miércoles, 20 de abril de 2016

RITMOS PRIMITIVOS.
RITMOS PRIMITIVOS O CANTOS DE LABOREO: La población trietnica costeña integrada por indígenas, negros y blancos, empezaron con los cantos que nacen en las labores del campo a capella, entre los cuales se encuentran: 
- Canto de Boga.
- Canto de Zafra.
- Canto de Maestranza.
- Canto de Vaquería. 
En la Colonia, los patronos de haciendas permitían estas interpretaciones, para que los nativos rindieran en el trabajo.
CANTOS DE BOGA: Son cantos asociados a las labores de navegación, inspiración de los bogas mientras reman sobre el agua, para acompañar la soledad de ríos ciénagas y caños. Los cantos de boga hacen parte de una tradición milenaria, en donde el sonido del remo batiendo el agua o chocando contra la madera, es suficiente para dar vida a ritmos que acompañan al cantor.
CANTOS DE ZAFRAS: Son cantos de temática agrícola, inspirados en el desmonte, siembra y recolección de cosechas. Interpretadas a capella, en versos pareados, cuartetas, coplas, décimas y en donde no faltan los gritos de los campesinos.
CANTOS DE MAESTRANZAS: Son interpretaciones que se da en la conjunción sonora de los golpes rítmicos de los percutores con las voces producidas a coro.
CANTOS DE VAQUERÍAS: Son cantos o voces que se improvisan de manera individual y a capella, para acompañar la brega del ganado. Vieja tradición entre los pobladores de las zonas ganaderas de la Costa Caribe
AREITOS: Eran cantos y bailes indígenas de la Costa, que tenían lugar en las velaciones aborígenes, donde se narraban los sucesos del pasado de las comunidades.
CANTOS FÚNEBRES: Son cantos para acompañar el entierro o velorio de un pariente, por lo general se interpretan a capella, aunque muchas veces la parte vocal es complementada por el toque de tambores. Se distinguen dos tipos de cantos fúnebres: 
- Cantos de Lumbalú.
- Zafra Mortuoria.
Cantos de Lumbalú: En el Lumbalú, la evocación del muerto se hace rememorando los orígenes africanos de la comunidad, donde uno de los ancianos del cabildo, pregona la muerte de quien ha fallecido. El pregón se realiza para convocar a la comunidad al velorio mediante un toque especial del tambor. Una vez que se ha reunido la gente, se inicia propiamente el canto-lloro responsorial, en el que alternan el solista de voz prima y el coro. Las palmas de las manos y los toques del tambor. Durante el Lumbalú las mujeres bailan con pasos menudos alrededor del cadáver, ejecutando movimientos de vientre e invocaciones con los brazos.
Zafra Mortuoria: Cantos de Zafras Mortuorias, son de tradición oral con rituales de difuntos en el cementerio, donde las plañideras, responden en forma de comentario o estribillo. Son Cantos sin ningún acompañamiento instrumental, recitados en el contexto de entierros y excavación de sepulturas.

RITMOS EUROPEOS. 
EL VALS: El vals que se conocía desde el año 1800, era de aire lento o reposado, de 16 compases y de origen o corte clásico, llamado vals redondo; mientras que el vals vienés, de 32 compases entró al país en 1843. La bandola y la guitarra comenzaron a ser usadas hacia 1846, para interpretar el vals colombiano.
PIEZAS DE SALÓN: Los músicos de mitad del siglo XIX escribían piezas breves, denominadas piezas de salón. Fue esta la música de hogar, del grupo social pequeño, la opción para involucrar el evento sonoro con la cotidianidad, el vehículo más apropiado para entrevezar los aires autóctonos dentro del sistema europeo. Este género se caracteriza por haber sido escrito con fines de entretención social, para presentar en salones caseros los conjuntos encargados de la interpretación del repertorio con predominio del piano. La pieza de salón es corta, consta de dos a cuatro secciones diferentes que se suceden, pero son las repeticiones de las secciones el recurso para dar a la obra extensión y forma, y para hacer posible el baile al ritmo de las piezas. La pieza de salón recibió la mayor divulgación en 1848, cuando aparecieron las primeras partituras litografiadas.

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