miércoles, 15 de noviembre de 2017

MARCHA FÚNEBRE
EN SEPELIO DEL LIBERTADOR.
Pintura
sepelio del Libertador.

MARCHA FÚNEBRE: El 17 de diciembre del año 1830, murió en la Quinta San Pedro Alejandrino, el Libertador Simón Bolívar; su cadáver después de la autopsia, fue trasladado a la Casa de la Aduana de Santa Marta, a una legua de camino, donde se embalsamó y se adecuó para permanecer en cámara ardiente hasta el día de su entierro. Este episodio dejó huella en la música colombiana, ya que el General Mariano Montilla, Comandante General del Departamento del Magdalena, encargó al profesor francés Francisco Sieyes, quien dirigía una de las bandas de música existentes en la ciudad, la elaboración de una Marcha Fúnebre, que debía estrenarse en el sepelio del Libertador. Pieza musical que se estrenó en el desfile funerario a las cuatro de la tarde del 20 de diciembre del año 1830, precedido por los caballos del difunto Libertador.
Marchaba en el sepelio una compañía del Batallón Pichincha, el Gobernador de la Provincia de Santa Marta, magistrados y ciudadanos de la ciudad. El cadáver de Simón Bolívar vestido con insignia militar, era conducido por dos generales, dos coroneles y dos comandantes. Por las calles silenciosas lentamente avanzaban los caballos, a lo largo de la ruta se encontraba gente del pueblo y algunas personas se animaron a lanzar flores al rustico féretro, construido unas pocas horas antes por colecta de los amigos presentes. La ceremonia fúnebre, fue presidida por el Presbítero José Antonio Pérez de Velasco, un sacerdote venezolano, que reemplazaba al Obispo Estévez, quien se excusó de asistir a la ceremonia religiosa.
El cadáver del Libertador, fue trasladado de la Casa de la Aduana, en que estaba depositado, hasta la puerta de la Catedral. Se escuchó la Marcha Fúnebre y el canto fúnebre de los sacerdotes de la religión, en solemne procesión, deteniéndose en el camino 7 veces, donde se habían levantado con antelación 7 altares, con el fin de entonar oraciones al cielo por el alma del gran padre de la patria. La marcha fúnebre tocada por la banda del profesor Sieyes y la música sorda de los cuerpos, junto con el lúgubre tañido de las campanas parroquiales, y el canto fúnebre de los sacerdotes de la religión, hacían más melancólico el deber de dar sepultura al Padre de la Patria. A las cinco en punto es colocada la urna en la cripta de la familia Granados, familia que prestó el sitio para el sepelio del gran hombre.
Una de las bala de cañón
de los 21 cañonazos que desde El Morro 
se dispararon durante el sepelio del Libertador.

CAÑONAZOS DURANTE EL SEPELIO: El 17 de diciembre de 1830, a la una de la tarde, falleció el Libertador Simón Bolívar. Inmediatamente se hizo desde la Fortaleza del Morro la señal de tres cañonazos. Esta fue sucedida de un cañonazo cada día a la misma hora, hasta que se sepultó el cadáver, como parte de los honores fúnebres que ordenaba la Ordenanza en estos casos.
Ese día 20 de diciembre comenzó la procesión a las cinco de la tarde. Llegado el entierro a la Catedral, se colocó el cadáver en un túmulo suntuosamente vestido, y allí tuvieron lugar los últimos oficios fúnebres. Las compañías de Pichincha y la Fortaleza del Morro hicieron sus respectivos descargues en el tiempo estipulado.
Pintura de la época.
Funerales del Libertador.

INTEGRANTES DE LA BANDA DE MÚSICA: Los nombres de los integrantes de la banda de música que participaron en el sepelio del Libertador fueron los siguientes:
José María Sara (requinto).
Pascual Tapia (clarinete).
José Lucio Noriega (clarinete).
Catalino Hernández (flautín).
Ventura Sequeira (flautín).
Juan de Dios Prado (flautín).
José Dolores Granados (flauta).
Luis Elías (bugle).
Pedro Surqui (bugle).
Manuel José Acosta (trompa).
Pedro Acosta (trompa).
Manuel Cabás (trombón).
José Rodríguez (trompa).
Lucas Sierra (fagot).
José María Martínez (fagot).
Manuel Hernández Michingo (clarín).
Juan Fiol (clarín).
Domingo Castillo (redoblante).
Vicente Mendoza (bombo).
José del Carmen Noriega (platillero).
Francisco Granados (triángulo).
José Martínez (pandero).
Juan Plácido Jiménez (barítono).

Partitura de la canción.

