jueves, 24 de agosto de 2017

BONDA INDÍGENA
CERCA A SANTA MARTA.
 
Piedra Donama.

ASÍ EMPEZÓ LA HISTORIA DE BONDA: Las primeras encomiendas en la Provincia de Santa Marta fueron otorgadas por el Gobernador Diego García de Lerma a sus capitanes principales en la década de 1530; fue Bonda colonial, despensa alimenticia para la ciudad de Santa Marta. Los indígenas de Bonda, se hicieron temibles a los vecinos de Santa Marta, era tal su coraje que cuando se les acababan las flechas se servían de los arcos como armas contundentes. Para combatir mejor trasponían sus haberes y familias, y desde otros riscos más elevados desafiaban a los españoles, por lo cual irritados estos, incendiaron este pueblo y siete más.  El gobierno provincial del Gobernador de Don Pedro De Lugo, se caracterizó por fuertes conflictos con los indígenas de Bonda. Ante impedimento grande, los españoles construyeron un Fuerte o Fortaleza, a orillas del Río Bonda, para enfrentar a los indígenas y, con la ayuda de la India Catalina, que pertenecía a los Gaira, sometieron la población indígena en el año 1534, quedando registrado como año oficial de la fundación del pueblo. Los bonderos conservan las tradiciones heredadas de sus antepasados, quienes desde el año 1527, dieron la mayor resistencia a los españoles.
Por el año 1594, Bonda o poblado de Bondigua, cuyo número era corto, pero temibles con sus flechas, con 30 pueblos más, proyectaron una asonada contra Santa Marta, la cual fue debelada y derrotada; de modo que Bonda figuró como la población más fuerte económica y militarmente, combatiendo contra los invasores españoles. Por otro lado los indios de Bonda, bajo la conducción de los caciques Yebro y Coendo, demostraron ser conocedores de tácticas guerreras como el rearme, el entrenamiento militar y el manejo de armas de fuegos. Para el año de 1754, Bonda y Masinga son atacadas por el ejército de José Fernando de Mier y Guerra, Maestro de Campo de la Provincia de Santa Marta.
Primer incendio de Bonda: Al llegar los conquistadores a Santa Marta en el año 1525, procuraron abastecerse de alimentos y oro, fue así como emprendieron expedición tierra adentro dirigiéndose por los lugares de Bonda cuyos habitantes se habían hecho temibles a los vecinos de Santa Marta. Fue Don Pedro de Lugo con cerca de mil hombres, quien penetró al caserío indígena pero los españoles no lograron apoderarse del lugar. Era tal el coraje de los indígenas, que cuando se les acababan las flechas se servían de los arcos como de armas. Nada pudieron hallar los españoles porque los bonderos traspusieron sus haberes y familias, y desde otros cerros más elevados desafiaban a los invasores, por lo cual irritados estos, incendiaron este pueblo y siete más. 
Medición del pueblo de Bonda: El agrimensor Juan Joseph Varela, pasó el 14 de noviembre del año 1757 por el pueblo de Santa Ana de Bonda, de manera que sitió los indios de este pueblo como circunvecinos a las tierras que se iban a medir. Así, desde los límites de las tierras del pueblo de indios de Bonda se procedió a la medición, pasando por la Guardia de Concha. La medición arrojó la cifra de una caballería y una fanega y dos quintos de almudes, los cuales se avaluaron en 60 pesos de 8 reales de plata, bajo precio, según los peritos; por ser las montañas secas, muy agrias y de pocos pastos y combatidas de brisas y de ningún servicio.
Cerro De La Cruz: Entre las poblaciones de Masinga y Bonda, se encontraba el Cerro De La Cruz, que le servía de mirador a los indígenas para divisar la llegada de los españoles al puerto de Santa Marta.
Comprensión entre los indígenas de Bonda y los españoles: Hay una carta que le envía el Gobernador de la Provincia de Santa Marta, García De Lerma, al emperador de España y de Alemania, en ese entonces, Carlos V, donde le manifiesta que el cacique de Bonda, Coendo, no quiso recibirlo, pero que insistió y, cuando estuvieron frente a frente, el mencionado le expresó sentimientos de paz, haciéndole obsequios de oro, que después este líder indígena y otros fueron a Santa Marta. Más adelante el 5 marzo del año 1813, los indios de Mamatoco y Bonda, encabezados por el cacique Antonio Núñez, expulsaron de Santa Marta a las tropas del ejército bolivariano encabezadas por Pedro Labatut, volviendo la ciudad a manos de los realistas españoles.
  
