DEPARTAMENTO DEL
MAGDALENA
SIEMPRE PRESENTE EN LA
MÚSICA.
CANCIONES HIMNOS: Los cultores de la
música del Departamento del Magdalena han hecho canciones inmortales que por su
naturaleza artísticas se entonan como himnos en Colombia y el mundo, ejemplo de
algunas son: “La Cumbia Cienaguera”, “Te Olvidé”, “La Pollera Colorá”, “Alicia
Adorada”, “La Muerte de Abel Antonio”, “La Piña Madura”, “Compae Chemo”, “La
Lira”, “La Piragua”, “La Negra Carmen”, “El Gallo Tuerto”, “El Helado Leche”,
“El Pájaro Carpintero”, “El Reboliatico”, “El Cafetal”, “El Caimán”, etc.
Edificio cultural.
Santa Marta.
GRANDES AUTORES: Autores grandes del Magdalena que han hecho historia con sus canciones son: Eulalio Meléndez, Antonio María Peñaloza, Guillermo Buitrago, Abel Antonio Villa, Juancho Polo Valencia, José Barros Palomino, Pacho Rada, Andrés Paz Barros, Carlos Martelo, Wilson Choperena, Honorio Alarcón, Julio Erazo, Ramón Ropain, Gabriel Angulo, Rita Fernández, Lucía Herrón, Esteban Montaño, Carlos Vives, Julio Bovea, entre otros.
LA CUMBIA SE ORIGINA
EN EL MAGDALENA: No hay duda alguna que
el nacimiento de la Cumbia y toda la leyenda vallenata se originó en el
Departamento del Magdalena. La Cumbia ese ritmo que tiene como instrumento dos
tambores, una tambora o bombo, maraca, y caña de millo; sus raíces se
encuentran en los actos funerarios y musicales de los indios Chimila y Tairona,
establecidos en La Sierra Nevada de Santa Marta y en las riberas del Rio
Magdalena .
Los indígenas en sus ritos funerarios y
musicales utilizaban como instrumentos, tambores grandes y largos, hecho de
tronco de árboles gruesos, utilizaban cornetas y trompetas de caracoles
marinos, utilizaban flautas hechas con las canillas de los indios muertos;
hacían sus fiestas y bailes extraños periódicamente con las primeras cosechas
de maíz, invitaban sus vecinos para festejar la primera cosecha y tomar chicha.
En las velaciones aborígenes se cantaba alrededor del difunto los hechos
sobresalientes de su vida.
De los bailes populares, la Cumbia es el único
que conserva aquel alumbrado de la danza indígena; las mismas luces que servían
de esplendor en los velorios o cantos fúnebres, que al decir de los cronistas
españoles, era una música fea y parecía traída del infierno.
Desde el punto de vista folclórico, la Cumbia
es una danza ritual, y en su esencia se percibe un coloquio amoroso; su formato
es el conjunto de gaitas, o sea la fusión de la melancolía; de la gaita o caña
de millo, con el tambor y las maracas. En el baile de la Cumbia los hombres
entregan a las mujeres las velas y van a colocarse en círculos, mientras que en
el centro permanecen el conjunto de gaitas; en el movimiento los hombres
colocados en círculos buscan a su compañera y se inicia la danza, hacen
rotación de traslación tanto hombres como mujeres, a medida que las bailarinas
describen el círculo, los hombres danzan alrededor de ellas.
En el decurso de la historia la Cumbia se
despojó de su fúnebre rememoración para dedicarse por entero a la festiva
misión de entusiasmar y divertir; pero claro está, el sentido original de sus
raíces es casi el mismo: Cantos Fúnebres, Cumbia, Gaitas, Cumbiambas, para
terminar en la Leyenda Vallenata.