PARTITURA DE LA MARCHA FÚNEBRE: Fue el historiador y músico samario José Crisóstamo Alarcón, quien no permitió que la música de esta obra se perdiera ya que la partitura original se perdió, la cual estaba escrita en tonalidades mayores. Alarcón que ejercía como maestro de teoría y piano en el Instituto Departamental de Música, consciente del peligro en que estaba la Marcha Fúnebre, entre los años 1890 y 1891, detectó a los sobrevivientes de la banda de música, Luis Elías y Luis Santrich, residentes en Santa Marta y, el señor Juan de Dios Prado, quien vivía en Barranquilla. De modo que con los testimonios de ellos reconstruyó la pieza maestra que aún se conservaba en la memoria de los señores, quienes le tararearon al profesor Alarcón y éste la escribió. Entonces en el año 1891 José Crisóstamo Alarcón, reproduce de memoria la Marcha Fúnebre, ante un Juez Municipal de Santa Marta, para que le certificara la veracidad de la obra musical. 
Partitura de la canción.

ESTRENO DE LA PARTITURA: La pieza se estrenó en la ceremonia que describe José María Valdeblánquez, en sus notas marginales al libro de José C. Alarcón:
- "Comenzó el desfile a las cinco de la tarde, precedido por los caballos del extinto Libertador con caparazones negros llevando sobre ellos las iniciales de S.E.; en el orden de la marcha seguía el Sargento Mayor de ésta (la milicia de la capital) a caballo, y detrás del Coronel y un Comandante también montados, todos tres con espada en mano; después marchaba una compañía del batallón Pichincha, luego las parroquias de la ciudad, y el Cabildo eclesiástico sin asistencia del Ilustrísimo Sr. Obispo, y enseguida el cadáver del Libertador vestido con insignias militares y conducido por dos Generales, dos Coroneles y dos Primero Comandantes; detrás del cadáver el Comandante de Armas de la plaza y sus respectivos estados mayores, luego la guardia de S.E., compuesta también de otra compañía del batallón Pichincha con bandera arrollada y armas a la funerala; y después de ella oficiales no empleados y Magistrados y ciudadanos de Santa Marta, presidiendo a éstos el Gobernador de la provincia, quien llevaba a su derecha uno de los albaceas del difunto General. Desde la casa en que estaba depositado el cadáver del Libertador hasta la puerta de la Catedral, recibió todos los honores... Un silencio religioso y un sentimiento profundo se notaban en el semblante de todos los que presenciaban la triste ceremonia... y la marcha fúnebre tocada por la banda de música del profesor Francisco Sieyes y la música sorda de los cuerpos, junto con el lúgubre tañido de las campanas parroquiales, y el canto fúnebre de los sacerdotes de la religión, hacían más melancólico el deber de dar sepultura al Padre de la Patria. Llegado en fin, el entierro a la Santa Iglesia Catedral, se colocó el cadáver en un túmulo suntuosamente vestido, y allí tuvieron lugar los últimos oficios fúnebres".
José C. Alarcón.

PIANISTA JOSÉ CRISÓSTAMO ALARCÓN: Además de músico fue hombre culto, que desempeñó cargos importantes en la administración pública. Autor de las siguientes obras: - La Aritmética de la Música.
- Hojas del Árbol Caído.
- Son para Piano.
- Método de Flauta.
- Himno Patriótico.
- Compendio de Historia del Departamento del Magdalena. 
Este maestro del piano, como lo fue también su hijo Honorio Alarcón Pérez, en el año 1849 fue socio fundador de la Sociedad Filarmónica de Santa Marta. En el año 1890 fue profesor de música en la recién creada Academia de Música del Magdalena o Instituto Departamental de Música, reconstruyendo en esta misma época la partitura de la obra “La Marcha Fúnebre”, dedicada a la muerte del Libertador.
Libro. 
Publicado en el año 1866.

LOS MARCHANTES: Esa pieza musical se estrenó en el desfile funerario a las cinco de la tarde del 20 de diciembre de 1830, precedido por los caballos del difunto Libertador de las repúblicas de América. Al igual marchaba una compañía del Batallón Pichincha, el Gobernador de la Provincia de Santa Marta, magistrados, ciudadanos samarios, y el cadáver del Libertador vestido con insignia militar y conducido por dos Generales, dos Coroneles y dos Comandantes.
LA MARCHA FÚNEBRE: Desde la casa en que estaba depositado el cadáver del Libertador hasta la puerta de la Catedral, se escuchó "La Marcha Fúnebre", tocada por la banda de música del profesor Francisco Sieyes y el canto fúnebre de los sacerdotes de la religión.
RECONSTRUCCIÓN DE LA MARCHA FÚNEBRE: Fue el historiador y músico samario, José Crisóstamo Alarcón, quien no permitió que la música de esta obra se perdiera. Consciente del peligro en que estaba "La Marcha Fúnebre", entre 1890 y 1891 detectó a los sobrevivientes de la banda de Sieyes, y reconstruyó la pieza con base en los testimonios de Luis Santrich y Luis Elías, quien en ese momento tenía 88 años de edad y era, junto con Juan de Dios Prado de Barranquilla, el último de aquellos músicos. Entonces en 1891 José Crisóstamo Alarcón, reproduce de memoria "La Marcha Fúnebre", ante un juez municipal de Santa Marta.