Cementerio de Bonda.

BONDA SIGLO XXI: Entre los años 1843 y 1851, la Provincia de Santa Marta, estaba conformada por varios cantones, distritos parroquiales y aldeas, entre ellos el Cantón de Santa Marta, integrado por las siguientes poblaciones: Santa Marta, Bonda, Masinga, Gaira, Guáimaro, Mamatoco, Remolino, Salamina, Sitionuevo y Taganga. El corregimiento de Bonda en pleno siglo XXI está ubicado al Nororiente del Distrito de Santa Marta, pertenece a la Localidad 1, denominada Cultural Tayrona-San Pedro Alejandrino, es una población agrícola y ecoturística de la ciudad distrital. Sus habitantes están conglomerado en un área de 3 kilómetros, compuesto por los barrios Santa Ana, Cartagena, Laureles, Ojeda, Cubiletes y Centro. Es quizás el único pueblo en Colombia y el mundo, que para inaugurar el cementerio tuvieron que traer un muerto de otra zona, porque la gente no moría ni de vejez. Un lugar especial es el corregimiento de Bonda, una pequeña aldea de origen indígena situada en inmediaciones del Río Manzanares, cuyas aguas sirven de recreo a los visitantes. 

CACIQUES DE BONDA.
  
Piedra Donama.  

SUBLEVACIÓN DE LOS CACIQUES: El gobernador español Juan De Guiral Velón acusó de traición a 71 caciques y capitanes condenándolos a la horca. Esta guerra de los conquistadores españoles contra los indígenas se prolongó por cerca de un siglo, es así que en el año 1600, el Gobernador de la Provincia de Santa Marta, Juan De Guiral Velón, organizó una fuerza de 200 soldados bien armados, que enfrentaron a los aguerridos indígenas oriundos de los diversos pueblos indígenas. De tal manera que los indígenas fueron derrotados a finales del año 1600, cuando 71 caciques fueron condenados a muerte. El Gobernador ordenó quemar las casas de los 71 caciques ahorcados y distribuir entre los soldados españoles los bienes de toda la población. Los indígenas que sobrevivieron fueron obligados a establecerse en poblaciones ubicadas en la llanura y a pagar los mil quinientos pesos que costó la campaña de pacificación. 
Pueblos indígenas.

