lunes, 26 de abril de 2021

MONO VERGEL
EL AZOTE DE LOS SAMARIOS.
LUIS RAMÓN VERGEL VERGEL: Ese era el nombre del reconocido, sicario, delincuente y atracador, en diferentes barrios de Santa Marta, al que le decían “El Mono Vergel”; hombre delgado, de estatura media, de buenas facciones, valiente y guapo. Nativo de Ocaña, de cabello rubio, ojos verdes y único atracador que por su contextura física atracaba sin armas, con un tatuaje de una culebra en un brazo y cuya cabeza reposaba en la mano. La maldad de “El Mono Vergel”, la inició en los años setenta, cuando fue considerado el azote de todos los establecimientos públicos de Santa Marta. Estudió primaria en la Escuela Santander y desde pequeño mostró rebeldía, en vista de esto sus honorables padres lo enviaron a prestar el servicio militar, pero regresó peor. Era la oveja negra de la familia y decían que estaba rezado, razón por la cual hacía maldades y no le pasaba nada.
Escenarios residenciales de “El Mono Vergel”: Vivió en la carrera 13, entre calles 8 y 9, del barrio 20 de Julio, una zona roja por años; pero eso sí, no delinquía en su sector residencial, como tampoco permitía que otros sicarios lo hicieran. De modo que su recorrido sicarial lo entablaba en el barrio Nacho Vives, por la “Calle Madrid”, en el barrio San Martín, en el bar “Luces de París”, en el “Callejón del Crimen”, en “Cuatro Bocas”, en el barrio Ancón, todos escenarios del crimen de la Zona Norte de Santa Marta.
Para llegar al barrio Ancón se atravesaba el sector de “Cuatro Bocas”, sitio de tolerancia ubicado entre las calles 7, 8 y 9; con carrera 2, 3 y 4 del barrio Pescaito, lugar que llegó a su ocaso a finales de la década 1970. El “Callejón del Crimen”, escenario de muchos asesinatos, estaba ubicado en las carreras 10 y 11 entre calles 9 y 10, parte de atrás del Mercado Público.
Padres de “El Mono Vergel”: Su madre, Rosa Vergel, muy simpática, reconocida como “La Mona”, tenía una venta de verduras dentro del Mercado Público, por la entrada principal. Su padre, era pensionado de la Policía Nacional. A su madre la visitaba en su sitio de trabajo, ya que la casa de ella, estaba vigilada las 24 horas del día por parte de la policía. De modo que era más seguro para él, verla en el Mercado Público, allí se presentaba camuflado con una gorra y gafas oscuras. Se le presentaba fingiendo ser un cliente de compras de verduras, momento que aprovecha su madre para orarlo y santiguarlo.
Callejón del Crimen.

HECHOS DELICTIVOS DE “EL MONO VERGEL”: Full ladrón de bicicletas, se subía a las mal parqueadas y las pedaleaba hasta perderse. En sus frecuentes atracos la policía lo perseguía pero a “El Mono Vergel” le hacían efectos las santiguaciones y rezos de su madre Rosa, porque siempre se les escapaba. En cierta ocasión huyendo de los agentes del orden se metió en casa de una señora de nombre Fanny, con tan mala suerte para ella que el proyectil disparado por los policías recayó sobre su cuerpo. Otro evento novedoso de “El Mono Vergel”, fue cuando atracó a un Gobernador del Magdalena.
“El Mono Vergel” en el barrio San Martín: Cuando corría “la bola” de la presencia de “El Mono Vergel” en el barrio San Martín, muchos cerraban las puertas y otros se encaramaban en el cerro aledaño. Se presentaba al barrio con 12 sicarios, todos con revolver y granadas en mano, siendo él líder de la cuadrilla de malhechores que operaba en toda la Zona Norte de la ciudad. Muchos del susto le daban dinero para que no se metieran con ellos.
Le salió un tigre a “El Mono Vergel”: “El Mono Vergel” en el reconocido sitio de diversión del barrio Pescaito, llamado “La Taberna de Manuelito”, atracó al pescaitero Alcides Palma, el popular “Chiro”. Ocurrió que Lácides Campo, amigo del atracado, confrontó al atracador, quien se vio obligado entregar todo lo robado.
La reportera judicial: Sixta Tulia Camacho, nacida en el barrio San Martín y residenciada en el barrio Los Almendros, le tocó iniciar el periodismo desde el año 1971, época de la Bonanza Marimbera, del enfrentamiento de Cárdena y Valdeblanquez y la época del sicariato ejercido por “El Mono Vergel”. Llamada "La Dama de Hierro", se apasionó por la crónica judicial y se convirtió en la nota judicial de última hora que los samarios esperaban en cualquier momento en sus radios. Una de esas crónicas radiales eran los constantes atracos de “El Mono Vergel”, que sus aventuras criminales se convirtieron en radio novelas. Terminó su carrera periodística hasta el año 2019.
El Robín Hood samario: Aunque muy pocos amigos tenía, ya que era un hombre desconfiado, en ocasiones hacía de Robín Hood, ayudando a quienes le pedían ayuda, como cuando llegaba a la Escuela San Francisco y les regalaba paletas a los estudiantes. “El Mono Vergel”, como buen Robín Hood, cargaba la mochila llena de granadas y cuando se enfrentaba a la policía disparaba por todos lados que se creía estaba acompañado de otros maleantes, pero actuaba solo con sus pistolas mágicas que disparaba por las ventanas en casas que se escondía y en donde se escabullaba.
Barrio Ancón.