DE LA CUMBIA SE
ORIGINA EL VALLENATO: De la Cumbia y las
Cumbiambas que existieron en la ribera oriental del Rio Magdalena, y que
existieron en casi todo el Departamento del Magdalena, se originan los ritmos
vallenato. Con razón el investigador Tomas Darío Gutiérrez Hinojosa,
manifiesta:
- “Que es lo mismo decir Cumbia, Merengue o
Cumbiamba, ya que el Merengue, la Cumbia o la Cumbiamba estuvieron constituidos
por una ceremonia festiva de rancia estirpe popular donde gaiteros, tamboreros
y guacharaqueros se situaban en un lugar adecuado para que los asistentes
bailaran a sus alrededores; lo curioso es que fue aquí donde parece haberse
pactado la actual trifonía vallenata o, más bien, en donde la trifonía
existente desde los tiempos precolombinos, en manos de los Chimilas, reemplazó
al carrizo por el acordeón ……….Aparte de esto se ha constatado la existencia,
en tiempos pasados, de un especial genero cantoril llamado Merengue, antecesor
del actual y que prevaleció en manos de los cantores solistas de nuestros
caminos y veredas que siempre entonaron hermosamente, décimas, sones, merengues
y cantos de gaita y vaquería.”
Por todas estas consideraciones folclóricas se
debe considerar la inclusión del ritmo cumbia, como quinto aire musical en las
competencias del festival de la leyenda vallenata en Valledupar y en todos los
festivales vallenatos que se realicen en Colombia, al lado del Paseo, el
Merengue, la Puya y el Son. Y no como se viene ambientando la idea de incluir
un nuevo ritmo que han denominado Paseo Lírico, invento de los llorones del
folclor, de la mal llamada nueva ola vallenata. El Paseo Lírico como género de
la leyenda vallenata no tiene historia por lo tanto no existe, ya que el Paseo
así sea triste, alegre, melancólico o picaresco, es uno solo: Paseo Vallenato.
Cosa contraria ocurre con la Cumbia que está demostrado que es la madre de la
leyenda vallenata.
INNOVACIONES MUSICALES
DE LOS COMPOSITORES
DEL MAGDALENA.
ZONA BANANERA
ENCLAVE MUSICAL: Desde mediados del
siglo XVIII hasta la primera mitad del siglo XX, se vivieron en la Zona
Bananera muchas bonanzas: La bonanza de la caña de azúcar, la bonanza del
tabaco, la bonanza del cacao, y por último la gran bonanza bananera. Estas
bonanzas económicas permitían la llegada a esta región, primero de trabajadores
cubanos que asesoraron los ingenios azucareros y que fueron los encargados de
traer aires musicales como, la rumba, el son, la danza, la guajira, la
guaracha, ritmos nuevos que se mezclaron con las danzas indígenas, y generaron
movimientos musicales en torno a la guitarra, instrumento base de la música
cubana.
Más tarde llegan a la región atraídos por la
bonanza bananera, campesinos músicos que después de la labor del campo
alegraban con sus cantos y sus parrandas la prospera región bananera. Sobre
este particular el folclorista Adolfo Pacheco Anillo expresa lo siguiente:
- “En realidad fue la Zona Bananera enclave al
cual concurrían acordeonistas de toda las regiones, el ámbito donde se intercambiaron
estilos e influencias en los primeros treinta años del siglo pasado ……cuando a
principios del siglo XX, el acordeón se impuso en esa subregión musical
conformada por el sur de la Guajira y el norte del Cesar ( que no debe
confundirse con el Departamento del Cesar, de creación posterior, ni con la
música de poblaciones bajeras como Ciénaga, El Banco, Plato o El Paso) , ya
existían cantos indígenas como el chicote, de negros como la tambora y de
tradición europea como los de las bandas y los de las vaquerías, además de
música cubana y las rancheras.
De esta múltiple confluencia surgieron
fusiones que tras un largo proceso se denominaron canción, rutina, son,
parranda, asuntos y, al integrarse, en la Zona Bananera, con manifestaciones
procedentes de la zona bajera y de las sabanas, tomaron el nombre de paseo,
merengue y puya.
El paseo y el merengue con acordeón se dieron
en las otras regiones con distinto estilo, por esto no se sabe a ciencia cierta
quien compuso el primero ni el primer merengue; la puya, pese a su similitud
con la de los conjuntos de gaita, no alcanzó a tipificarse en las otras
regiones y se le considera ritmo netamente vallenato. Del son, si se conoce el
creador: Pacho Rada Batista, natural de Las Mulas Plato, Magdalena. De manera
errónea, Consuelo Araujo en su Vallenatología, le atribuye un origen
vallenato.”
Escuelas
de música: En el antiguo
Seminario de Santa Marta, funcionó la Escuela de Música, dirigida por el
profesor Tomás Caballero, en el año 1850.