OTROS DATOS
SOBRE LOS FUNERALES DEL LIBERTADOR.
Plumilla de la época.

¿NACIÓ SIMÓN BOLÍVAR CON TUBERCULOSIS? Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios y Blanco nació en Caracas el 24 de Julio de 1783, fueron sus padres Don Juan Vicente Bolívar y Ponte y Doña María de la Concepción Palacios y Blanco quienes tuvieron cuatro hijos más, tres de ellos mayores que Simón y una menor y cuyos nombres fueron: Juan Vicente, María Antonia, Juana y María del Carmen. Simón nació en la noche del 24 al 25 de julio de 1783 en una casa ubicada en la Plaza San Jacinto de Caracas y fue bautizado el 30 de julio de 1783 en la Catedral de Caracas por el doctor Juan Félix Jerez Aristeguieta, su primo hermano quien, de acuerdo con don Juan Vicente, padre del niño, le puso el nombre de Simón.
En enero de 1786, cuando Simón contaba dos años de edad, su padre murió de tuberculosis, y así doña Concepción quedó como cabeza de familia, velando eficientemente por los intereses de la familia hasta su muerte. Sin embargo, las responsabilidades hicieron que su salud, también enferma de tuberculosis, decayera rápidamente y, según la opinión de médicos historiadores, es posible que ya entonces Bolívar sufriera la enfermedad, con un tipo de tuberculosis que pasa inadvertida mientras las defensas corporales son favorables. Concepción, su madre, murió el 6 de julio de 1792, cuando Simón tenía nueve años, pero tomando la precaución de hacer un testamento en el que dispuso quien debería hacerse cargo de sus hijos.
Representación pictórica.
Muerte del Libertador.
Quinta San Pedro Alejandrino. 

COLECTA PARA EL SEPELIO DEL LIBERTADOR: La sociedad samaria comprendió la necesidad de arbitrar fondos para sufragar los gastos y por tal motivo realizó una colecta entre los más familiarizados. 19 samarios, hicieron colecta para sufragar los gastos del sepelio de Bolívar, que sumó en total 82 pesos. El costo del entierro fue de 253.7 y 3 cuartos de pesos, que fueron cubiertos de la siguiente manera: $132 provenientes de las obras de carnicería y la cárcel, $82 provenientes de las donaciones y $30 pesos producto de la venta de dos arrobas de cera.
Fatídicamente murió el 17 de diciembre de 1830 a la 1:03, minutos de la tarde; a la edad de 47 años, 4 meses y 23 días, en la Quinta de San Pedro Alejandrino. Su cadáver después de la autopsia, fue trasladado a la Casa de la Aduana, a una legua de camino, donde lo embalsamó el doctor Alejandro Próspero Reverend, quien lo había atendido en sus últimos días, desde su llegada a Santa Marta y adecuó el lugar para permanecer en cámara ardiente hasta el día de su entierro. Luego su cadáver fue trasladado de la Casa de la Aduana a la Catedral, en solemne procesión; deteniéndose en el camino 7 veces, donde se habían levantado con antelación 7 altares, con el fin de entonar oraciones al cielo por el alma del gran padre de la patria. La ceremonia fúnebre, fue presidida por el presbítero José Antonio Pérez de Velasco, un sacerdote venezolano que se encontraba en la ciudad, ya que el Obispo José María Estévez, se negó asistir al sepelio. Luis Capella Toledo, historiador de la época sobre su sepelio manifiesta:
- “Jamás había desplegado Santa Marta tanta magnificencia, ni sentido tanto dolor. La ciudad que no había hecho nada por la independencia de la Patria, se enorgullecía de guardar en su seno las cenizas de aquel que lo había hecho todo”.
PORQUE EL OBISPO ESTÉVEZ NO FUE AL SEPELIO DE SIMÓN BOLÍVAR? Moribundo se encontraba el 10 de diciembre del año 1830, Simón Bolívar en la Quinta San Pedro Alejandrino, cuando llegó el Obispo de la Diócesis de Santa Marta, José María Estévez a visitarlo y confesarlo de sus pecados. El dialogo a puerta cerrada duró 14 minutos, saliendo ofuscado el Obispo del encuentro.
El 17 de diciembre del año 1830 a la una de la tarde muere Simón Bolívar, su sepelio ocurre el 20 del mismo mes y año, con la ausencia del Obispo José María Estévez. De inmediato empezaron los interrogantes:
- Cual sería el episodio que pudiera explicar la conducta del Obispo?
- Que pasó en San Pedro Alejandrino, para que el Obispo Estévez no asistiera a los funerales del Libertador?
Son muchas las versiones sobre el particular, pero la que más ha calado en la historia, es el disgusto del Obispo Estévez por haberse negado el Libertador a dar testimonio público de arrepentimiento por sus amores con Manuelita Sáenz. El Libertador se negó en forma altiva a retractarse de sus amores con Manuelita Sáenz. La caballerosidad, el agradecimiento, impidió a Simón Bolívar, humillar a la mujer que tanto amó y le salvó la vida.
Pintura.
Embarco de los restos del Libertador.
Bahía de Santa Marta.