INDÍGENAS GUERREROS: En lo corrido del año 1572, cuando el manejo de las armas de fuego ya no era un secreto para los Taironas, los caciques Coendo, Macaroma y Xebo o Jebo, obtuvieron resonantes victorias frente a los invasores, especialmente en la toma del fortín de Bonda, donde los nativos se apoderaron de abundante pertrecho militar. De modo que a finales del siglo XVI, las siguientes poblaciones circunvecinas de la Sierra Nevada de Santa Marta, se sublevaron y se prepararon para la guerra:
Bonda.
Masinga.
Masinguilla.
Zaca.
Mamazaca.
Retama.
Mendiguaca.
Tairama.
Buritaca.
Tairona.
Taironaca.
Maroma.
Guachaca.
Chonea.
Nehuanje.
Cinto.
Gairaca.
Mamatoco.
Ciénaga.
Dúrsino.
Durama.
Origua.
Dibocaca.
Daona.
Masaca.
Chengue.
Sacasa.
Daodama.
Guarinea.
Cominea.
Choquenca.
Masanga.
Mauracatama.
Cacique Cuchacique: Bajo las órdenes del cacique de la población de Jeriboca, llamado Cuchacique, se iniciaron los preparativos de los pueblos indígenas para el asalto final de Santa Marta, sede de las autoridades españolas. De tal modo que se cerraron los pasos y caminos que conducían a ·esa ciudad, se sembraron considerables extensiones de maíz, en previsión de un asedio prolongado. Se alistaron las mazas, hachas y proyectiles de piedra, los dardos envenenados y las flechas incendiarias, los escudos de algodón y las armas de fuego disponibles. El 23 de junio del año 1599, en vísperas de la fiesta de San Juan, todo estaba listo para el asalto final, cuando un indígena de Jeriboca traicionó a sus propios hermanos, revelando a un cura doctrinero los planes de Cuchacique. Al día siguiente los rebeldes entraban al pueblo de Chengue, matando al cura doctrinero, al capitán y a dos españoles. En la Ramada asesinaron al cura doctrinero. En otros pueblos pusieron fuera de combate a más de treinta españoles, oficiales y religiosos. En Santa Marta, los jefes militares españoles solicitaron y obtuvieron ayuda inmediatamente. Refuerzos de Cartagena, Valledupar, Sevilla, Córdoba, Riohacha. Y ocurrió que mientras las fuerzas invasoras se organizaban sólidamente, el cacique Cuchacique cometió un grave error al nombrar a su hijo Dioena jefe de la guerra, sembrando el descontento entre los indígenas de Bonda que reclamaban ese honor. El cacique de Jeriboca, población cercana de Bonda, fue descuartizado amarrado a dos potros cerreros, sus miembros exhibidos en estacas y su cabeza en una jaula.
Macarona naoma de Bonda: Sobre la autoridad de los caciques se encontraban los sacerdotes, llamados Naoma. Ejercían su ministerio en grandes centros ceremoniales, que construían para tal efecto y allí se reunía la comunidad que estuviera sujeta a determinado naoma. Realizaban cada mes en tiempo de luna nueva los ofrecimientos y ritos a sus deidades, llevando a cabo grandes fiestas. En la actualidad los llaman Mamos.
Cacique Xebo o Jebo: Xebo era el Capitán de Macarona. Naoma, Sacerdote o Cacique Mayor de Bonda. Este gran guerrero fue torturado y ahorcado, ofreció un repertorio amplio de insultos hacía los españoles y antes de ser ejecutado Xebo, declaró que había dado muerte a más de sesenta soldados españoles. Sobre el Cacique Xebo o Jebo, la página virtual Fundación Tierra de Bondas, hace la siguiente descripción:
- "Cacique Mayor o Naoma de Bonda, personaje sobrenatural, valiente guerrero, diestro en el manejo del arco y el arcabuz, símbolo de la resistencia indígena en tiempos de la conquista. Capturado, enjuiciado y condenado al destierro por los españoles por la toma y posterior destrucción de la casa fortaleza de Bonda siendo ahogado a la vista e impotencia de sus hombres en la Bahía de Chengue como señal de victoria de los opresores".
Cacique Gamita: Cacique valiente y muy versado en la guerra.
Cacique Coendo: Según el cronista español Juan De Castellanos, Coendo era un cacique horrendo de Bonda. Hay una carta que le envía el gobernador García de Lerma al emperador de España y de Alemania, en ese entonces, Carlos V, donde le manifiesta que el cacique de Bonda Coendo, no quiso recibirlo, pero que, insistió y cuando estuvieron frente a frente, el cacique Coendo le expresó sentimientos de paz, y le hizo obsequios de oro, y después este líder indígena y otros vinieron a Santa Marta.
India Catalina: Con la ayuda de la India Catalina, que pertenecía a los Gaira, los españoles sometieron la población indígena de Bonda en el año 1534, quedando registrado como año oficial de la fundación del pueblo. 
Cacique Yebro: Demostró ser conocedor de tácticas guerreras como el rearme, el entrenamiento militar y el manejo de armas de fuegos.
PUEBLO DE MASINGA 
Y MASINGUILLA.