MUERTE DE “EL MONO VERGEL”: Ese día de su triste final delictivo “El Mono Vergel” fue a visitar a su madre al puesto de verduras en el Mercado Público, pero no la encontró porque doña Rosa pasó una noche mala con fuertes dolores en sus piernas y estresada al máximo. Al ver cerrado el puesto de trabajo de su mamá salió presuroso del viejo mercado de Santa Marta, encontrándose en la puerta de salida con dos agentes de la policía que lo reconocieron y trataron de sujetarlo por uno de sus brazos. “El Mono Vergel”, que siempre cargaba en su mochila pistolas y granadas, hábilmente tomó de rehenes a unos comerciantes con la intención de estallarlas en una zona que a esa hora de la mañana estaba repleta de gente, y los mediadores que se ofrecieron para evitar una tragedia no lograron convencerlo del hecho suicida.
La policía recurre a su madre: Ocurrió que llegaron al sitio refuerzos de la policía y del ejército nacional, quienes acudieron a su madre con la finalidad que lo convenciera y se entregara a las autoridades. Su madre que no estaba bien de salud, logró convencerlo, fue así como “El Mono Vergel”, se entregó a las autoridades en donde sobresalía el Batallón Córdova con sede en Santa Marta. Se decía que la policía samaria le tenía miedo.
Trasladado a Barranquilla: Fue capturado en la mañana en el Mercado Público de Santa Marta y trasladado por la tarde a la base militar de la Segunda Brigada localizada en la ciudad de Barranquilla, pero a los pocos días se supo que fue abatido cuando trató de volarse de la base militar barranquillera. Según informes castrenses le aplicaron la “Ley de Fuga”, antigua norma mediante la cual se podía disparar y aun matar a quien fuese sorprendido huyendo de alguna prisión. En Santa Marta nadie creyó ese cuento jurídico, policías que hicieron parte del operativo manifestaban en los bares samarios que llegando al Puente Pumarejo lo obligaron a escapar para de esta forma dale de baja como en efecto sucedió. Fue la manera más fácil de acabar con ese dolor de cabeza de las autoridades.

OTROS
ATRACADORES DE SANTA MARTA.
Sector Norte de Santa Marta.

“MEDIO PUEBLO”: De los pocos atracadores de Santa Marta, “Medio Pueblo”, se las iba bien con “El Mono Vergel”, eran muy amigos. “Medio Pueblo”, de nombre Franklin, sometía a sus víctimas a mano limpia, los amenazaba con el puño cerrado, los alzaba del cuello y les metía terror mascullándoles en el oído:
- “Dame la plata o te pongo la maquina.
“Medio Pueblo”, le gustaba jugar de arquero y en cierto partido los hermanos Bravo que oficiaban de árbitros, tuvieron que dejar el arbitraje mocho porque “Medio Pueblo”, se ofuscó por una mala pitada contra su equipo de fútbol.
“CHEPITO”: Era “Chepito”, hombre alto, flaco y silencioso; vestía de negro y trabajaba con un maletín del mismo color que vestía, como cobrador de deudas morosas, aperado de una pistola calibre 45. “El Mono Vergel, se había convertido en el atracador permanente de un bar samario de nombre “Lenocinio”. De manera que los propietarios del establecimiento contrataron a “Chepito” para que los protegiera, santo remedio para que “El Mono Vergel” dejara de molestarlos.
Los Mapuritos: Vivían en la calle 12, muy cerca del Mercado Público, al lado de lo que fue una antigua sede de Bancolombia.
La banda de Los Manguitos: En este populoso barrio de Santa Marta, llamado Los Manguitos, operaba una cuadrilla integrada por los hermanos Gustavo, José Alfredo, Juan Pablo Díazgranados.
El Policía Matón: Los samarios al Policía Parra, que vestía de blanco, lo consideraban el matón del F-2, que asustaba cuando salía con su moto Kawasaki.
Otros: “Perrenque”, “Bombero”, “Fosforera”, “El Mico”, “Chavalier”, “La Pelua”, “Candanga”, “Juan Fría”, “Catapila”, “El Osito”, “Vaso Leche”, “Cara e Candao”, “Tubito”,  “Tolamba”, “Marimonda”, “El Boa”, “Mantequilla”, “Medio Metro”.

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