y aires a la libertad; interpretada con tambores, marimbas, cornetas, tiples, guitarras y flautas.
CONTRADANZAS: Se destacan “Del Aire”, “Del Avestruz”, “La Vencedora” y “La
Libertadora”. La contradanza “La Vencedora”, fue interpretada a las 4 de la
tarde del 7 de agosto de 1819 en el puente de Boyacá, ejecutada por seis
músicos que dirigía el Coronel José María Cancino; este músico-soldado, fue
alférez en la guerra de la independencia y director de banda en las campañas
libertadoras.
La contradanza “La Libertadora”, fue compuesta especialmente para
la entrada triunfante de Bolívar a Bogotá, después de la Batalla de Boyacá; a
partir de esa fecha comenzó un florecimiento artístico en Bogotá, ya que el
edecán de Simón Bolívar, el venezolano José de Asturias, estableció en su casa
la costumbre de ejecutar cuartetos de cuerdas o cuartetos de cámara.
Contradanza "La Libertadora" en Santa Marta: El Libertador Simón Bolívar, escuchó la obra “La Libertadora” en su lecho de enfermo en la
Quinta San Pedro Alejandrino, de igual manera fue interpretada durante su
funeral por la banda militar de Santa Marta, en el año 1830.
BAMBUCOS: Algunas son: “Las Cornetas”, “La Guaneña”, “El
Aguacerito”. El bambuco “La Guaneña”, lo entonaron los soldados libertadores al
momento de entrar a la Batalla de Ayacucho en 1824. El bambuco “El Aguacerito”,
frecuentemente Bolívar lo escuchaba en el Palacio de San Carlos.
POLKAS:
Se destaca “La Trinitaria”, composición anónima que Bolívar, llevaba siempre en
su equipaje para ser interpretada y bailada en los festejos en su honor, una de
sus piezas de baile predilecta.
GENERAL MARIANO MONTILLA, ORDENA LA COMPOSICIÓN DE LA MARCHA FÚNEBRE: El 17 de Diciembre del año 1830, murió en Santa Marta el Libertador Simón Bolívar, episodio que dejó huella en la música colombiana; ya que el General Mariano Montilla, Comandante General del Departamento del Magdalena, encargó al profesor francés Francisco Sieyes, quien dirigía una de las bandas de música existentes en la ciudad, la elaboración de una Marcha Fúnebre, que debía estrenarse en el sepelio del Libertador. Pieza musical que se estrenó en el desfile funerario a las cinco de la tarde del 20 de diciembre del año 1830, precedido por los caballos del difunto Libertador. Al igual marchaba una compañía del Batallón Pichincha, el Gobernador de la Provincia, magistrados y ciudadanos de Santa Marta y el cadáver del Libertador vestido con insignia militar y conducido por dos generales, dos coroneles y dos comandantes. Desde la casa en que estaba depositado el cadáver del Libertador hasta la puerta de la Catedral, se escuchó la Marcha Fúnebre tocada por la banda de música del profesor Francisco Sieyes y el canto fúnebre de los sacerdotes de la religión.
RESCATE DE LA MARCHA FÚNEBRE: Fue el historiador y músico José Crisóstamo Alarcón, quien no permitió que la música de esta obra se perdiera ya que la partitura original se perdió. Alarcón que ejercía como maestro de teoría y piano en el Instituto Departamental de Música, consciente del peligro en que estaba la Marcha Fúnebre, entre 1890 y 1891 detectó a los sobrevivientes de la banda de Sieyes y reconstruyó la pieza con base en los testimonios de Luis Santrich y Luis Elías, quien en ese momento tenía 88 años de edad y era, junto con Juan de Dios Prado de Barranquilla, el último de aquellos músicos. Entonces en el año 1891 José Crisóstamo Alarcón, reproduce de memoria la Marcha Fúnebre, ante un Juez Municipal de Santa Marta, para que le certificara la veracidad de la obra musical.
María Isabel Quintero: La música en tiempos de Bolívar y Santander; publicado
en el portal de la Radio Nacional de Colombia, el 7 de agosto del año 2020.
Juana Salamanca Uribe: Música para la independencia; publicado en el
portal de la Red Cultural del Banco de la República.
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