MASINGA: Masinga, era el nombre de un cacique de los Teyuna (Tayrona), también llamada la población como “Masinga la grande”, para distinguirla del caserío de Masinguilla. Comprende Masinga un área de 69 hectáreas, localizadas en medio de un sendero empedrado, como de petroglifos (grabados en piedras) y rutas indígenas, donde se pueden observar vestigios de lugares ceremoniales indígenas. El parque Masinga se encuentra ubicado a 15 kilómetros de Santa Marta, a orillas del Río Bonda (Río Manzanares), cuyas aguas bajan de un manantial que se desprende de las quebradas de Onaca y Jirocasaca. Su altura sobre el nivel del mar es de 240 metros y su temperatura promedio es de 25 grados centígrados. En Masinga se encuentra una amplia variedad de fauna y flora tropical, recorrer sus senderos es entrar en contacto con un lugar ideal para realizar un verdadero turismo ecológico. A Masinga se accede por un camino de piedra enmarcado de un impresionante y parejo bosque, a veces húmedo, otras cálido. Además del sendero empedrado, también se encuentran unos bohíos de vivienda que fueron construidos por los nativos.
Iglesia de Masinga: Asevera el historiador samario Arturo Bermúdez, que hacia el año 1662, las imágenes de la Catedral de Santa Marta, las llevaron a guardar a la iglesia de Masinga, para evitar fueran robadas durante el saqueo de los piratas. De esta argumentación se desprende los años de historia que tiene esta iglesia enclavada en ese antaño caserío.
Curas doctrineros en Masinga: El 10 de septiembre del año 1699, en el informe que redactó el Provincial de la Orden, Fray Antonio Chávez, al Presidente de la Real Audiencia, sobre la Provincia de Santa Marta, cuando se refiere al convento y la doctrina que atiende, manifestó que su jurisdicción cobija a la doctrina de Masinga y la de Mamatoco, poblaciones cerca de Santa Marta. Importante el trabajo de Franciscanos en las doctrinas de los indios de Masinga y Mamatoco, en donde los Frailes emprendieron la defensa de los naturales frente a los abusos de encomenderos; y la atención que dispensaron a los negros cimarrones en la doctrina de San Antonio de Guachaca, a comienzos del XVIII.
Palenque de Santa Cruz de Masinga: El palenque de Masinga fue poblado en el año 1703, tenía como doctrinero al Fraile Franciscano Andrés del Pico y Redín, sacerdote que incentivó la creación de varios palenques en la Sierra Nevada de Santa Marta. Ocurrió que el Franciscano Andrés de Pico y Redín, redujo a 52 negros cimarrones de un palenque de la Provincia Río de la Hacha, organizándolos en Masinga, con la aprobación del Gobernador y del Obispo, quien lo nombró cura del nuevo pueblo. Dos años estuvieron reducidos en el nuevo pueblo los cimarrones, a quienes el Rey había concedido la libertad, pero luego volvieron al monte. Después de cuatro años habían muerto casi todos y, los sobrevivientes, dos matrimonios y cinco personas más, acabaron integrándose a su antiguo terruño. Es importante resaltar el papel jugado por el Franciscano Fray Andrés Pico y Redín por su trabajo con los negros cimarrones tanto en Santa Cruz de Masinga como en San Antonio de Guachaca. Hay un documento donde el misionero de Mamatoco Fray Lorenzo del Hoyo, afirma que de los ocho pueblos de indios: Masinga la grande, Masinguilla, (o Masinguilla la chica), Choquencá, Mamatoco, Daunama, Corinca, Tamacá, y otros, han sido doctrinados desde un principio por la Orden religiosa de los Franciscanos, sin intervenir ninguna otra religión.
Encomiendas en Masinga: La Encomienda era una institución que consistía en la entrega de tierras e indios que vivían en ellas, a los conquistadores, en merito a sus servicios a la Corona Española. De 28 pueblos encomendados, existentes a finales del siglo XVII, solo sobrevivieron en la segunda mitad del siglo XVIII, Bonda, Masinga, Mamatoco, Gaira, Taganga y San Juan de la Ciénaga. Hubo resistencia indígena por la Encomienda, de tal manera que la Fortaleza de Bonda, fue tomada por los indios con armas compradas a los piratas y con disfraces de los ingleses. En la toma hubo grandes pérdidas en hombres y materiales de los españoles.
Encomiendas de Masinguilla: En el año 1611, Masinguilla, otro pueblo cercano a Masinga, constituía una encomienda, por eso los historiadores hablan de “Masinga la vieja o Masinga la chica, atravesando el Cerro de la Campana”. En esta población oficiaba como encomendero en el año 1627, Juan De Mendoza, con 48 indios a su disposición.
Encomenderos de Masinga y Bonda: Antonio de Subiza, encomendero de Masinga, con residencia en Cartagena, compró la propiedad de la Quinta San Pedro Alejandrino, en remate público, la cual autorizó vender después, hecho que se cumplió el 11 de febrero del año 1654, cuando fue comprada por el Capitán Álvaro González Vega, en 2.000 pesos. Otro encomendero de Masinga fue Doña Magdalena De Adaro, con 80 indios, a su disposición y, en la población de Bonda 70 indios estaban bajo la Encomienda de Don Juan Rivadeneira, año 1627.
Rebelión de los indios de Masinga y Masinguilla: Una de las rebeliones indígenas ocurrió a finales del siglo XVI, cuando los Frailes y los conquistadores, trataron de prohibir las costumbres sexuales de los Taironas, por esta medida más de 20 mil indios tomaron las armas. Fue así como se levantaron las poblaciones de Masinga, Masinguilla, Zaca, Mamazaca, Mendiguaca, Buritaca, Tairama, Taironaca, Guachaca, Chonea, Cinto, Nehuanje, Ciénaga, Sursino y Gairaca. La mayoría fueron masacrados por los españoles.