PARTIDA DE DEFUNCIÓN DE SIMÓN BOLÍVAR: “José María Arenas Presbítero Cura interino del sagrario de esta Yglesia Catedral de Santa Marta = Certifico: que en uno de los Libros Parroquiales que están a mi cargo en donde se sientan las partidas de entierros al folio doce de la vuelta se halla una cuyo capitulo es como sigue = En el año del Señor de veinte de Diciembre de mil ochocientos treinta, yo el Presbítero José María Arenas Cura interino del Sagrario de esta Santa Yglesia Catedral de Santa Marta certifico: que el Señor Dean dignidad Doctor José Antonio Pérez en unión del Ylustrísimo Cabildo de esta dicha Santa Yglesia dio sepultura Eclesiástica en una bóveda de la referida Catedral al cadáver del Excelentísimo Señor General Libertador de la República de Colombia Simón Bolívar, natural de la ciudad de Caracas viudo de la Señora Teresa Toro, al cual habiendo hecho su testamento, se le administraron todos los Santos Sacramentos, llevó entierro mayor con siete posas gratis al que concurrieron todas las corporaciones, Generales de Ejército; oficiales y demás sujetos de esta Ciudad con asistencia del clero y Señores Curas comarcanos; y para que conste lo firmo = José María Arenas =
Es copia sacada del libro cuarto en donde consta original. Yo a pedimentode parte interesada doy la presente que firmo en Santa Marta a cuatro de mayo de mil ochocientos treinta y uno.
= José María Arenas=
Los Escribanos públicos de esta ciudad que suscribimos certificamos y damos fe: que el Presbítero Señor José Arenas, de quien aparece dada la anterior certificación es como se titula en el encabezamiento de ella en actual ejercicio, fiel, legal, y de toda confianza, y la firma que al fin dice José María Arenas, es del puño y letra de dicho Señor, y la que usa, dándosele la fe necesaria en derecho. Y para que conste ponemos la presente en Santa Marta a cuatro de mayo de mil ochocientos treinta y uno =
Miguel A de Zuñiga Escribano =
José Catalino Noguera Escribano”
Valentín Castañeda.

VALENTÍN CASTAÑEDA EN LOS FUNERALES DE SIMÓN BOLÍVAR: El prócer Valentín Castañeda, nacido en 1790, combatió en las batallas de Pichincha y Ayacucho bajo las órdenes del General José María Córdova, asistió a los funerales de Simón Bolívar. Murió en Cali en 1911.

1 comentario:

  1. BUENAS TARDES.

    HOY, 25 DE MARZO DE 2018, ME ENCUENTRO AQUÍ EN CARACAS, LEYENDO GRATAMENTE, ESTA INFORMACIÓN SUYA SOBRE LA MARCHA COMPUESTA POR EL MÚSICO FRANCÉS SEYES, A PROPÓSITO DE LOS FUNERALES DEL LIBERTADOR, EN SANTA MARTA,EN DICIEMBRE DE 1830 Y DE LAS INMENSAS ACCIONES QUE SE REALIZARON PARA QUE LA MISMA SE PERPETUARA EN EL TIEMPO.

    EN VENEZUELA LA CONOCEMOS COMO LA MARCHA DE SEYES.

    TAMBIÉN HE LEÍDO QUE SE TOCÓ EN EL FUNERAL, UNA PIEZA DENOMINADA "LA CANCIÓN MÁS TRISTE". ¿QUE DE CIERTO ES LO INDICADO?.

    SI TIENE CONOCIMIENTO DE ESTA, U DE OTRAS INTERPRETACIONES QUE SE TOCARON EN TAN MEMORABLE FUNERAL. EL AGRADEZCO DE ANTEMANO, CUALQUIER INFORMACIÓN AL RESPECTO

    SU ATENTO AMIGO Y SERVIDOR

    DIÓGENES JIMÉNEZ.

    jimenezd.jimenez@gmail.com

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