Mediante Decreto No. 215 del 11 de febrero del
año 1890, se funda en Santa Marta el Instituto Departamental de Música; el cual
era dirigido por el músico y médico samario Gabriel Angulo, en donde se
enseñaba piano, violín, violonchelo, contrabajo, flauta, solfeo, canto,
clarinete, pistón, bajo y barítono a 111 estudiantes.
Después de la Guerra de los Mil Días a
comienzo del siglo XX, Ciénaga tenía escuela de música y un centro artístico
donde continuamente llegaban figuras europeas y se presentaban actividades
musicales. Las mejores compañías de teatro y zarzuela española o italiana,
también llegaban a Ciénaga con frecuencia, como en esa época no había
amplificaciones de sonidos, las banda de música, acostumbraban anunciar las
propagandas de las películas de turno y otros espectáculos públicos. En la
puerta del cine tocaban las tres piezas reglamentarias antes de la iniciación
de la función, y luego acompañaban algunos apartes de la película con música de
fondo y apropiada al episodio que se proyectaba en el telón. Funcionaban
salones de bailes populares con amplias pistas al aire libre, enmarcados en
algunas ocasiones con cuatro paredes con enramadas de palma de vino, adornadas
con cadenetas multicolores de papel. Todo el salón estaba rodeado de bancas de
maderas. En una tarima tocaban las diferentes bandas de música.
Más adelante el Decreto No. 737 de 16 de
diciembre del año 1937, emanado del Gobernador del Magdalena, Pedro Castro
Monsalvo, crea el Instituto de Bellas Artes del Magdalena, dirigido por el pianista
samario Darío Díazgranados.
En total son 14 escuelas musicales que están ubicadas a lo largo de las comunas de la ciudad de Santa Marta, en la vigencia fiscal 2015; donde se atienden 1.154 jóvenes, que cuentan con 994 instrumentos musicales y elementos de grabación. Instrumentos que tuvieron por parte de la alcaldía de Santa Marta, una inversión de 657 millones de pesos, más 405 millones de pesos para la formación.
En total son 14 escuelas musicales que están ubicadas a lo largo de las comunas de la ciudad de Santa Marta, en la vigencia fiscal 2015; donde se atienden 1.154 jóvenes, que cuentan con 994 instrumentos musicales y elementos de grabación. Instrumentos que tuvieron por parte de la alcaldía de Santa Marta, una inversión de 657 millones de pesos, más 405 millones de pesos para la formación.
Libros
de música: Fue Gabriel Angulo
(1858-1918), un eminente pianista samario, médico, compositor y creador
musical, ya que en el año 1878 escribió un libro titulado Pulsación, Digitación
y Expresión en el Piano, un texto para el aprendizaje musical, además en 1896
escribió otro importante libro al que denominó Estudios Musicales.
El historiador Gnecco Rangel Pava, nacido en
Guamal en el año 1913, contribuyendo al folclor con las siguientes historias
publicadas: Año 1947, con el libro El País de Pocabuy; año 1948, con el libro
Aires Guamalenses. Son estos los primeros libros donde se habla por primera vez
de vallenato y demás cantos de la región, todavía no existía la Vallenatología
de la "Cacica", Consuelo Araujo Noguera.
Antonio Brugés Carmona, abogado (1911-1956),
nacido en Guamal y criado en Santana Magdalena; fue uno de los primeros
escritores y periodistas costeños, en llamar la atención sobre la música
campesina costeña en la década de 1940.
Precisamente en esta época con sus
publicaciones en periódicos y revistas como El Tiempo, Semana, Liberal y
Sábado, se convierte en propagandista de la música de acordeón que todavía no
se llamaba vallenata. Uno de estos escritos lo publicó en El Tiempo, el 21 de
enero del año 1940, con el título “El Merengue”; otro lo publicó en el mismo
diario con el nombre de “Noticia de los Últimos Juglares”, el 19 de marzo del
año 1950.
Orlando Alarcón Montero, médico y pediatra
samario, durante 14 años fue colaborador cultural de la Radiodifusora Nacional
de Colombia y publicó las siguientes obras literarias: Amor y Neurosis en los
Genios de la Música, Los Músicos ante la Medicina, Lo Insólito de la Música, La
Mujer en Dos Mil Años de Historia de la Música.