OTRAS 
HISTORIAS DE BONDA.
Piedra Donama.

LA PIEDRA DONAMA EN BONDA: En el corregimiento de Bonda, se encuentran varios iconos de la cultura Tayrona, como los caminos empedrados, La Piedra Donama, las piedras labradas del Pozo de Bondigua, el Río Bonda, etc. La Piedra Donama, un muy sobresaliente trabajo de grabado, está ubicada en una finca de Bonda, del mismo nombre, es un monolito de 2.5 metros de altura, en cuya superficie se conservan varios jeroglíficos bajo relieve. Se supone que los que hicieron esta talla fueron los Tayrona, entre los años 500 y 1525, desconociéndose el significado de estos jeroglíficos. Estas superficies inscritas con jeroglíficos, representan códigos de la naturaleza. Según el investigador italiano Yuri Leveratto la Piedra Donama podría ser la representación simbólica de un cerebro. De hecho la mente fue muy importante en la cosmogonía Tayrona y, lo es en la actual filosofía de los Koguis y Ika. Joaquín De Mier en el año 1836, compró las tierras de Donama, de 18 caballerías de extensión, situadas arriba de la parroquia de Bonda, en las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta. En la segunda mitad del siglo XX su propietario Pablo García, la explotaba como finca cafetera.
Río Bonda.

CASCADA DE BONDA: El Río Manzanares, nace en la vertiente Noroccidental de la Sierra Nevada de Santa Marta, en la cuchilla San Lorenzo, a una altura aproximada de 3.000 metros sobre el nivel de mar y se origina a partir de la unión de las quebradas de Onaca y Girocasaca. Luego desciende por la población de Bonda, atraviesa la capital del Magdalena y desemboca en la playa Los Cocos de Santa Marta, con un recorrido de 18 kilómetros en su cauce. Su cauce en la población de Bonda lo llaman con el mismo nombre del corregimiento, sitio donde existe la Cascada de Bonda, donde sus frías aguas brinda frescura y bienestar a lo bonderos y samarios. El templo, la Cascada de Bonda y la Piedra de Donama, se juntan con la fresca brisa que baja de la Sierra Nevada que corre por las angostas calles que la hacen un corregimiento ecoturístico muy exótico. Además es el único corregimiento del Distrito de Santa Marta que tiene sitios de veraneo en el Río Manzanares o Río Bonda.
 
Puente metálico Bondigua. 
Construido año 1911.

PUEBLO DE BONDIGUA: El Fray Gregorio Beteta de la Orden de los Dominicos fue comisionado en a principios de siglo XVI, por el Gobernador don Diego García De Lerma para que fundara un convento de su orden en el pueblo de Bondigua, para que le sirviera de vivienda y sustento cerca de la ciudad. Hacía el año 1529 el Gobernador Diego García De Lerma le asignó al Fray Tomás Ortiz, la encomienda de indios en Bondigua, la cual años después mediante Cédula Real le fue negada. En esta población se encuentran las piedras labradas del Pozo de Bondigua, sector ecológico adornado por un remanso de aguas cristalinas.
Cadavid con su camión.

ANTIGUO TRANSPORTE DE BONDA: El camión conducido por el señor Gabrielito Cadavid, lo apodaban “Fargo”, era un vehículo de color azul cielo, con unas sonoras y potentes cornetas eléctricas que anunciaban su pronta llegada en la distancia, en su recorrido Plaza del Mercado de Santa Marta-corregimiento de Bonda y, viceversa. El señor Cadavid de Bonda llevaba su camión cargado de leña del árbol brasil, que era la mejor leña de la época; para venderla en su residencia ubicada en el barrio La Esperanza de Santa Marta, donde tenía buena clientela.
Dibujo.
Antigua Fortaleza de Bonda.
Museo Militar de Sevilla, España.