José
Crisóstomo Alarcón: En el año 1849 fundó
la Sociedad Filarmónica de Santa Marta, con la finalidad de ofrecer recitales
públicos, y su hijo Honorio Alarcón Pérez fue un virtuoso del piano que del año
1880 en adelante se destacó en Colombia y en el continente europeo.
Creación
del ritmo Jorikamba: A comienzo del siglo
XIX los negros esclavos que trabajaron en las haciendas Papare y Garabulla,
cerca de Ciénaga Magdalena, crearon un aire musical llamado Jorikamba en donde se
distinguió Catalina Crespo la reina jorikambera.
Creación
de la Joricumbia o El Caimán Cienaguero de Eulalio Meléndez: El compositor Eulalio Meléndez compone en el
año 1870 “La Maestranza” y la famosa versión del Caimán Cienaguero como una
conjunción de Jorikamba con Cumbia, que llamó Joricumbia, ritmo y armonía donde
se encuentran las raíces ancestrales de la danza del garabato o “Te Olvidé” que
años más tarde en el año 1951 creara Antonio María Peñaloza. Eulalio Meléndez
hacia 1890 compone la canción “La Piña Madura” en aire de paseo, composición
que se considera el abecedario del vallenato, ya que es la primera que aprenden
los acordeoneros.
Organización
de los primeros festivales del vallenato: Con todos estos antecedentes musicales del Departamento del
Magdalena, la clase dirigente departamental no fue capaz de realizar el
festival de la leyenda vallenata en alguno de los centros urbanos de la Zona
Bananera, si se tiene en cuenta que la idea de organizar un festival, se
originó en Aracataca en el año de 1963 en una parranda en donde participaban
Gabriel García Márquez, Rafael Escalona, Armando Zabaleta, Cepeda Samudio y
otros músicos de la región.
Los cesarense que si vislumbraron el futuro
promisorio de este rico folclor, si emprendieron la tarea organizativa y desde
1968 cuando se organizó el primer festival, la música vallenata despegó en el
ámbito nacional e internacional.
De esta manera coincide, que con el
decaimiento de la bonanza bananera en el Magdalena, surge la bonanza algodonera
en el Cesar; y el enclave musical que existió desde tiempos inmemorables en
nuestro Departamento, se lo llevaron los vallenatos, que si le dieron la
importancia que merecía. Como bien lo dice el historiador Alfonso de la
Espriella Ossío:
- “A Ciénaga le hizo falta en su momento
oportuno un dirigente cívico que dedicara su prestigio y entusiasmo no solo a
resaltar su posición de ciudad musical por naturaleza, sino a declararla la
ciudad musical de Colombia.”
Creación
musical de Andrés Paz Barros: Es el autor musical de los aires el Sonajero, el Cumbiao, el
Bullerengue, creados por los años de 1920.
Creación
musical de Pacho Rada Batista: Es el creador del ritmo Son Vallenato, fue Pacho Rada quien
marcó la diferencia entre Paseo y Son.
El
vallenato con guitarra de Guillermo Buitrago: Por la década del cuarenta se encarga de difundir el vallenato
con guitarra, mejor conocido como Son Cienaguero.
El
Jalaito de Carlos Martelo:
En el año 1959 este personaje oriundo de El Piñón Magdalena crea el ritmo
Jalaito.
La
fusión musical de Carlos Vives: En la década de los noventa el samario Carlos Vives fusiona el
Vallenato con la Cumbia, mezclados con sonidos de Blues, de Rock, de Pop, de
Regué.
Autores
de cumbia: José Barros Palomino
se inmortaliza con las cumbias.
Padre
del acordeón: Abel Antonio Villa se
destaca como el padre del acordeón.
Primera
mujer en ejecutar el acordeón: Rita Fernández Padilla abre el espacio para que la mujer
costeña toque el acordeón.
Canciones
inéditas de rey Vallenato:
Alberto Rada Ospino se distingue por ser el único rey de la leyenda vallenata
que coronó el reinado con canciones inéditas de su autoría.
Vallenato
en Bogotá: Julio Bovea el
primero en llevar el vallenato a Bogotá.
MEDIOS DE COMUNICACIÓN.