CASA-FUERTE DE BONDA: En el siglo XVI, España decidió reforzar la defensa de sus posesiones de ultramar contra los ataques de ingleses, indígenas y esclavos africanos sublevados, por esta razón entre los años 1534 y 1572, construye el Fuerte Casa Torre de Bonda, uno de los primeros en el Caribe colombiano, el cual se encuentra casi destruido y es considerado en la región símbolo de la resistencia indígena de los Bonda y Bondiguas. El dibujo de esta fortaleza es el plano de arquitectura militar más antiguo que se conserva en el Archivo de Indias. Como dato testimonial de la culminación de esta fortaleza, hay una carta que data del año 1572, donde el Gobernador de la Provincia de Santa Marta, Luis de Rojas, le informó al Rey Felipe II de España, que finalmente había concluido la construcción de la “Fortaleza de los llanos de Bonda” para asegurar la supervivencia de la ciudad. Es fortaleza española de madera, mandada a construir por el Gobernador de la Provincia Fernández de Lugo, en el año 1534, contaba con una torre para defenderse desde arriba, con armas de pequeños cañones para disparar a corta distancia, con estrechas aperturas en la fachada, que permitían disparar arcabuces y ballestas desde el interior; a la vez que minimizaban la posibilidad de que ingresaran lanzas, hachas, mazos, macanas, arcos y las flechas envenenadas de los indígenas. Fue este un puesto de control en territorio indígena, sitio donde se encontraba buena parte de los cultivos que abastecían a Santa Marta. Luego en el año 1557, el Gobernador Luis de Manjarréz, construyó una nueva fortaleza en el mismo sector, para que sirviera de lugar de descanso y refugio de los soldados españoles. En el año 1572, hubo la construcción de otra fortaleza en el mismo sitio, pero esta vez mandada a construir en piedra por el Gobernador Luis de Rojas. En el año 1574, los indios de Bonda aprovecharon que quedaba poca guarnición en la fortaleza española, ya que la mayor parte de los soldados habían sido llamados a Santa Marta, la cual se encontraba amenazada de los piratas franceses. De modo que los indios bonderos se hicieron dueños de la fortaleza casi sin resistencia de los tres ó cuatro hombres que la custodiaban, quemaron el cuartel, allanaron el fuerte, y se retiraron engalanados con los vestidos y joyas de los españoles. Ante esta ofensiva de los piratas franceses y de los indígenas, los españoles pidieron auxilio a Cartagena, de donde les vino por tierra al mando del capitán José Guerra y, poco después la escuadra de los galeones. A pesar de este refuerzo, los Bondas rechazaron con pérdida la primera vez á los españoles que los atacaron, y aun vinieron sobre la ciudad, pero, sabiendo que la armada que había llegado al puerto y ahuyentado los piratas, tenía más de 500 hombres de desembarco, se retiraron á los pueblos de lo interior. Algunos, como los de Masinga, se sujetaron, pero los demás, acaudillados por Xebo, Coendo y Gamita, caciques valientes y muy versados en la guerra con los Castellanos, se mantuvieron firmes. Aprovechó el Gobernador Rojas de la presencia de la escuadra en el puerto, para reedificar el fortín de Bonda, con poco fruto, porque los indios lo mantenían en asedio permanente, y era preciso llevar desde la ciudad para la guarnición cuanto era necesario. En el año 1577, el Gobernador Lope De Orozco, viendo la importancia de traer la paz a los indios de Bonda, ordenó la demolición definitiva de lo poco que quedaba de la fortaleza. 
Fortaleza de Bonda.

EPISODIO DE LA FORTALEZA DE BONDA: Siendo Gobernador de la Provincia de Santa Marta Luis De Rojas, ocurrió el episodio del fortín de Bonda, en el año 1575. Luis De Rojas tenía cierto interés en acusar a sus oficiales de haber estado secretamente aliado con los indios de Bonda y de ser los verdaderos iniciadores de la rebelión; para probar este hecho hizo traer varios indios de Taganga, población que no había tomado parte en la revuelta y trató de persuadirlos para que declarasen que los oficiales habían sido autores intelectuales de la insurrección. Los indios sin embargo se negaron a declarar, causando la furia del gobernador, quien maltrató a un principal de ellos a palo y lo amenazó violentamente.

BIBLIOGRAFIA.

Eduardo Mazuera Nieto: La fortaleza de los llanos de Bonda. Conquista de una frontera del reino español en el siglo XVI; publicado en marzo del año 2018. 
Trinidad Miranda Vásquez: La Gobernación de Santa Marta (1570-1670).
José C. Alarcón: Compendio de Historia del Departamento del Magdalena. De 1525 hasta 1895, publicado en el año 1963.
José Nicolás De La Rosa: La Floresta de la Santa Iglesia Catedral de la Ciudad y Provincia de Santa Marta, publicado en el año 1725.
Fray Pedro de Aguado: Recopilación Historial de la Biblioteca Virtual del banco de la República, de 1503 a 1590.

1 comentario:

  1. El Rio Manzanares, nace arriba de la hacienda manzanares, por lo que la union de jirocasaca y onaca dan origen a la quebrada el Limon que desemboca en el paso del mango en el Manzanares.
    De la publicación "La fortaleza de los llanos de Bonda..", afirma que el Cacique Coendo se tomó la fortaleza de Bonda, con algo de astucia, y que por las ruinas encontradas su ubicación no era sobre el Rio sino en Sabanas de Bonda en la vía a Tinajones

    https://www.redalyc.org/journal/4556/455658392003/html/

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