APARECE LA RADIO: Desde el año 1929
cuando se funda la primera emisora La Voz de Barranquilla, los compositores del
Magdalena aprovecharon la radio para expresar sus manifestaciones artísticas en
la serie de programas en vivo que estas emisoras presentaban a diario a la
audiencia radial, con razón el pianista samario José Manuel Conde, y
guitarrista Cienaguero José Macilly, actuaron como interpretes en la programación
de la recién inaugurada La Voz de Barranquilla en 1929; y de igual manera lo
hizo Antonio María Peñaloza cuando integró a mediados de la década del treinta
La Asociación Filarmónica de Barranquilla, una sinfónica que organizó en el año
de 1933 un músico Alemán residenciado en la arenosa. El cantante samario
Alberto Alzamora perteneció en 1949 a la orquesta Jazz Band de La Voz de
Barranquilla.
En el año de 1933 Julio Sánchez Trujillo,
funda La Voz de Santa Marta; Víctor Roberto Pereira en 1935, funda en Ciénaga
Ecos del Córdoba; José Manuel Conde Campo en 1939, funda en Santa Marta Radio
Magdalena; y en diciembre del año 1929, Elías José Pellet Buitrago, funda en
Barranquilla, la primera emisora de Colombia, La Voz de Barranquilla HKD.
Primeras
grabaciones musicales:
Cuando la música popular se tocaba a pie, de pueblo en pueblo, hombres
sudorosos, con ropa de trabajo, con abarcas, con sombreros y los instrumentos
en el hombro, los compositores del Magdalena buscaron la forma de hacer sus
grabaciones. Se considera que Eulalio Meléndez en el año de 1895 hizo una
grabación rústica de su canción “La Piña Madura”.
Con el nacimiento de la radio se impulsan las
grabaciones, es así como en la década del veinte había unos equipos portátiles
que plasmaban discos, las llamadas cortadoras, maquinas rústicas que tenían las
emisoras de la época y con las cuales se hacían grabaciones. De modo que Pacho
Rada en el año de 1936 llega a Barranquilla, allí se conoce con Ángel María
Camacho y Cano, quien tenía un programa radial en La Voz de la Patria. Pacho
Rada dura año y medio tocando en vivo y en directo en esa emisora, es en esa
ocasión que plasma en un acetato no comercial y de grabación rústica el son “EL
Botón de Oro” y la Cumbia “La Sabrosita”.
Entre los años 1935 y 1942 Guillermo Buitrago
hace presentaciones y grabaciones en la emisora Ecos del Córdoba, La Voz de la
Patria, La Voz de Santa Marta, La Voz de Barranquilla; en esas emisoras
Buitrago hace grabaciones en las maquinas rústicas, que consistía grabar
directamente en la misma pasta del disco, algo así como hoy se graban en los
casette o en un CD. En esas grabaciones de acetatos, Guillermo Buitrago hizo
sus primeros discos con mensajes comerciales compuestos y cantados por él
mismo, entre ellos los siguientes: “La Costeña”, “El Colegio”, “La Farmacia San
José”, “Ron Añejo”, “Ron Motilón”.
En el año de 1944 Guillermo Buitrago y Abel
Antonio Villa, hacen las primeras grabaciones comerciales de la música
vallenata, para el sello Odeón de Chile; los instrumentos utilizados en esa
grabación fueron el acordeón, la guitarra y la guacharaca. Las canciones
grabadas por Buitrago en la guitarra, Abel Antonio en el acordeón y Ezequiel
Rodríguez en la guacharaca fueron: El paseo “Las Cosas de las Mujeres” y el
paseo “La Pobre Negra Mía”, ambas de la autoría de Abel Antonio Villa. En esa
primera grabación comercial vallenata Guillermo Buitrago es el vocalista,
convirtiéndose en el primer cantante en grabar vallenato; y Abel Antonio Villa,
el primer acordeonero en grabar vallenatos.
En ese mismo año de 1944 Guillermo Buitrago
graba para el sello Odeón de Argentina otras canciones, pero esta vez
acompañado con el acordeón del samario Alejandro Barros, las canciones grabadas
fueron: “Carmen Díaz”, “Chucho Marimonda y Maco”, “El Negro Mendo”, “El Día de
San Sebastián”, “El Coco Rayao”. Abel Antonio también graba ese mismo año de
1944 para el sello Odeón de Chile una puya titulada “Mi Negra Linda” y el paseo
“Catalina”.
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